El abogado Luis de los Santos, miembro de la Cooperativa Derechos Al Sur-Estudio Jurídico, analiza la sentencia de la Audiencia de Sevilla que condena al empresario que simuló besar a la diputada andaluza Teresa Rodríguez.
El tribunal ha condenado al empresario Manuel Medina Muñoz por un delito de abuso sexual en concurso con un delito leve de falta de respeto y consideración debida a la autoridad por haber forzado a Teresa Rodríguez, cuando simuló darle un beso el pasado 20 de diciembre de 2016. Le impone una multa de 13.800 euros y, además, el acusado deberá indemnizarla con 2.500 euros por el daño moral causado. Absuelve al empresario de los delitos por los que había sido acusado inicialmente, contra la integridad moral y atentado contra la autoridad. El fallo es recurrible en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
– ¿Cuál es vuestra valoración de la sentencia?
– Nos sentimos satisfechos y contentos, no por la condena en sí sino por el mensaje que se lanza en la batalla cultural en la que nos encontramos inmersos, en la que se intenta normalizar las violencias machistas hacia las mujeres. El hecho de que se haya condenado por un delito de abuso sexual y no solo por la condición de diputada de Teresa (también ha sido condenado por un delito leve de falta de respeto a la autoridad), es lo que hace que esta sentencia sirva para todas las mujeres.
– ¿Supondrá un antes y un después para castigar este tipo de delitos?
– Esa era nuestra intención y por supuesto alejadas de proclamas de populismo punitivo, lo que se pretendía era lanzar un mensaje a la sociedad y decir que este tipo de acciones, de bromas tal y como las calificaba el autor de las mismas, son delito. Una absolución hubiese provocado un sentimiento de inseguridad en las mujeres y un mensaje de que las agresiones de intensidad menor pueden realizarse sin ningún reproche penal.
– ¿Qué pasa con la acusación inicial, delitos contra la integridad moral y atentado contra la autoridad?
– El Ministerio Fiscal y la acusación particular que ejercíamos considerábamos que, aunque podría tratarse de un delito de abuso sexual del 181.1 del Código Penal, los hechos también podrían encajar en un delito contra la integridad moral y en un delito de atentado contra la autoridad. El Presidente de la Sección IV de la Audiencia Provincial casi al finalizar el juicio oral, haciendo uso de sus facultades, ofreció a las acusaciones acusar por un delito de abuso sexual. El Ministerio Fiscal no quiso pero nosotros aceptamos el desafío y acusamos alternativamente por dicho delito. Finalmente el empresario fue condenado por un delito de abuso sexual y un delito leve de falta de respeto a la autoridad. Si no llegamos a acusar por ese delito hubiese quedado impune. En este caso si no hubiésemos ejercido la acusación particular, el resultado hubiese sido lamentable. Felizmente no ha sido así.
– Ha sido un proceso muy largo, desde que sucedieron los hechos (20 de diciembre de 2016). Un calvario judicial para cualquier mujer…
– Efectivamente, da igual que seas famosa, que tengas más o menos capacidad de influencia o poder. El machismo y el patriarcado lo atraviesa todo. Y cuando suceden este tipo de violencias, o se banalizan o se intentan tapar. El hecho de que Tere sea un personaje público ha servido para poner voz a esas violencias cotidianas de los hombres hacia las mujeres, violencias que en su mayoría son justificadas por un sector de la sociedad en la batalla cultural que estamos viviendo actualmente, donde las posturas machistas están saliendo a la luz pública, haciendo gala precisamente de su identidad machista como valor cultural.
Tere describió muy bien como se sintió: avergonzada, humillada, insegura, esa noche no durmió y le dió vueltas a la cabeza de por qué le había pasado eso. A eso yo añado que durante este tiempo a la victima se la ha intentado criminalizar por parte de algunos medios de comunicación, banalizando lo ocurrido. También genera contradicción, como personas de izquierdas, el utilizar el Código Penal sabiendo que no es la solución al problema del machismo en nuestra sociedad, pero creo que hemos salido victoriosamente coherentes a la hora de utilizarlo. Teníamos suerte porque las imágenes de la agresión se grabaron, y aún así tengo claro una cosa que comentó la periodista Isabel Morillo: si no hubiera existido un vídeo mostrando con claridad cómo el empresario se abalanza sobre Tere, la sentencia no hubiese sido igual. Durante este tiempo he visto a compañeros, a abogados y a testigos en el juicio restando importancia al caso, incluso añadiría yo, en nuestros propios ambientes más libertarios, lo cual demuestra que el machismo y el patriarcado no es de derechas ni de izquierdas sino que lo atraviesa todo, nos atraviesa a todos. Pero tengo que decir que aún me asombran argumentaciones muy peligrosas que escuché en el juicio; la más dura la que insinúa que si eres una mujer arrecha, valiente y que aparentas seguridad y encima le das dos besos en la cara a un desconocido cuando te lo presentan, no tienes por qué quejarte si te pasan esas cosas (¿!?), eso lleva a justificar una violación o cualquier tipo de violencia contra la mujer.
– Si hay algo más que quieras comentar…
– Agradeceros a la Giganta Digital y a sus miembras el que sigáis poniendo, desde hace tiempo ya, vuestro empeño y esfuerzo, en visibilizar las violencias machistas y las resistencias y creaciones feministas, utilizando como decís «la palabra como arma de igualdad». Este tipo de iniciativas son absolutamente necesarias. Gracias.
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