TEXTO: Rafael Calero Palma (escritor y poeta).
Embarcamos en Pauillac, en Francia.
Anochecía cuando llegamos
al puerto de Valparaíso.
Bajamos del barco asustadas.
Cansadas y hambrientas.
Y sucias.
Sobre todo muy sucias.
Llevábamos pegado a la piel
el olor de la guerra,
como otra piel.
Éramos más de dos mil.
Mi marido había muerto
en los primeros días de la guerra.
Mi hija Carmen
tenía cinco años.
Era una niña desnutrida y triste.
En el puerto nos recibieron
con palabras de cariño.
Nos dieron mantas, pan, leche.
Nos llamaron amigas.
Eran los primeros días
de septiembre
de mil novecientos treinta y nueve.
Nosotras solo queríamos otra vida
lejos de la desolación
lejos de la violencia
lejos de la guerra
lejos de España.
Aquí,
en Chile.
Nosotras solo queríamos empezar de nuevo.
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