Las redes sociales han cambiado la manera de relacionarse y llegar a todo el mundo, ya sea a nivel personal o a través de un negocio. ¿Un ejemplo? Detrás de la cuenta de Instagram @ro.magaa está Rocío, Licenciada en Artes Visuales y egresada de la Universidad Nacional de Río Negro, Argentina, donde se especializó en pintura. Actualmente se dedica a todo lo relacionado al arte: desde crear diseños de logos, tatuajes y pinturas por encargo, ilustrar para libros y marcas, llevar a cabo su propio emprendimiento de objetos ilustrados, pintar murales en bares y tiendas con Coni, su amiga y colega, realizar arte en vivo en eventos y dar talleres (estilo workshop) en diversas temáticas y técnicas.
–¿Cómo definirías tu obra?
–Me gusta pensar que mi obra va desde la ilustración a lo pictórico ya que ambas partes me atraen por igual y que en ella podemos perdernos entre una gran variedad de flores y naturaleza, feminismo y mucha magia.
Para ampliar, los seminarios que hice tienen mucha relación con el arte terapia, es algo que me atrae desde siempre, de hecho iba a estudiar psicología porque me inquietaba estudiar arte y no salir adelante económicamente (miedos que puede tener cualquier adolescente de 17 años al momento de decidir que estudiar), pero el destino hizo su magia y cuando fui a anotarme a psicología (luego de anotarme en arte y arrepentirme) ya habían cerrado las inscripciones. Fue ahí que pensé «bueno, hago arte un año y el año que viene empiezo en psycho», pero no fue así. Me enamoré completamente del hacer arte como modo de vida y desde entonces no paré.
Claramente mi relación con la psicología sigue siendo algo pendiente, pero a la vez creo que de por sí el arte es algo muy terapéutico y hablo del arte en todas sus formas: la música, el teatro, el hacer artístico es algo que siempre viví como una forma de conectarme conmigo misma y a la vez de aliviar el peso de la «realidad» que a veces puede tornarse un tanto dura. Lo mismo en mis talleres, más de una vez mis alumnas han mencionado cómo les cambiaba el ánimo ese día de taller o cómo esperaban toda la semana para tener ese momento de pintar, dibujar y perderse (o encontrarse) por un rato. Si en el camino vas encontrando gente a la que la mueven las mismas pasiones ni hablar de lo interesante que se vuelve todo.
“Si en el camino vas encontrando gente a la que la mueven las mismas pasiones ni hablar de lo interesante que se vuelve todo”
–¿Quiénes han sido tus referentes en la vida?
–Por suerte encontré muchos referentes, en su mayoría mujeres y en su totalidad artistas. Una escritora que me abrió totalmente la cabeza es Simone de Beauvoir con el libro «El segundo sexo». Sin exagerar, esa lectura es un antes y un después en mi vida y no me canso de recomendarla a todas las mujeres de mi alrededor (de hecho, el primer video que subí a instatv es una humilde reseña que hice en su “honor”). La lista de referentes podría ser infinita, pero siento que es un tema para una entrevista aparte. Contemporáneas puedo nombrar a Raquel Rivas (creadora de Lola Vendetta) que, en su momento, me ayudó e inspiró bastante; a Lula Goméz, con su serie animada «Eres una caca»; a Lena Dunham; Jemima Kirke; Emma Watson; Laia Manzanares; Femigangsta; todas ellas son para mi referentes tanto en sus formas de hacer arte como en sus formas de activismo feminista.

–Tus ilustraciones reflejan el feminismo por el que luchas en el día a día. ¿En qué puede contribuir tu trabajo a este movimiento?
–Creo que lo hermoso del arte es que es un modo de cambiar la realidad, no creo que mis ilustraciones de por sí tengan precisamente el “poder” de hacer el cambio con mayúsculas, pero sí creo que tienen el poder de hacer un aporte a la lucha y eso para mí significa mucho. Somos una red, somos muchas en la misma búsqueda y el hecho de que una ilustración mía pueda ayudar a alguien, pueda acompañar un pensamiento, pueda interpelarle, o simplemente pueda hacerle sentir algo, es muy valioso.
“Creo que lo hermoso del arte es que es un modo de cambiar la realidad”
Por otra parte, hay una realidad, al final del día, las mujeres seguimos estando sujetas a un sistema que nos oprime y hay miles de circunstancias que una ilustración no va a cambiar. Hay cuestiones muy profundas y muy de raíz que necesariamente tienen que estar acompañadas desde el estado, estado que nos abandona y vulnera. Recordemos que en Argentina el aborto no es legal, razón por la cual cientos de mujeres mueren sistemáticamente por abortos clandestinos, recordemos que el índice de femicidios nos tiene en una situación de emergencia nacional, y que a pesar de que la Ley de Educación Sexual Intghegral (ESI) se sancionó en 2006, aún hoy (2019) no termina de implementarse y hay un enorme vacío en cuanto a políticas de género que afecta principalmente a mujeres y disidencias.
A pesar de esto, insisto en creer que el arte importa y mucho. Una vez leí: «¿Qué sentido tiene el arte después de Auschwit?», seguido de «precisamente después de Auschwitz, el arte tiene más sentido que nunca». Elijo quedarme con esta reflexión.
–En el 8M, tu ilustración pasó de ser tuya al mundo debido a que fue muy compartida y aplaudida por el público. ¿Qué sentiste? ¿En qué puede ayudar tu trabajo? ¿Piensas que la sociedad está cambiando?
–La ilustración que hice para el 8M y lo que sucedió con ella refleja esencialmente lo que respondí en la pregunta anterior. El arte importa, el arte mueve cosas, el arte genera cambios. En lo personal me sentí muy halagada sobre el hecho de que mi ilustración se haya viralizado a semejante nivel (incluso lo reposteó una actriz española muy reconocida), pero también entendí eso: ya no era ‘mi’ ilustración, ahora es un símbolo que acompaña a algo mucho más grande y me alegro de que así sea. Creo necesario expresar que estoy eternamente agradecida a las mujeres que vinieron antes de mí y lucharon por los derechos que hoy tengo, y espero contribuir al feminismo y a las luchas que me atraviesan de la misma manera. Por ellas, por mí y por todas.
“El arte importa, el arte mueve cosas, el arte genera cambios”
–Además, también estás muy implicada en la ola verde del aborto. Tú eres argentina, ¿qué nos puedes contar de cómo se está viviendo esa lucha allí?
–Hablando de nuestras luchas y logros como feministas, creo que la ola verde es un reflejo enorme de esto, y de lo que estamos atravesando. Somos miles proclamando lo que nos pertenece: el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Salimos a la calle para defender lo que es nuestro y nos fue quitado, que es el derecho a decidir. A pesar de no haberlo conseguido gracias a los dinosaurios que nos «representan» en el Senado, lo que logramos en las calles es enorme. Haber quitado la palabra aborto del lugar tabú en el que estaba situada es un avance para nuestra sociedad, al igual que haber encontrado redes de mujeres que se ayudan entre sí, socorristas, artistas e, incluso, profesionales de la salud que se proclaman públicamente a favor de la despenalización del aborto nos sitúa en otro lugar. Estamos unidas y no vamos a parar. Citando el discurso de Ofelia Fernández en este contexto: «Lo único más grande que el amor a la libertad, es el odio a quien te la quita».
“Haber quitado la palabra aborto del lugar tabú en el que estaba situada es un avance para nuestra sociedad”
–Tras este reconocimiento en redes sociales, ¿te has planteado sacar algún libro ilustrado o qué futuro a corto plazo tienes planeado? Además, también tienes una cuenta en Youtube, ¿piensas que el mundo de la imagen y el vídeo es un complemento que está ganando fuerza en vuestra profesión?
–Por suerte tengo muchos proyectos en la cabeza. Estoy barajando algunas propuestas de editoriales, tenemos planeado algo muy interesante con Femigangsta (Agnes Simon) y, a la vez, mi intención es seguir dando workshops, pintando e ilustrando de manera freelance, creando murales por la vida y, en definitiva, crecer más y más como artista. Siempre abierta a nuevas posibilidades, siempre en movimiento y en constante cambio, intentando ser fiel a mi esencia.
En ese sentido, las redes sociales pueden ser una herramienta para usar a tu favor, de hecho, hoy en día yo vivo de mi arte gracias a la visibilidad que me dio tener un contacto directo con las personas a través de mis redes. Quizás, hace un par de años, para tener reconocimiento como artista tenías que ser aceptada en una galería, que te llamasen para exponer, que algún coleccionista se interesase en tus obras, etc. Sin embargo, hoy en día, el artista es su propia galería. Yo en mi Instagram (@ro.magaa) subo lo que elijo subir, hablo con mis seguidoras y expongo mis ideas; todo desde mi propia voz y desde mi perspectiva. Incluso los videos que hago, los hago para compartir y mostrar un poco más en profundidad mi trabajo ya que, muchas veces, las personas ven la ilustración, la pintura o el proyecto terminado y no se hacen una idea de todo lo que hay detrás… Hablando de eso con una amiga me decía “vos no llegaste a ser ‘Ro Maga’ de la noche a la mañana, es todo un laburo de hormiga lo que te llevó a estar a donde estás hoy” y me gustaría compartir esta publicación para desarrollar un poco más al respecto.
“Hoy en día, el artista es su propia galería”
–En Argentina, ¿cómo está valorado el trabajo de ilustrador? ¿Y el lugar de la mujer en este oficio?
–En Argentina y desde mi experiencia el trabajo de ilustradora está un poco desvalorizado (o el trabajo del artista en general). Al no haber un valor establecido y al ser todo tan subjetivo muchas cosas referidas al derecho en el arte quedan en el tintero. Tampoco ayuda la crisis económica y social que estamos atravesando ya que, claramente, el arte no es considerado una necesidad básica, y si le preguntas a una familia tipo si prefiere invertir en arte o invertir en comida la respuesta es más que lógica.
Aun así, a pesar de lo anterior, tengo la suerte de estar situada en un lugar de privilegio en el que puedo decidir qué precio ponerle a mi trabajo, pero claramente no siempre fue así y me llevó mucho trabajo en relación de dependencia en el que la experiencia no me fue del todo grata para poder entender qué es lo que quería hacer y lo que no. ¿Conoces esa frase “trabaja de lo que amas y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”? ¡Calumnias! Trabajá de lo que amas y tendrás que esforzarte muchísimo para hacerte valer, prosperar y crecer. Obviamente no soy Yayoi Kusama, pero lo que puede separarte o unirte a ese “éxito” es ni más ni menos que tener cierto grado de suerte, muchísima constancia y en mi concepción, creer en vos. Ni hablar que la palabra éxito da para hablar todo otro rato. Por lo pronto, me gustaría creerlo como un lugar de estabilidad, o como un lugar en el que lo que decís, lo que pensás y lo que hacés, coincidan.
“Defiendo la importancia de hacer hermanas a nuestro alrededor, sostenernos y acompañarnos entre todas. Al fin y al cabo, somos una gran red”
Con respecto a la mujer en este oficio te puedo decir que de por sí, en el mundo del arte, el camino no es fácil. Muchas personas van a intentar menospreciarte, van a creer que lo que vos haces no es un trabajo real ya que no cuadra en sus mentes moldeadas por un concepto antiguo, y no los culpo, pero está en cada una de nosotras (mujeres y artistas) decidir qué lugar y que importancia le damos a eso
Una vez que entendés que las opiniones son solo eso, opiniones, y que el hecho de que decidas creer en vos, ser fiel a tu esencia y no dejar de insistir desde el amor (y la terquedad en mi caso) puede funcionar como una llave, todo empieza a fluir. Insisto, hablo desde un lugar de privilegio en el que yo trabajo de forma independiente y “soy mi propia jefa”, pero la realidad es que el mundo sigue funcionando de manera patriarcal. Si bien lo estamos cambiando, actualmente el sistema en el que estamos sumergidas sigue siendo uno manejado por y para hombres, en el que las mujeres por el mismo puesto de trabajo que un hombre ganan menos dinero, en el que la mayoría de los puestos de poder están ocupados por hombres, etc. Claro que hay excepciones, pero son eso: excepciones.
Teniendo en cuenta todo esto también creo importante y llevo como bandera hacerme cargo de mi valor. No dudar de tu propio talento siendo mujer es una decisión política. Nos quieren musas, nos temen artistas.
–¿En qué aspectos se pueden dar pasos para dar a conocer o reconocer esta profesión?
–Como mencioné antes, hacernos cargo de nuestro valor como mujeres y artistas es una decisión política. Hace algunos años asistí a un seminario de Derecho en el arte y tuve la oportunidad de conocer leyes que nos amparan y recursos que pueden acompañarnos. Creo que conocer esto es clave pero aun así hay mucho que todavía es necesario desarrollar, actualizar, y trabajar. Como artistas somos las primeras que deberíamos acceder a este conocimiento, respetar nuestro trabajo y hacerlo respetar. Con esto me refiero a hechos muy simples: no trabajar gratis. Poner el valor económico que realmente cuadre con lo que estamos generando. Ser coherentes con cómo nos manejamos, visibilizar nuestros nombres y los de nuestras colegas.
En ese sentido, defiendo la importancia de hacer hermanas a nuestro alrededor, sostenernos y acompañarnos entre todas. Al fin y al cabo, somos una gran red. En mi caso si no fuese porque en su momento María Sol Mateos (@Masolma) me contrató para acompañar la identidad de su emprendimiento, o porque con Coni (@Conitarrr) nos asociamos para hacer arte en conjunto, o porque cada una de mis clientas me elige para que diseñe sus futuros tatuajes, pinte sus futuros cuadros, haga el arte de sus emprendimientos, asistan con tanto entusiasmo a mis talleres; yo no estaría hoy en donde estoy. Entonces, creo que es clave apropiarse del valor que tiene una, pero también generar vínculos valiosos con las demás. Para finalizar, creo fundamental tener consciencia (tanto artistas como consumidoras) de adónde ponemos nuestra energía y de qué manera.
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