Hoy 4 de noviembre sale ‘Almas’, la segunda parte de la biología que Noemí Casquet (Sabadell, 1992) dedica a Ruth, «una mujer que habitó tres cuerpos y se olvidó de volver al suyo», y que empieza con ‘Cuerpos’ (ediciones B). Sobre ‘Cuerpos’ empieza esta entrevista con la periodista y escritora especializada en sexualidad a su paso por la Feria del Libro de Sevilla. La novela llega después de la trilogía de ‘Zorras’, ‘Malas’ y ‘Libres’, con las que saltó a la ficción contemporánea, que compagina con su faceta de divulgadora de la sexualidad en redes sociales y en la plataforma de educación sexual y afectiva Sala Mandanga.
– ‘Cuerpos’ y ‘Almas’conforman una bilogía. ¿Desde el principio las concebiste así?
– En la biología se recoge la historia de Ruth, en ambas, es importante que la gente no se confunda el orden, especialmente cuando los dos están en el mercado, entonces empezamos con cuerpos y ahí es la historia de Ruth, una mujer de 30 años que le ha apretado la vida, en ese sentido le dan una mala noticia y estaba en un momento jodido de su existencia y con esa mala noticia pues todavía se hunde un poquito más, entonces busca esas esas salidas, esas fugas, esos escapes, a través de ser otras mujeres, otros personajes. Entonces el tema principal en el que se podría basar ambas novelas es un poco la búsqueda de identidad, el resurgimiento también de algún modo, esa relación con la la muerte, con el dolor, con el sexo, con la autodestrucción, una una relación también que no es indiferente en el caso de Ruth con los hombres, creo que con estas temáticas podemos trazar lo que puede ser la base de la novela.
– Ruth de día, Electra de noche, recuerda a ‘Belle de jour’ de Luis Buñuel. ¿Te has inspirado en ella?
– No, no me he inspirado en ella, ha sido todo fruto de mi imaginación. Intento limitarme en todo lo que tiene que ver con la ficción, cuando estoy escribiendo especialmente, entonces leo muchísima no ficción y la ficción la limito bastante porque no quiero que me condicione a la hora de crear historias. Sí que es verdad que leo a otros autores y autoras, pero me limito bastante en ese sentido porque siento a veces que pierdo mi esencia, coger cosas que nos gustan nos ayuda a trazar nuestra propia historia, pero también de algún modo siento que me limita mi propia creatividad.
– ¿Qué nos vamos a encontrar en ‘Almas’?
– Aquellas personas que se hayan leído ‘Cuerpos’ ya se van a cagar en mí en ese sentido porque saben un poquito el adelanto, no lo voy a hacer porque básicamente va a ser un spoiler enorme y le puedo fastidiar la trama a mucha gente, pero bueno en ‘Almas’ seguimos con esa búsqueda de Ruth, pero a lo largo de la historia nos encontramos con una persona que la persigue y casi siempre está en todos los ambientes y no sabemos quién es, así que podemos ya desenlazar todo este tema. Nos daremos cuenta también de que lo que Ruth está viendo no era tan real como ella pensaba, o tan casual, sino que había una causalidad detrás y eso es lo que conoceremos a través del desenlace. Tenemos spoilers en ‘Cuerpos’, en ‘Almas’ ya ni te cuento, así que es súper importante para las lectoras y lectores que se vayan a leer esta biología que digan si les gusta o no les gusta, que lo recomienden a sus compañeros o compañeras, pero sobre todo que no digan ciertas cuestiones porque podemos fastidiar bastante el desenlace.
– El personaje de Ruth evoluciona en la segunda parte.
Sí, la verdad es que lo vi como muy justificado, sobre todo con las portadas, el hecho de que una sea tan oscura, y en la otra haya un poco más de luz, también te dice un poquito hacia dónde va la historia. Siempre digo que hago novelas de liberación, o novelas en las que quiero que las personas las lean y se sientan más o menos liberadas, empoderadas, en algún momento de su vida, que sean un refugio también dentro de este sistema que nos oprime tanto a nosotras como a ellos. En ese sentido es interesante también que en estas novelas de liberación haya un arco, un desenlace y un arco psicológico del personaje que al final acabe con un personaje que aprende algo y que ese algo también puede ser un aprendizaje para ti.
Hago novelas de liberación
Noemí Casquet
– ¿Cuál es tu proceso creativo?
Uy, me vais a meter en un manicomio, pues mira, yo escucho voces. Es una canalización pura y dura lo que tengo. En el caso de esta historia, por ejemplo, me costó mucho conectar con Ruth, porque Ruth es una mujer que como podemos entender en el tono en el que está escrita, a lo largo que avanza la historia te va abriendo un poquito más el corazón y se va quitando capas y capas y capas, hasta que realmente te sumerges en sus entrañas. Me pasó que no me hablaba, de repente me decía: ¿quieres que te cuente mi historia? y yo ‘sí por favor’, pero no me la contaba, y y un día me dijo su nombre mientras estaba cenando con una persona, con mi agente literario, y justo una noche yo estaba desesperada ya por la historia porque al final vamos con los tiempos y de repente me dijo: ¿quieres saber mi historia? Te la voy a contar. Cogí mi grabadora del móvil, se escuchan mis preguntas y mi propia voz, analizando la voz de Ruth, todo lo que me decía y ahí me dio la historia. Así que lo hago de esta forma, después creo la estructura y a partir de ahí es una conversación con el personaje.
– Después de la trilogía tan exitosa compuesta por ‘Zorras’, ‘Malas’ y ‘Libres’ (se han vendido 150.000 ejemplares), ¿cómo encajan ‘Cuerpos’ y ‘Almas’?
– A nivel literario sí que creo que ha habido una evolución drástica en cuanto a ‘Cuerpos’, que es mucho más literario en ese sentido. ‘Zorras’ por ejemplo tiene otros tiempos, tiene mucha más acción, es mucho más entretenido. ‘Cuerpos’ tiene mucha reflexión también, mucha búsqueda interior y personal, mucha introspección. Para mí era clara la evolución, yo no quería seguir haciendo un ‘Zorras II’, un ‘Zorras III’ o un ‘Zorras IV’ como hay muchos autores y autoras que hacen eso y me parece perfecto y genial, pero en mi caso necesito de nuevos retos literarios. De hecho, ‘Cuerpos’ fue un reto literal, porque al final tiene una base de thriller, nada que ver con ‘Zorras’ por ejemplo, te mantiene enganchada esa base muy propia de las esas novelas negras y esas novelas de asesinatos y sin tener nada de eso, hay una persecución, hay un suspense, hay un misterio detrás de todo esto y en ’Almas’ todavía se potencia muchísimo más, aunque se resuelve, pero todavía tienes esa base mucho más marcada. Siempre estoy buscando nuevos retos literarios, especialmente no quiero encasillarme en una etiqueta de ‘hago novelas eróticas y entonces cambio los nombres de los personajes pero todo el rato te estoy escribiendo de lo mismo’, sino que realmente me apetecen historias, retos distintos y sobre todo un crecimiento, una evolución propia y personal distinta.

– Pones encima de la mesa recurrentemente el sexo. Ahora mismo en la sociedad actual existe un puritanismo a todos los niveles, ¿por qué sigue siendo todavía un tabú?
– Porque no interesa, básicamente el sexo es una herramienta brutal que tenemos, una de las más poderosas, a nivel de meditación y de introspección. Gracias al sexo a mí me cambió la existencia entera, ya no solo mi vida sexual, sino profesional, personal y sobre todo introspectiva, en el sentido de identidad, de saber quién soy. Todo eso lo busco a través del sexo y por eso abogo siempre por que el sexo sea esa herramienta para el resto, que a lo mejor no lo es y está bien, pero para muchas personas también lo puede ser. A día de hoy el sexo es una herramienta de manipulación, se manipula muchísimo a través del sexo, ya sea a través de la religión, y no quiero señalar a la religión como tal, yo soy una persona muy espiritual, no religiosa a nivel cristiano ni nada, pero sí sumamente espiritual, es uno de los pilares más importantes de mi vida, pero sí que es cierto que la mercantilización de la fe es lo que a mí me toca un poco el coño. Entonces, claro, al final cuando están cogiendo algo tan esencial del ser humano como puede ser la fe, como puede ser el sexo, como puede ser la muerte, están manipulándonos a través de todas estas cuestiones, somos seres humanos que estamos en manos de todas esas ideologías y nos están alejando de nuestro origen. En realidad estamos aquí porque nuestros antepasados han follado mucho, me parece absurdo tener un tabú con lo que nos da el origen de la vida y lo que deriva de la misma, nos manipulan tanto el origen de nuestra existencia, toda la vida, toda nuestra vida, y creo que de algún modo también es esa capacidad de manipulación sobre cómo tienes que follar, por por qué tienes que follar, el separar emociones y sexo que me parece algo absurdo, si separamos la emoción del sexo tenemos una herramienta autodestructiva de puta madre que también se recoge en ‘Cuerpos’. Uno de mis objetivos, le voy a dedicar mi vida entera, es volver a esa sexualidad, a su origen, a esa naturalidad, a evitar esa manipulación sistemática con respecto a los seres humanos.
– ¿Cómo nos podemos empoderar a las mujeres a través del sexo?
– Haciéndolo nuestro, nos lo han quitado toda la historia de la humanidad, con etiquetas y alejadas de esa sexualidad. De hecho, la sexología clínica todavía está muy desfasada en cuanto a la sexualidad en los coños, porque el orgasmo femenino por ejemplo no es esencial en la procreación. La sexología estaba hecha por y para hombres, tenemos muchísimas terapias, tratamientos, etc. de la eyaculación precoz o del gatillazo, hay un mundo alrededor del pene, y muy poco alrededor del coño. Hasta el 95 no vimos realmente la estructura de lo que es el clítoris. Pero también siempre digo que tenemos que irnos un poquito más allá de occidente, si nos vamos por ejemplo a aquellas filosofías y aquella sexualidad ancestral que recoge todos estos temas como puede ser el tantra, o el tao, sí que tratan a ambos sexos por igual. De hecho, el tantra es muy matriarcal, en el sentido de que se necesita de la excitación de la shakti, que este caso es la energía femenina, para llegar a la elevación de la consciencia, se habla del orgasmo cósmico y de la no dualidad. Entonces si vemos más allá de occidente, sigue habiendo una brecha, que tampoco le voy a dar un premio a nadie porque el sistema patriarcal es el que es, pero sí que es cierto que cada vez es menos. Creo que una de las cosas que tenemos que hacer las mujeres es empoderarnos de nuestra sexualidad y cogerla como nuestra. Es muy importante no sentirnos culpables, no sentirnos tampoco ni putas ni mojigatas, porque siempre vamos a ser demasiado y nunca vamos a ser suficiente con todo lo que nos propongamos en la vida: o demasiado puta o demasiado mojigata, o demasiado gorda o demasiado delgada, o demasiado maquillada o demasiado poco maquillada, o sea, no tenemos un término medio. Tenemos que asumir eso y sobre todo decirnos a nosotras mismas: mira, voy a vivir una vez, voy a llevar este coño lo más usado a la tumba, te guste o no, porque es la vida que quieres llevar, y si de repente dices, pues mira yo todo lo contrario, para mí la sexualidad no es algo que quiera experimentar con tanta asiduidad, también está bien, no nos castiguemos, ni la libertad se trata de libertinaje, no se trata de repente de consumir cuerpos y follarte a media Sevilla, la libertad se trata de realmente querer hacer lo que tú quieras hacer.
Una de las cosas que tenemos que hacer las mujeres es empoderarnos de nuestra sexualidad
Noemí Casquet
– Lo que planteas, ese equilibrio entre ser objeto y sujeto de deseo, sigue siendo difícil; por otro lado media humanidad, o sea, los hombres, no han avanzado mucho, y luego está el sistema capitalista que lo fagocita todo, en el sentido de convertirnos en consumidoras de cuerpos. En este contexto, ¿eres optimista?
– Yo siempre voy a tener una mirada optimista, porque es que si no…, me quedan muchos años de lucha y no lucharía entonces si no tengo esa mirada optimista. Tenemos que tener muy presente, muy en cuenta, que el sistema como está establecido es un sistema de poder, en cuanto a género es un sistema patriarcal, en cuanto a lo económico es un sistema capitalista, en cuanto a la sociedad es un sistema de clases. Pero en realidad es el poder, la jerarquía del mismo poder, un poder que también se traslada por supuesto a nuestros cuerpos y a nuestra sexualidad, porque es una de las energías más poderosas que existen, el sexo es capaz de cambiar el mundo realmente. Ahora mismo estamos en la cuarta ola del feminismo, y de algún modo también estamos siendo víctimas y partícipes de la trampa del capitalismo: cuando un movimiento social entra dentro de un modelo del capitalismo, cuando de repente estamos viendo casetas que dicen ‘Woman Power’ en el Zara, tenemos que darnos cuenta de que tal vez seguimos siendo víctimas de ese capitalismo y de ese poder. Un movimiento social que genera incomodidad no estaría dentro del Zara, ¿sabes? Por otro lado, hasta qué punto podemos encontrar el equilibrio, es sumamente difícil, no es una polaridad, es una escala de grises absoluta, y sobre todo es muy individual. Pero sí que es cierto que por ejemplo ahora se está dando como una mercantilización del cuerpo y y lo estamos justificando con empoderamiento pero seguimos teniendo la misma estructura, es decir, vemos como de repente hay chicas jóvenes que se meten en Tik Tok y ganan 55.000 € una noche en un club de striptease, u otra que gana 30.000 en un mes en Only fans enseñando su cuerpo y mostrando imágenes explícitas de ella, pero no hablamos de aquellas mujeres escritoras, actrices, directoras ejecutivas, de lo que ganan. Esa mercantilización del cuerpo, es como si te puede empoderar el dinero a ti, al final estás en la misma rueda, cuidado con eso. Y en el caso de los hombres, pues seguimos con lo mismo, es decir, si no hay una ruptura también de esa masculinidad que sigue perpetuando todo el sistema, difícilmente podemos conseguir esa equidad. Necesitamos también de la otra mitad para que podamos cambiar las cosas y al final el sistema, es lo que digo siempre, oprime también muchísimo al género masculino, a los hombres, ya que les educan alejados de las emociones, en una sociedad de meritocracia, de tener que tener éxito en todo, etc. Bueno, es que esta pregunta es muy extensa, perdóname, pero realmente soy optimista, esa es la cuestión, porque voy a dedicar mi vida a ello, a cambiar al menos ciertas cuestiones de la sociedad.
– Última pregunta, sobre tu faceta como periodista y divulgadora. ¿Cómo transitas de la ficción a la no ficción?
-Me es muy relativamente sencillo, al final todo engloba al tema de la sexualidad. La no ficción es mi trabajo como periodista, yo creo y abogo por el nuevo periodismo, que es simplemente que el periodista se sumerge en las historias y a través de las fuentes documentales y fuentes personales explica una cuestión, eso es lo que hago yo a través del sexo, me sumerjo en diferentes prácticas a nivel profesional y luego lo explico en las nuevas plataformas como pueden ser las redes sociales, donde llego a millones de personas. Por otro lado, en cuanto a la ficción, me resulta muy bonito y fácil porque al final es como plasmar toda esa ideología que presento en la no ficción, en un mundo que podría ser perfectamente verídico y una posible realidad en un futuro, así que en ese sentido creo que todo todo se centra en lo mismo, en devolver el sexo al origen, y lo puedo hacer a través de la no ficción y de la ficción.
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