Al llegar desde Sevilla por una carretera serpenteante disfrutamos, por un lado, de la hermosa estampa que nos ofrece Estepa. El otro punto a destacar es su olor. En estas fechas, la almendra tostada y la canela inundan todas las calles y embriagan a numerosos visitantes que buscan comprar polvorones, mantecados y especialidades en las 23 fábricas que hay en el municipio, 19 de ellas adscritas al marco del Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) «Mantecados de Estepa» y «Polvorones de Estepa», un marchamo distintivo de calidad. En La Giganta digital visualizamos la destreza y habilidad de esas mujeres que hay detrás de las más de 22.000 toneladas de dulces navideños, previstos para este año, y que alcanzan el 85% de los aproximadamente 2.500 puestos de trabajo que supone esta industria. Un ejemplo perfecto para celebrar, hoy, el Día Internacional de las Mujeres Rurales.
En Estepa encontramos la rotonda de la Mantecadera, un homenaje a esa mujer trabajadora que, desde hace tantos años, ya protagonizaba la jornada doble y triple, afanándose fuera y dentro de casa, y siendo responsable de los hijos e hijas… Para José María Fernández, actual Secretario General de la IGP, “la mujer ha sido y es el principal bastión del mantecado y polvorón de Estepa”. Debemos tener presente que las recetas más antiguas se conservan en el convento de las monjas de clausura de Santa Clara, fundado en 1559, y que quien comenzó su comercialización también fue una mujer, Micaela Ruiz Téllez, apodada La Colchona, que dio origen a la primera fábrica estepeña.
Para Rosa Manzano López, responsable de Calidad y Producción de Mantecados El Santo, “la mujer ha sido, es y será fundamental para el mantecado”. El trabajo en este sector, continúa, “requiere la destreza, habilidad y experiencia de las mujeres liadoras y envasadoras. Nosotras ofrecemos todo nuestro tiempo, durante la campaña de mantecados, para que esta industria sea el motor económico de la localidad e, incluso, de la comarca. Gracias a este tesón y esfuerzo se consiguen los ritmos de producción que hoy día son necesarios para rentabilizar el trabajo”.
Pese a ese ritmo vertiginoso, apunta José María Fernández, “la artesanía no se ha perdido en ninguna de las fábricas pertenecientes a nuestro registro, lo que sí se ha facilitado, a través de la tecnología, es que procesos que eran laboriosos, que suponían mucho esfuerzo físico, se han mecanizado, lo que ha supuesto una mejora clara de las condiciones laborales. Dicho esto, hay procesos que se siguen realizando de la misma manera que hace más de 150 años, por lo que se podrán mejorar, pero no desaparecerán, seguirán dándole ese sabor de antaño”.

En esa línea, volvemos con Rosa Manzano, en esta industria “seguimos trabajando por lo nuestro, por llevar los mantecados, polvorones y especialidades al mayor número de hogares en estas fechas. Compartir estas delicias con el resto del mundo es lo que nos mueve a seguir mejorando cada año con nuevas promociones y variedades…”. Ilusiones renovadas, asume, “por parte de muchas de nosotras, que somos mujeres, y esperamos ansiosas la llegada de estos meses para contribuir a la economía familiar, mostrar nuestras habilidades y hacer crecer este sector que tantos beneficios aporta a Estepa y zona de influencia”.
Las mujeres han aportado sus habilidades y experiencia en la producción de mantecados a lo largo de los años, eso es indudable, pero también es fundamental su flexibilidad laboral, ya que la campaña es intensiva, concentrada en los meses previos a la Navidad. Por ello, explica Rosa Manzano, “se requiere una gran disponibilidad horaria, con jornadas largas. Por ser un trabajo estacional, la mayoría de los hombres prefieren buscar mayor estabilidad laboral en otros sectores”.
Preparación
Las mujeres que trabajan en el sector del mantecado son personas formadas y con experiencia en una industria muy exigente. Trabajan en todos los departamentos y se ocupan de garantizar la calidad de los productos. “Estamos en toda la cadena productiva, desde la recepción de materias primas hasta el envasado”, reconoce Rosa Manzano, «y nos ocupamos también de una logística compleja en la que se trabajan muchas referencias y variedades. Vendemos muchas bolsas, surtidos, estuches, cajas, etc. Un número importante de productos que hay que organizar para que lleguen a distribuidores, lineales, tiendas, vendedores…”. Un trabajo arduo que, sin embargo, también les deja ratos de convivencia en los descansos, donde las charlas entre mujeres se hacen protagonistas y relajan el estrés de la campaña de mantecados.
A pesar de que este producto es estacional, una delicia que muchas familias buscan para sus sobremesas navideñas, cada año trabajan desde Estepa en promocionarlo para llegar aún a más casas, dentro y fuera de nuestras fronteras. Gracias a este amplio mercado, aclara Rosa Manzano, “nuestros mantecados, polvorones y especialidades tienen una gran salida comercial; sin embargo, trabajamos para romper esa estacionalidad, aunque introducir nuevos dulces en los mercados durante todo el año es una labor muy complicada”.
En ese sentido, la industria del Mantecado y Polvorón de Estepa, debe ir y caminará en los próximos años, concluye el secretario de la IGP, José María Fernández, “a la consolidación de la calidad, conservando la artesanía de siempre, tanto en el producto final, como de sus procesos productivos. Por supuesto, debe llevar por bandera el nombre de Estepa, protegido para estos productos por la Comisión Europea que, cada vez, tanto para el consumidor final como para las grandes distribuidoras, está cogiendo más peso. Y la mujer, cómo no, seguirá teniendo ese peso simbólico y real que siempre ha tenido”.
TESTIMONIOS
Remedios Fernández Alfaro.
Mantecaera en La Colchona.
“Desde sus inicios las mujeres eran las únicas operarias en los obradores”
Para Remedios (Reme), sin lugar a dudas, la mujer es indispensable en la elaboración del mantecado. “Desde sus inicios eran las únicas operarias en los obradores”, reconoce. “No creo que la elaboración manual desaparezca, ya que son productos muy cuidados y valorados por los paladares más exquisitos. Se podría decir, incluso, que para este tipo de productos estacionales (Navidad), la elaboración artesana está en auge”.
La evolución de la mujer, opina, “no ha cambiado mucho, ya que sigue siendo imprescindible”. De cualquier manera, opina, “hay fábricas cuya dirección es llevada por mujeres, algo que es y debería ser normal en pleno siglo XXI”.
María del Carmen Olmedo Borrego.
Responsable de Calidad de Dulces La Vicaría.
“Un ingrediente más de los mantecados y polvorones es el cariño que las mujeres les aportan”
Esta joven de 29 años está segura de que, sin “esas manos delicadas de las mujeres y ese cariño hacia el producto”, el mantecado “no sería lo que es a día de hoy, un producto navideño especial en las mesas de todos los españoles y parte del mundo”.
Para Olmedo, el papel de la mujer en la industria de Estepa se ha mantenido en todo momento ya que “aunque haya habido cambios en líneas productivas, hemos seguido siendo piezas claves en la elaboración del producto”.
Al igual que todos, piensa que “un ingrediente más de los mantecados y polvorones es el cariño que las mujeres les aportan”. Hoy en día, concluye, “hay mucha demanda de productos artesanos, elaborados a mano y estoy segura que estos productos subirán muchos puntos de aquí a unos años, respecto al proceso industrializado y automatizado”.
Belén Sánchez.
Mantecaera en Santa Clara.
“La esencia y presencia de la mujer no ha cambiado con el tiempo”
Para la joven Belén (21 años), que se ocupa del liado, reparto de mercancía, envase y atención del despacho de Santa Clara, “la mujer ha sido fundamental en toda la evolución del proceso del mantecado, siendo así un pilar imprescindible tanto fuera como dentro de casa”. Desde su punto de vista, su papel es el principal, “sin ellas muchas de las funciones de esta industria no serían lo mismo, ya que la presencia de la mujer en este sector es mayoritaria”. No obstante, “la evolución ha ido cambiando poco a poco con el tiempo, pero la esencia y presencia de la mujer no cambia, ya que la experiencia enriquece su trabajo y evoluciona, pero sin perder las raíces del principio”.
Día Internacional de las Mujeres Rurales
Micaela Ruiz Téllez, una “mujer rural”, fue quien dio el primer paso para que, desde el punto de vista comercial, la industria del mantecado sea hoy en día el referente nacional e internacional del dulce navideño. Hay personas que entienden que ‘rural’ es sinónimo de analfabetismo y para nada es así. La mujer rural y, en concreto, las mantecaderas de Estepa, son un ejemplo de laboriosidad y modernidad porque, cuando en muchas grandes ciudades se consideraba o estaba mal visto que la mujer trabajara, en la localidad sevillana existía esa mente abierta y ellas ya estaban incorporadas al mundo laboral, algo que hoy suena novedoso y actual, pero que en este municipio de la Sierra Sur siempre se ha visto con normalidad. A partir de ahí, las mujeres han ido ocupando cargos de responsabilidad en los departamentos de calidad, administración, compras o gerencias. En Estepa y comarca, muchas mujeres son las que aportan la economía en sus casas, desde septiembre a enero; y no solo a nivel económico, sino que –evidenciando el día de hoy– existe un desarrollo y relevancia social, cultural y gastronómica por parte de esas manos que contribuyen a la alimentación familiar y, en estas próximas fechas navideñas, al disfrute de los internacionalmente conocidos mantecados y polvorones.
Así pues, con la declaración del Día Internacional de las Mujeres Rurales, se celebra la función y contribución de la mujer rural en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural. Y, sobre todo, se visualiza la lucha que ha tenido, y tiene, la mujer rural para sacar adelante a la familia y el reconocimiento de su trabajo. Es un día para honrar ese esfuerzo que no suele valorarse pero que siempre ha existido.
Comentarios: 1 reply added