Soy María Eugenia Álvarez González, letrada española colegiada en Italia con residencia en Cagliari. Me dirijo a ustedes en calidad de abogada de la Sra. Juana Rivas Gómez, a quien represento desde hace casi dos años en Italia. El equipo jurídico en ese país está conformado por mí y por la letrada Ada Marseglia, que se unió a la causa hace aproximadamente un año.
Ambas trabajamos en constante comunicación con el equipo de abogados de España (desde que empezaron a trabajar para Juana hace poco más de un año) y con el Centro Municipal de la Mujer de Maracena, que como especialistas en violencia de género prestan apoyo a Juana y a sus hijos desde el inicio de su proceso legal en España.
Todas las decisiones importantes de los procesos judiciales en Italia son tomadas de forma personal por Juana Rivas, que es perfectamente capaz de evaluar y ponderar las consecuencias de sus actos. En todo momento actúa movida por la necesidad de proteger a sus hijos, conociendo las implicaciones de cada movimiento y siempre dentro de la legalidad.
Dadas las inexactitudes que se han difundido en medios respecto a lo ocurrido en Cagliari la semana pasada, tengo el deber de aportar algo de claridad al respecto.
Mi valoración general de la situación actual
Desde un punto de vista jurídico:
Juana Rivas y sus hijos no han obtenido una tutela judicial efectiva desde el primer momento, cuando presentó la denuncia por maltrato en España en junio de 2016. Los sistemas judiciales de España e Italia, al no haber resuelto hasta la fecha ninguna de las denuncias penales relacionadas con los maltratos sufridos por Juana y sus hijos, los ha dejado a los tres en una situación de extrema vulnerabilidad a manos del señor Arcuri.
Todos los eventos posteriores al 2016 están tristemente condicionados por este hecho innegable.
Desde un punto de vista personal:
Los momentos más terribles de mi trabajo con Juana en estos dos años son, siempre, cuando he tenido que hacer entrega de Gabriel y Daniel a su padre. La desesperación de los niños cuando se separan de su madre es inmensa. Gabriel me ha pedido explícitamente ayuda en numerosas ocasiones para poder regresar a España con su madre, a un entorno seguro lejos de la violencia. El relato de su sufrimiento es desolador.
He sido directamente testigo de la situación de desamparo de los niños en Carloforte. En una ocasión incluso recibí de manos de su padre a Daniel, de cuatro años, muy febril en estado de semiinconsciencia, extremadamente sucio y descuidado. Tuvo que ser hospitalizado por su madre de forma inmediata y permaneció ingresado casi una semana. También he visto personalmente los hematomas que han motivado esta última petición de medidas cautelares.
Se han presentado desde enero de este año siete denuncias por maltrato infantil de diferente índole. Sin haberse resuelto favorablemente para Gabriel y Daniel ninguna de ellas hasta la fecha.
A continuación paso a hacer un relato cronológico de lo acontecido estos últimos días.
VIERNES 19 DE OCTUBRE:
Juana recibe a los niños de parte del Arcuri por la noche, para pasar el fin de semana con ellos; con la intención de devolverlos al padre el domingo en la tarde y que retomen las clases el lunes. Los niños llegan directamente desde Génova, donde han permanecido las dos últimas semanas con su padre sin acudir a la escuela.
Al desnudar al pequeño para bañarle Juana ve un gran hematoma en su espalda. El hermano mayor le cuenta que se lo hizo su padre en un ataque unos días antes. El padre no le ha comunicado nada al respecto en el momento de la entrega. Al ser ya noche cerrada, Juana pone hielo en la parte afectada y los acuesta.
SÁBADO 20 DE OCTUBRE:
Por la mañana Juana decide llevar al niño al hospital para que valoren la lesión y vean si hay daños internos. Desde allí nos lo comunica a los diferentes equipos jurídicos que trabajamos en su defensa. Yo me encontraba en España en esos momentos, y durante todo el día me mantengo en contacto vía telefónica con ella, con Juan de Dios Ramírez Sarrión (miembro del equipo de letrados de España) y con Francisca Granados (Directora y Asesora Jurídica del Centro Municipal de la Mujer del Ayuntamiento de Maracena).
Desde el hospital se transmite de oficio una señalación a la comisaría de carabinieri. Una dotación de carabinieri se persona en el hospital y recoge las declaraciones de los menores. Ante la gravedad de lo relatado y a la vista de las lesiones, esa misma tarde trasladan en coche de la comandancia a la madre y a los niños a la comisaría para que presten declaración. Los carabinieri hacen una señalación de oficio a la fiscalía de Génova (donde había ocurrido la agresión) para que esta haga la investigación pertinente. Tras esto Juana regresa con sus hijos a la casa donde pernoctan.
DOMINGO 21 DE OCTUBRE:
Daniel sigue dolorido, y Juana, asesorada por mí y con el conocimiento de todo el equipo jurídico tanto en Italia como en España, regresa a la estación de Carabinieri a denunciar los hechos. Esta vez a título personal, no de oficio.
Decide acogerse al derecho contemplado en la providencia que regula el derecho de visita de la madre de mantener a los niños consigo durante siete dias consecutivos, con la esperanza de que el tribunal civil resuelva medidas cautelares para sus hijos en esos días. Yo hablo telefónicamente con los carabinieri y les envío copia de la resolución que acredita ese derecho de la madre de permanencia con los niños durante siete días consecutivos. Juana, por su parte, envía un mensaje al padre comunicándole su decisión con el fin de que se aclaren los hechos.
Paralelamente, en Maracena, el equipo del Instituto Municipal de la Mujer comienza a moverse para que las instituciones representantes del Estado Español en Italia tengan constancia de la situación de los menores e intenten prestar apoyo, en la medida que sea posible, a Juana y a sus hijos.
LUNES 22 DE OCTUBRE:
A primera hora remito desde Madrid una instancia urgente al juez competente de la custodia de los menores, para que tome medidas cautelares de protección y se investiguen los hechos que relatan los niños. También transmito oficialmente al abogado del señor Arcuri la decisión de Juana de permanecer con los niños hasta que se aclaren los hechos comunicando que las fuerzas de policía y el Juzgado tenían conocimiento de lo acaecido y se había pedido tutela para los menores en vía urgente.
Por su parte el equipo del Instituto Municipal de la Mujer de Maracena se dirige al Defensor del Pueblo de España para que tenga conocimiento de los hechos y solicita su intervención.
MARTES 23 DE OCTUBRE:
El tribunal civil que está decidiendo la custodia de los menores resuelve finamente una providencia que se solicitó en septiembre, en la que decide que el juez va a escuchar personalmente a Gabriel el día 13 de noviembre (recordemos que, hasta la fecha, el hijo mayor de Juana ha solicitado en numerosas ocasiones hablar con los sucesivos jueces que han tomado decisiones sobre su custodia y nunca hasta ahora se le ha permitido hacerlo).
Siguiendo el camino institucional que a lo largo del domingo y el lunes se ha ido abriendo desde los organismos municipales de Maracena y el Defensor del Pueblo, Juana y yo nos ponemos en contacto con el Consulado General de España en Roma y se establece un encuentro con el Cónsul General para el día siguiente en Cagliari. Dada la gravedad de la situación, una vez confirmada esta reunión yo compro un billete para volar inmediatamente a Italia y llego a Cagliari bien entrada la noche. (Ese billete lo pago de mi bolsillo, ya que Juana en estos momentos tiene una situación económica de extrema precariedad, por lo que no cuenta con ninguna provisión de fondos. Hago esta aclaración porque he leído varios titulares que hacen referencia a la campaña de crowfunding que abrió el equipo jurídico de España y que ha sido invertido en pagar peritos, traductores, costas, etc., no me consta que Juana disponga directamente de ese dinero en ningún momento).
MIÉRCOLES 24 DE OCTUBRE:
En la mañana preparamos la reunión de la tarde con el Cónsul General, que dura tres horas y a la que acudimos nosotras dos junto a los niños. El Cónsul se muestra en todo momento muy sensible a la situación de Juana, comunicándonos su incomprensión respecto a que el procedimiento penal de las denuncias no sea más veloz y no esté concluido ninguno. Se compromete a hacer un seguimiento del caso. Hacemos mención al Convenio de Estambul y todo lo que establece y que en este caso no se ha aplicado. Es empático con los niños, a quienes la madre se ocupa de sacar de la estancia a jugar en otro lugar en los momentos más duros de la conversación.
En la tarde, al regresar de la reunión, a Juana la comunica la amiga en cuya casa se está quedando que ha llamado la Policía de Estado (distinta a los carabinieri. En España el equivalente sería la policía nacional unos y la guardia civil los otros). Juana devuelve la llamada y le informan que el padre de los niños la ha denunciado por no entregarlos el domingo.
La acompaño a la comisaría para informar de la situación que la policía desconoce (todo lo anterior ha sido tramitado por los Carabinieri). Entrego la resolucion que muestra que tiene derecho a permanecer con sus hijos siete días consecutivos. Nos comunican que van a evaluar la posibilidad de que ella y los niños puedan quedarse en una casa de acogida para víctimas de violencia de género y nos citan para la mañana siguiente. Nos piden que llevemos copia de la documentación de la demanda de los carabinieri para adjuntarla a su expediente, que en ese momento no llevamos con nosotras. Juana y sus niños regresan a dormir al lugar donde están alojados.
Dada la demanda de información de los periodistas, en coordinación con el Centro de la Mujer de Maracena, redactamos una Nota Informativa que remitimos a los medios esa misma noche.
JUEVES 25 DE OCTUBRE:
Por la mañana llevamos la documentación solicitada para integrarla a la denuncia de la policía. Los niños, mientras, se quedan jugando en un parque cercano con la hermana de Juana, que ha viajado el día anterior desde España a apoyar a Juana y sus sobrinos.
A mediodía, mientras estamos realizando el trámite, llega la orden del juez civil (el que lleva el proceso sobre la custodia) de entregarlos al padre ese mismo día, estableciendo la vista que hemos demandado para el día siguiente. Puesto que estamos en la comisaría, la hermana de Juana lleva allí a Gabriel y a Daniel para que hagamos la entrega. (Normalmente se hace en un parque, sin intermediación de ningún agente. En esta ocasión se hace allí porque coincide que estamos ahí resolviendo todavía los trámites).
Los niños, como en todas las ocasiones anteriores, no quieren ir con el padre (no voy a hacer el relato de la situación, ustedes pueden hacerse una idea de lo desgarradora que es). Es tal la desesperación de los niños que finalmente es la policía quien entrega a Gabriel y a Daniel a su progenitor.
VIERNES 26 DE OCTUBRE:
A las 12:30 se celebra una audiencia de custodia en la que participan Juana, representada por mí; y Arcuri, representado por su abogado. En esa audiencia pedimos las medidas cautelares urgentes para proteger a los niños. Él pide limitar el derecho de visita y que revoquen la patria potestad.
A día de hoy el tribunal todavía no ha emitido ni resuelto las medidas cautelares solicitadas ni modificado el derecho de visita concedido a la madre.
Espero que este relato de los hechos les sirva para hacerse una idea más ajustada a la realidad de lo sucedido, teniendo presente que en todo momento los acontecimientos se han ido poniendo en conocimiento de los defensores de Juana en España: Jose Estanislao López y Juan De Dios Ramírez Sarrión.
Considero que Gabriel y Daniel, ambos en situación de grave riesgo y vulnerabilidad, merece que los medios de comunicación actúen con el máximo cuidado y respeto al informar sobre lo que se ha dado en llamar “el caso Juana Rivas”, que es un conglomerado de procesos jurídicos civiles y penales muy complejos, en dos países distintos, de los que depende el bienestar futuro de los niños.
Les ruego tengan esto en cuenta cuando valoren las decisiones de su madre en Italia, dirigidas en todo momento a la protección de sus hijos.
Atentamente,
María Eugenia Álvarez Gonzalez.
En Madrid, a 29 de octubre de 2018.
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