Muchas nunca lo dudamos, y lo hemos gritado, que la violencia machista sea una forma de terrorismo. Ahora el Parlamento Europeo la tipifica como ‘eurodelito’ y la equipara al propio terrorismo, la corrupción, la explotación sexual y el tráfico de drogas, que son los ‘eurodelitos’ incluidos hasta el momento. Reúne los tres requisitos: es un delito de especial gravedad, tiene dimensión transfronteriza y debe ser cometida con criterios comunes. Nunca es tarde si la dicha es buena, aunque han tenido que pasar años para que la violencia machista se vea en Europa al mismo nivel que los otros delitos. Y aún así, ha habido votos en contra, los previsibles, y abstenciones, entre ellas las peperas, mira por dónde consideran que no es para tanto, eso de que nos maten, vaya, lo normal.
De todas formas, se trata de un primer paso en forma de resolución y no de una ley propiamente dicha, que al parecer sería el objetivo próximo. Una directiva específica establecería los resultados que deberían conseguirse en cada uno de los Estados miembros, pero dejan que los Gobiernos nacionales sean los que decidan sobre cómo adaptar sus legislaciones para ello. Eso sí, hay fecha límite para hacerlo.
Una resolución sin medidas se quedaría en papel mojado. Si, como reconoce el Parlamento europeo, “la violencia de género es una violación grave de los derechos humanos y de la dignidad que puede adoptar la forma de violencia psicológica, física, sexual y económica, e incluye, entre otras cosas, el feminicidio, la violencia en el marco de la pareja o empareja, el acoso sexual, la ciberviolenciaa, el hostigamiento, la violación, el matrimonio precoz y forzado, la mutilación genital femenina, el aborto forzado o los llamados crímenes de honor”, entonces necesitamos medidas concretas, con cargo a los presupuestos, para prevenir y proteger a las millones de mujeres que sufren violencia machista en toda Europa. Medidas concretas, presupuestadas, también para dar apoyo y protección a las víctimas.
Así que ya están tardando. Porque mientras sus señorías se ponen de acuerdo, un tercio de las mujeres de la UE somos víctimas de violencia física o sexual, y un 75 por ciento acosadas en el trabajo. No basta un minuto de silencio, y a veces ni eso, para llorar por la media de 50 mujeres asesinadas cada semana por sus parejas o ex. Por no hablar de los pasos atrás, como está dando Polonia. Y aún hay seis Estados miembros que no han ratificado el Convenio de Estambul: Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Hungría.
En España, 1.112 mujeres han sido asesinadas por hombres desde el 1 de enero de 2003, 35 en lo que va de año. Tienen nombre y apellidos y no son estadísticas. Pero parece que no merecen ninguna reunión de urgencia por parte del Gobierno, entretenido con otras medidas estrelladas. Mientras, la ofensiva negacionista se recrudece y se normaliza lo que es a todas luces feminicidio. Hay mucho cómplice en esto del terrorismo.
Comentarios: Sin respuestas