La Asociación Sevilla Bebés Robados y las madres de la Plaza De San Francisco han vuelto este domingo a retomar sus concentraciones periódicas de todos los primeros domingos de mes, después del parón forzado por el confinamento. Aunque durante este tiempo no han dejado de trabajar desde casa, han retomado con ganas la lucha por su causa.
Entre 200.000 y 300.000 personas podrían haber sido niños y niñas robados durante el franquismo y los primeros años de la Transición, denuncian. «Personas que fueron separadas de sus padres al nacer y dados en adopción a otras familias a cambio de dinero y a través de irregularidades y documentos falsificados, de tramas corruptas de médicos, jueces y religiosos. Muchos de ellos descubrieron posteriormente que su vida se fundamentaba sobre una mentira. Y muchos de ellos tratan ahora, muchas veces sin éxito, de conocer su verdadera historia, de investigar sus raíces. La soledad que sienten los que fueron niños robados, la que provoca no saber de dónde vienes, quienes son tus padres, no es similar a la soledad urbana contemporánea, sino que va más allá, es una soledad insostenible», explican en un comunicado.
La asociación nace con el objetivo de «encontrar nuestros bebés, estos robos que se produjeron desde la Dictadura, esta plataforma esta dedicada para esclarecer y den facilidades la justicia para poder llegar a nuestro objetivo, encontrar los bebés que nos fueron arrebatados, pisando el un derecho fundamental y lucrándose, por medio de mentiras. Si necesitas ayuda, quieres encontrar a tu hija o hijo, o si eres adoptado y quieres saber dónde se encuentran tus padres biológicos, únete a nuestra causa, únete», argumentan.
Las concentraciones de los primeros domingos de mes son, entonces, «para seguir reclamando el reconocimiento como un problema de Estado del robo masivo y sistemático de bebés, durante décadas y en todo el territorio español, desde 1936 hasta bien entrada la democracia; el compromiso de instar a las autoridades españolas, de cualquier ámbito institucional, a una investigación efectiva de los hechos que permita la búsqueda de los ‘niños’ y ‘niñas’ desaparecidos, hoy adultos en busca de su identidad robada; así como la determinación de promulgar leyes que permitan la persecución y enjuiciamiento de los culpables de este delito que, inexorablemente, deberá considerarse como un crimen contra la humanidad».
“El robo de bebés es un terrible crimen contra los derechos humanos, es una tragedia a la que debe dar solución el Gobierno, haciendo posible el derecho de todas las víctimas”, concluyen.
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