El movimiento asociativo gitano, junto a organizaciones sociales de la ciudad, denuncian cómo se vive la crisis sanitaria en los asentamientos chabolistas de Sevilla. Las medidas de confinamiento forzoso decretadas por el Gobierno han dejado al descubierto las extremas condiciones de pobreza en las que vive uno de los colectivos más vulnerables, que no cuenta con los recursos necesarios para protegerse y sobrevivir.
«El otro día, una vecina (de un asentamiento) me decía: si no nos mata el virus, nos va a matar el hambre». Lo cuenta Emilio Vizarraga, activista gitano, una de las personas que, junto a organizaciones sociales -tanto del movimiento asociativo gitano como juristas, académicas, comunitarias, feministas, ecologistas, migrantes, empresariales y cooperativas sociales entre otras-, están reclamando una respuesta rápida e integral a las autoridades municipales mediante una carta dirigida al alcalde de Sevilla a la que ha tenido acceso La Giganta digital y que, de momento, sigue sin respuesta.
«Estamos hablando de personas muy vulnerables a las que hay que atender, no sólo a nivel sanitario, sino también social y económico», explica por teléfono Emilio. Son personas, la mayor parte familias gitanas y migrantes, que viven en El Vacie, Torreblanca, San Rafael, Polígono Sur y edificio Los Pinillos ( en España se estima que hay 950 barrios en esta situación). «Estas familias no tienen para comer, para dormir, ni para mantener siquiera unas condiciones de higiene mínimas. Lavarse las manos a diario, como recomiendan las autoridades, es una utopía, sólo hay una fuente y la tienen a kilómetros de su casa. No tienen acceso directo al agua, ni a una red de saneamiento suficiente. Es muy difícil pedirle a una familia que se lave las manos todos los días, cuando el agua no está accesible, es muy difícil cumplir las recomendaciones».
La situación que se viene en estos barrios nuestros es «sangrante», según Vizarraga, quien aclara que con esta crisis «se ha puesto de manifiesto algo que se da desde hace años -El Vacie está considerado el asentamiento chabolista más antiguo de Europa- de manera cotidiana, pero que ahora se ha agravado y se ha hecho más visible, por lo que debemos de estar más atentos». La mayoría de las personas que viven allí se dedican a la venta ambulante, y «con el confinamiento no pueden realizar sus actividades profesionales, generando más desamparo e indefensión para poder subsistir», añade.

Por todo ello exigen que se atienda a las necesidades particulares de las personas para garantizar unas condiciones de vida dignas y salubres con el fin de superar esta crisis sanitaria, y ofrecen apoyo y colaboración para este objetivo. Lo han hecho en forma de carta al alcalde de Sevilla, a quien preguntan cómo va a llevar a cabo las acciones previstas en las propias recomendaciones del Gobierno central, para proporcionar a estas personas los recursos necesarios para afrontar la crisis de una manera digna.
En concreto, interrogan al alcalde por «el Protocolo para evaluar las necesidades de esta población -y para conocer el grado de satisfacción y suficiencia de las medidas implementadas-; medidas concretas adoptadas para ofrecer una alternativa habitacional a aquellos vecinos que no cuentan en sus chabolas con las condiciones necesarias para permanecer las 24 horas del día de acuerdo a los protocolos higiénico-sanitarios implementados por las autoridades; medidas adoptadas para garantizar los suministros necesarios en las infraviviendas de aquellos vecinos que no pueden decidir el abandono de sus actuales residencias -suministros de agua, electricidad, comunicación, seguridad y saneamiento-; medidas adoptadas para garantizarles una cobertura suficiente y contrastada para sus necesidades básicas tales como acceso a alimentos, productos de higiene y desinfección, así como otros bienes de consumo de primera necesidad para situaciones y necesidades especiales; medidas adoptadas para garantizar el acceso suficiente y seguro a los servicios sociosanitarios, medicamentos y otros cuidados diarios, especialmente para aquellas personas dependientes que requieren cuidados especiales como personas con discapacidad, con enfermedades mentales y con enfermedades crónicas; medidas adoptadas para proteger a la infancia y a sus cuidadores principales; medidas adoptadas para asegurar la sostenibilidad de los planes de reinserción y realojo que se estaban implementando con anterioridad a la crisis de la COVID-19; medidas adoptadas para proteger y cuidar a los proveedores de los servicios que se prestan a estos colectivos; medidas destinadas para prevenir y denunciar los actos de discriminación y de racismo, así como proteger a los vecinos de sus consecuencias y medidas destinadas a promover el bienestar psicológico y resiliencia de estas poblaciones».
Son medidas realizadas por la Asociación Europea de Salud Pública y la Alianza Europea de Salud Pública, que han asumido el Gobierno central en el ‘Documento Técnico de Recomendaciones ante la Crisis por COVID-19, en Asentamientos Segregados y Barrios Altamente Vulnerables’, y el Consejo Estatal del Pueblo Gitano en su Plan de Urgencia para las Familias Gitanas en Situación de Extrema Vulnerabilidad.
Entidades firmantes: Gitanas por la Justicia de Torreblanca, Voces de Polígono Sur, Studio 41013, Vencedores, Asociación de Mujeres Gitanas AKHERDI I TROMIPEN, Federación Nacional de Asociaciones de Mujeres Gitanas KAMIRA, Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana, Asociación Gitana Unga, Cooperativa de Venta Ambulante Principado de Asturias, Mujeres de la Otra Orilla, Oficina de Derechos Sociales, Gep&Do, Asamblea Feminista Unitaria Sevilla, Ecologistas en acción, Macarena para todas, La guiosfera, Tiritas creativas, Iniciativa cambio personal. Justicia global, Espacio Berakah, La huerta, Mujeres Supervivientes de Violencia de Género, MAD Africa, Asociación Claver, Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad, Redes Interculturales Sevilla, Andalucía Acoge, Fundación Sevilla Acoge, Asociación Adara, Plataforma Somos Migrantes, Jueces y Juezas para la Democracia, CESPYD.
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