Rut Suárez Corrales es médica de familia en el centro de salud de Lebrija, Sevilla, y activista por la sanidad pública en Marea Blanca y la Coordinadora Anti-Privatización de la Sanidad Pública CAS. Habla para La Giganta digital en esta entrevista, en la que conocemos de primera mano cómo se está afrontando la situación de alerta sanitaria en Andalucía.
– ¿Cómo estás viviendo la situación de alarma desde tu centro de trabajo?
– En los centros de salud con bastante estrés e incertidumbre. Los materiales de protección escasean y los protocolos cambian cada pocos días, al principio incluso cada pocas horas, aparentan adaptarse más a los recursos disponibles que a la evidencia científica. Las primeras semanas apena había EPIs (Equipos de Protección Individual), casi ninguna mascarilla.. Entonces se decía que los asintomáticos no contagiaban y que solo necesitaban mascarilla sanitarios y pacientes con síntomas catarrales. Ahora sabemos que todo el mundo debe usar mascarilla para interaccionar con otras personas, en el caso del personal sanitario debería ser una especial FFP2 al menos, con gafas y bata impermeable para atender pacientes. Estuvimos reciclando y reutilizando casi todo este material, usando la misma mascarilla varios días, desinfectando batas y gafas… ante la escasez de material desechable.
Los ayuntamientos y vecinos están colaborado como pueden, suministrando pantallas hechas con impresoras 3D y monos impermeables, mascarillas…
Hemos organizado un circuito para minimizar el riesgo de contagio, con personal de triaje en la puerta, haciendo casi toda la asistencia médica en consulta telefónica y estableciendo una consulta especial para pacientes que acuden por síntomas respiratorios, cada día la pasa un médico diferente, los demás en consulta telefónica en el propio centro y algunos con situación de riesgo en el puesto de trabajo teletrabajando desde casa. Todo para minimizar el riesgo de contagio de profesionales y pacientes. Pasadas las primeras 2 semanas de sensación de absoluto caos estamos más asentados, asumiendo lo que está pasando, va llegando más material de protección, la población está respondiendo estupendamente, mayoritariamente comprensiva y responsable. Creo que todos estamos haciendo un gran esfuerzo y espero que de resultado.
– ¿Te esperabas algo así?
– Creo que nadie esperaba esto, estamos saturados de ver catástrofes, epidemias y desgracias en otros países que parece que nada tienen que ver con nosotros, aunque estén ocurriendo a pocos kilómetros… Nos creíamos intocables, incluso creo que las personas más concienciadas con el daño a la humanidad por el cambio climático y el sistema capitalista también estamos en estado de shock. Sabíamos que nuestro comportamiento con el planeta nos llevaba a la destrucción, pero vivirlo es otra cosa…
– Hay una especie de necesidad en señalar a los culpables: ¿qué opinas?
– Yo soy médica de familia y mi cerebro tiende a aplicar metodología científica para analizar las cosas. Aunque habrá que depurar responsabilidades de actuaciones concretas cuando la situación se estabilice (sobre todo en materia de riesgos laborales a profesionales y de falta de transparencia a la población), no me parece que la realidad sea tan simple como para establecer una línea entre culpables e inocentes. Ni nuestros dirigentes ni nosotros como sociedad estábamos mentalizados ni preparados para esta crisis. Aunque la amenaza estaba ahí desde enero en Asia y desde febrero en Italia, no nos lo queríamos creer. De hecho recuerdo perfectamente cómo voces muy críticas por haber tardado en tomar medidas rechazaban precisamente la adopción de estas medidas por lo mucho que podían perjudicar a la economía. De hecho podemos comprobar cómo los dirigentes de ideología más conservadora de otros países son los que más han tardado en aceptar el riesgo de la pandemia. Eso no quita que tras un mes desde la adopción de medidas exijamos a nuestra clase dirigente que deje de hacer política y tome las riendas de la situación. Las medidas a tomar en cuanto a control de la pandemia las dictan los técnicos y científicos con criterio, no tienen nada que ver con ser de uno u otro partido.
Otra cosa será la crisis económica que ya tenemos encima… ahí sí que espero que la izquierda sea firme y que la sociedad no permita el desamparo de tantas personas que van a quedar en la precariedad más absoluta.
– ¿Qué se tenía que haber hecho y qué no?
– Bueno, a toro pasado como se suele decir, lo que todos hemos leído de expertos y que ha funcionado en otros países como Corea del Sur. Tests masivos de detección de virus y de inmunidad a pacientes sintomáticos, a profesionales sociosanitarios y de servicios esenciales y a contactos aún estando asintomáticos. Esto permite aislar solo a las personas que pueden contagiar y evitar colapsar absolutamente la economía. También permite estudiar las características epidemiológicas de la enfermedad para poder luchar de forma eficaz contra la epidemia. Y evita de forma eficaz la propagación de la infección.
No creo que haya sido bueba idea por ejemplo desmantelar los centros de atención primaria en Madrid. Entiendo que es una medida extrema por la saturación de hospitales pero la primaria tiene capacidad de controlar casos leves y hacer seguimiento, evitando que todas estas personas vayan a hospitales donde se ha demostrado que hay más riesgo de contagio. También me llega información bastante fiable de que el hospital de campaña de IFEMA tiene defectos de organización y material… Es lo que pasa cuando se hacen las cosas sin contar con la opinión de los profesionales.
– ¿Qué se está haciendo bien?
– Puedo hablar de mi entorno que es lo que conozco. En Andalucía gracias a que no se han saturado los hospitales (salvo casos puntuales) en primaria estamos haciendo seguimiento masivo telefónico a pacientes, tanto con síntomas respiratorios como crónicos y paliativos. Lo que he explicado antes sobre cómo estamos en los centros de salud. Esto tranquiliza mucho a la población y permite evitar que vayan pacientes a urgencias hospitalarias disminuyendo el riesgo de infección. Estamos creo que toda la población muy concienciada con el lavado de manos y el uso de mascarillas. En general estamos siendo responsables y solidarios.
«En Andalucía gracias a que no se han saturado los hospitales (salvo casos puntuales) en primaria estamos haciendo seguimiento masivo telefónico a pacientes, tanto con síntomas respiratorios como crónicos y paliativos. Esto tranquiliza mucho a la población y permite evitar que vayan pacientes a urgencias hospitalarias disminuyendo el riesgo de infección»
– Los sanitarios sois el colectivo más contagiado: ¿por qué ocurre esto? ¿tenéis miedo al ir a trabajar? ¿qué demandáis?
– La verdad que entre los compañeros lo comentamos a menudo: estamos en primera línea en la lucha contra esta pandemia, con el incremento exponencial para infectarse que esto supone, y francamente es un insulto la falta de materiales, la falta de empatía con nuestras preocupaciones y la suspicacia con la que reacciona la administración ante nuestras quejas, con amenazas de expedientes. La falta de transparencia sobre la situación de la epidemia en cada área sanitaria es una verguënza. La verdad es que, más que como la solución al problema teniendo en cuenta nuestra opinión sobre lo que está pasando, a veces tenemos la sensación de que la administración (y esto es generalizado en todo el territorio nacional) nos ve como un inoportuno incordio. Somos (me refiero a todos los sociosanitarios, desde los técnicos de epidemiología, enfermería, falcultativos etc, hasta el personal de ayuda a domicilio) los que tenemos información de primera mano de la evolución la epidemia, y la formación para establecer la mejor manera de superar esta crisis sanitaria. Demandamos que nos escuchen de verdad. Lo que más miedo nos da no es contagiarnos nosotros, que también. Todos tenemos familiares frágiles y lo que de verdad nos aterra es poner en riesgo a las personas que queremos, eso es lo que peor llevamos.
– Los aplausos de las 8 os han puesto en primera línea. ¿Sois héroes?
– No somos héroes, somos profesionales. Parece que en España tenemos un concepto muy bajo de nuestra clase trabajadora en general, que no rinde como en Europa… Y si lo haces en condiciones deplorables entonces te convierten en un héroe… No queremos ser héroes y que se valore que arriesgamos la vida, no queremos arriesgarla. Queremos medios dignos para trabajar.
Lo cierto es que los muchos profesionales de cualquier categoría, profesionales de la sanidad, de la construcción, ingenierías, arte… lo que quieras, que se han tenido que marchar a otros países a trabajar son reconocidos por su gran valía, profesionalidad y formación excelente. Me da mucha pena que sectores de nuestro país que presumen de patriotismo se olviden tan rápido de que el capital humano es el más valioso de cualquier sociedad cuando gestionan la administración o sus empresas.
«Parece que en España tenemos un concepto muy bajo de nuestra clase trabajadora en general, que no rinde como en Europa… Y si lo haces en condiciones deplorables entonces te convierten en un héroe… No queremos ser héroes y que se valore que arriesgamos la vida, no queremos arriesgarla. Queremos medios dignos para trabajar»
– Hay una correlación entre recortes y el caos del sistema sanitario actual ¿no?
– Pues desgraciadamente se ha demostrado que sí… Esta epidemia tiene una mortalidad directamente relacionada con la capacidad del sistema sanitario para absorver la demanda de ingresos de pacientes en hospitales y UCIs. Si has recortado en sanidad, en camas de hospitales, en personal, y has privatizado gran parte de los servicios, el resultado va a ser mayor mortalidad por falta de esta capacidad.
– En el caso de Madrid se ha convertido en un ‘matadero’…
– Madrid sufre desde 2005 importantes recortes en personal sanitario, así como privatización de muchos hospitales. Eso unido a las características sociodemográficas ha convertido la comunidad en el epicentro de la epidemia en nuestro país. Los hospitales privatizados tienen como inversoras a grandes empresas nacionales y extranjeras de las que cotizan en bolsa, que entienden nada más de beneficios y rentabilidad, no son ONGs… En cuanto el hospital deja de ser rentable ponen al estado en la obligación de rescatarlo para no dejar sin recursos a esa población. Un negocio redondo. Creo que de esta crisis podemos aprender la importancia de tener una sanidad pública fuerte y capaz de atender a todas las necesidades de la sociedad.
Vamos a ver qué pasa en EE. UU. donde algunas personas sin seguro médico al salir de un ingreso por COVID-19 tienen pendiente una factura de 30.000 dólares… Y aún teniendo seguro médico ya sabemos cómo se las gastan algunas compañías buscando las excusas para ahorrase el dinero…
Aunque la sanidad pública tenga sus defectos, sobre todo cuando la gestiona gente corrupta o inepta, y tengamos que mejorar este y otros aspectos, es la única que puede garantizar la respuesta a un problema importante de salud pública. Creo que las epidemias han venido para quedarse como consecuencia del cambio climático y del daño que estamos haciendo al planeta. Deberíamos estar preparados para combatirlas.
«Si has recortado en sanidad, en camas de hospitales, en personal, y has privatizado gran parte de los servicios, el resultado va a ser mayor mortalidad por falta de esta capacidad. Aunque la sanidad pública tenga sus defectos, es la única que puede garantizar la respuesta a un problema importante de salud pública»
– Según las informaciones que nos llegan la comunidad andaluza no está tan ‘mal’ y hay gente que se asombra, acostumbrada a que encabecemos los rankings más negativos…
– Creo que se ha debido a las características sociedemográficas de Andalucía, la única ventaja de haber desindustrializado la comunidad los últimos 15 años. No tenenos tantas personas abarrotando metros y cercanías para ir a trabajar como en Madrid. No tenemos tantos vuelos internacionales, la actividad económica de nuestra comunidad se basa en el ocio y el turismo. Los meses de enero y febrero cuando suponen que el virus andaba ya por España la ocupación hotelera pudo ser de las más bajas del año. La cosa mejora en marzo y abril con las fiestas y el buen tiempo. Es mi interpretación de la situación dado que los primeros casos en España fueron importados de otros países europeos.
Al no tener una incidencia de infección tan alta las primeras semanas, y dado que llevamos un mes de aislamiento social, en Andalucía hemos podido organizar mejor que en Madrid la respuesta sanitaria a esta crisis.
La que nos va a pegar fuerte va a ser la económica que está empezando.
– Se apunta a un posible trasvase de enfermos de Madrid para camas libres de UCI en Andalucía, ¿qué opinas?
– Si tenemos capacidad y hay personas que lo necesitan me parece bien que en un estado de alerta haya un mando único que decida cómo distribuir los recursos. Los sanitarios estamos acostumbrados a esto, en Andalucía la empresa pública EPEs gestiona el centro coordinador de urgencias y emergencias, ellos deciden cómo distribuir los recursos. Cada vez que alguien llama al 061, es EPEs quien decide y moviliza a los equipos móviles del SAS: ambulancias de traslados, ambulancias medicalizadas o a profesionales del centro de salud. Al tener una visión global de la situación del área tiene mejor criterio para distribuir estos recursos.
«Al no tener una incidencia de infección tan alta las primeras semanas, y dado que llevamos un mes de aislamiento social, en Andalucía hemos podido organizar mejor que en Madrid la respuesta sanitaria a esta crisis. La que nos va a pegar fuerte va a ser la económica que está empezando»
– ¿Y el papel de la sanidad privada?
– Ya lo he comentado antes, privado significa que hay varias empresas que han puesto un dinero para ganar más, no como proyecto altruista… Están interesadas en gestionar la parte rentable de la sanidad, la que no se va a complicar. Los procesos no rentables no les interesa, están para hacer negocio. Vaya, no nos debe sorprender, cualquier empresario invierte su dinero con esta idea…
No estoy en contra de que existan clínicas privadas, me parece un trabajo dignísismo, tengo muchos amigos y compañeros que trabajan en privadas y son todos grandes profesionales de ética intachable. Lo que sí opino es que nuestra sanidad pública, la que va a estar ahí para lo no rentable, debe ser fuerte, de calidad y digna con sus trabajadores y usuarios. Un pilar incuestionable de nuestra sociedad.
– ¿Qué pasa con el resto de enfermedades en tiempo de pandemia?
– Es un problema, la verdad, las listas de espera de pruebas complementarias y quirúrgicas se va a disparar de forma astronómica. Estamos atendiendo a lo no demorable por supuesto, pero probablemente hay enfermedades crónicas que con el estrés de estas semanas, el confinamiento en nuestras casas, etc., se van a descompensar. De hecho ya comentan nuestros compeñros de urgencias hospitalarias que por miedo a acudir los pacientes crónicos consultan cuando ya están muy al límite (pacientes cardiópatas y respiratorios sobre todo).
– Por qué es tan importante mantener los centros de atención primaria?
– En primaria conocemos a nuestros pacientes y a sus familiares, eso es un mundo en medicina. Yo misma me siento un poco perdida cuando atiendo a pacientes de otros compañeros que no conozco. De tus pacientes, sabes su historia, su situación familiar, su patología crónica y sus crisis agudas previas. Somos los que con mejor criterio podemos decidir si una persona necesita o no consultar con urgencias hospitalarias o ingresar, con lo que podemos filtrar mejor que nadie para que no colapsen los hospitales. Además los pacientes confían en nosotros, yo estas semanas cuando llamo ya me conocen la voz y noto cómo se tranquilizan por saber que estamos pendientes. Primaria acompaña, promueve y orienta los autocuidados, puede gestionar y adelantar pruebas, ser intermediaria para consultar con otros especialistas… Además de hacer diagnóstico y tratamiento. La primaria es fundamental, lo saben nuestros pacientes y lo valoran nuestros compañeros de especialidades hospitalarias.
– Un último mensaje…
– Me gustaría que esta crisis nos sirva para hacer una reflexión global, del estilo de vida que hemos llevado, lo que estamos haciendo a nuestro planeta, de la importancia de la SALUD en mayúsculas, no solo la sanidad pública sino todos los determinantes en salud (alimentación, educación, vivienda, entorno, trabajo digno…) que influyen en que tengamos la mejor salud posible. Es un regalo, y no la valoramos hasta que la perdemos. Que aprendamos el valor de los cuidados que hacemos mayoritariamente las mujeres, sobre todo nuestras abuelas, nunca volvamos a subestimar ese esfuerzo.
Que salgamos de esto más amables con las personas que nos rodean, valorando más a nuestros seres queridos y el tiempo que pasamos con ellos. Que seamos más solidarios, más justos y más humanos que nunca. Espero que la crisis económica que se nos echa encima no nos enfrente de nuevo, mientras los que ya sabemos resguardan sus ropas del chaparrón como siempre. Que no nos dividan los políticos, que aprendamos a construir juntos una sociedad mejor, aceptando que cada cual tiene su ideología, y que esto lejos de separarnos nos sirva para aprender a dialogar y a respetar otras forma de pensar.
Ojalá podamos y tanto dolor y sufrimiento por la pandemia no habrá sido en vano.
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