Revisar la moraleja y el simbolismo oculto tras el cuento clásico de Caperucita roja, ha sido el objetivo de la exposición ‘Otros cuentos para Caperucita’. Un recorrido «para niñas libres y empoderadas, a través de las ilustraciones de Nathali Bellón y los textos de Nieves Peña, Felipe Bollaín e Intita-k, que han podido verse en la Sala El Cachorro.
TEXTO: Nathali Bellón
Han sido muchas versiones desde que en 1697 Perrault adaptara por primera vez este cuento popular de los Alpes dejando constancia impresa. Desde la versión dulcificada de los Grimm, hasta el manga más moderno, pasando por icono sexual, esta historia nos cuenta como una niña deja atrás la infancia para pasar a ser mujer con la llegada de su primera menstruación, representada por la caperuza roja.
En las versiones más tempranas el objetivo del cuento era aleccionar a las chicas jóvenes para que tuvieran el máximo respeto (más bien miedo) a su sexualidad, para que no se relacionaran con personas desconocidas y para que supieran cuáles eran las graves consecuencias si esto ocurría. Y aunque esta es una de las primeras historias que demoniza el sangrado femenino no es la única. Tanto Blancanieves como La Bella Durmiente fueron sentenciadas en su primer menstruo, la primera expulsada, dada caza y envenenada por una manzana… roja; la segunda condenada al sueño por el pinchazo de una rueca que la hace sangrar… Por supuesto, en todos los casos, es gracias a un hombre que encontramos el camino a la salvación.
Ya en 2016 empecé a trabajar el tema de la menstruación con una exposición que llamé Monstruaciones: animales que me salen del coño, en la que nueve poetas (María Ramos, Bea Aragón, Noelia Morgana, María Ruiz Faro, Celia Romero, Nieves Peña, Iván Mariscal, Ane Kai y Felipe Bollaín) acompañaron con sus versos mis ilustraciones.
Esta vez he querido revisar toda esa moraleja y el simbolismo oculto tras fantasiosas metáforas de este cuento clásico ofreciendo otras miradas, Otros cuentos para Caperucita, para niñas libres y empoderadas, que se aceptan, se respetan y son conscientes de su poder. Y, de nuevo, vuelvo a contar con textos de compañeras para acompañar mis dibujos.
Nieves Peña, Felipe Bollaín e Intita-k escribieron los siguientes relatos que aquí compartimos. Muy agradecida, a las poetas con las palabras mágicas, a la Sala Cachorro por acoger la exposición, y a esta casa por hacerse eco.
Nieves Peña. Poemas. ‘Mis años loba’ ![]()
Cuando mi abuela pensaba
en sus años loba, recordaba
como solía mover las piernas,
a pesar de sentir un extraño castañeo
en sus dientes, confió en que el
camino elegido fue el correcto para
sobrevivir.
Felipe Bollaín. Conversaciones. ‘Lobotomía del afecto’
Caperucita se da la vuelta y
escupe la manzana que le dio a
probar la bruja que muere con
su propio veneno… ah! No…
que eso era otra historia.
Intita-k. Apuntes de guión. ‘Esto sí que es un final feliz’
Erasé una vez una niña como tu y como yo que…
– Caperucita: Mamá, quiero salir al mundo.
– Madre: Claro. Pero recuerda: sé honesta, independiente en tus decisiones, libre. Duda, reflexiona, aprende, respétate a ti misma y respeta. Y sobre todo… cuídate.
Caperucita salió y conoció otros mundos, personas, situaciones: observando, absorbiendo, conectándose, y un día…
– Lobo: ¡ Hola guapa! ¿qué haces tan solita? Me quedaré contigo. Verás. Haremos muchas cosas. ¿Sabes? Lo tengo todo grande: la boca, el cerebro, el… bueno, ya sabes…
(Caperucita pensando: ¿el ego?).
– Lobo: serás mi amiga especial.
(Caperucita pensando: ¡te quié ya!)
– Caperucira: Cucha Lobo ¡ni me mires!
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