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10 octubre 2019  |  Por La Giganta Digital

Mari Trini, luchando entre olas

2019-10-09 20.42.56
“Si en verdad me quieres, yo ya no soy esa / Que se acobarda frente a una borrasca / Luchando entre olas encuentra la playa / Esa niña sí, no / Esa no soy yo”.

TEXTO: Rafael Calero Palma (escritor y poeta).

Estos versos pertenecen a una canción titulada “Yo no soy esa”, compuesta por la cantante Mari Trini e incluida en su tercer álbum, publicado en 1971 por la compañía discográfica Hispavox y titulado genéricamente Escúchame. Unos versos premonitorios, valientes, que de alguna manera, venían a decirle al mundo, esta es la mujer que soy, no me asusto de nada y no estoy dispuesta a hacer las cosas que se esperan de mí por el simple hecho de haber nacido mujer, sino más bien lo que me venga en gana. No podemos olvidar el año en que se publicó el tema, es decir, 1971, y tampoco vamos a olvidar cómo era la España de 1971, un país, gobernado por el nacionalcatolicismo más rancio, machista, retrógrado, violento y fanático. Aunque sólo hubiera compuesto esta maravilla, Mari Trini ya hubiera merecido un puesto de honor en el Olimpo de la música española. Pero hubo mucho más. Durante toda su vida, Mari Trini fue una mujer libérrima, porque Mari Trini, siempre hizo lo que mejor le pareció a ella. Porque Mari Trini, era mucha Mari Trini.

María Trinidad Pérez de Miravete-Mille nació el doce de julio de 1947, en el seno de una familia aristocrática venida a menos, en Singla, una pequeña pedanía de la localidad murciana de Caravaca de la Cruz, aunque muy pronto se trasladó junto a su familia a Madrid. Vivió una infancia truncada por la enfermedad, pues pasó varios años postrada en la cama por una infección renal, que iba y venía. Durante esos años de cama, encontró su tabla de salvación en la literatura, en la poesía y sobre todo en la música. Aprendió a tocar la guitarra y a componer sus propias canciones. A los quince años, tras su recuperación, conoció de manera casual al director de cine Nicholas Ray, quien por esa época estaba rodando una película en España y se fue a Londres tras él para iniciar una carrera como artista. Era el año 1963. Durante esos años de adolescencia, vivió también en París. En estas dos ciudades, empezó a componer, perfeccionó su pericia con la guitarra y, sobre todo, vivió intensamente, lejos de la España asfixiante y monjil de la época. Cuenta la leyenda que en sus días londinenses y parisinos la futura estrella de la música conocería a gente como Paul McCarney, Peter Ustinov, Jaques Brel, entre otros muchos. No está nada mal para una jovencita de Murcia.

Pero Mari Trini tenía muy claro que quería ser cantante y para conseguirlo puso toda la carne en el asador. Así se lo contaba al periodista José María Plaza, en una entrevista para el diario El Mundo:

Y creo que la música me viene en los genes. Mi padre, que era abogado, tocaba la guitarra, y mi madre, el violín, pero no se dedicaron a la música porque entonces estaba muy desprestigiado. Una chica, si decía que quería ser cantante era como si dijera que quería ser puta.

Mari Trini fue una compositora extraordinaria y una magnífica cantante. Escribe el poeta Luis Antonio de Villena sobre ella que, “pisó fuerte en la escena musical española, poseyendo voz propia, tono propio y un hacer compositivo absolutamente suyo…” Su discografía, compuesta por veinticinco discos (se dice pronto, pero es una verdadera bestialidad) está plagada de canciones alucinantes. Su primer disco, titulado simplemente como su nombre, Mari Trini, apareció en 1969. Entre esa primera colección de canciones y su último trabajo discográfico, aparecido en 2001 y titulado Mari Trini con los Panchos, la cantante y compositora murciana, grabó varios cientos de canciones, consiguió incontables números uno en las listas de éxitos y llegó a vender varios millones de copias (la SGAE estima que unos días millones). Durante una época que duró varios años, y que se extendió entre finales de los setenta y mediados de los ochenta, era una figura que se podía ver de manera regular en programas musicales y no musicales de televisión, ocupaba páginas y más páginas en revistas y periódicos e incluso apareció posando desnuda en la portada de la revista Interviú. Era una persona que gozaba de una popularidad tremenda en aquel país de la época de la Transición. Y no sólo aquí. También en toda Hispanoamérica se convirtió en una de las figuras más populares y más vendedoras. Muchas de sus canciones, como la ya citada “Yo no soy esa”, “Una estrella en mi jardín”, “Amores”, “Ayer”, “Cuando me acaricias”, o “Ayúdala”, fueron parte de la banda sonora de una época y de las vidas de muchas personas.

En mi opinión, sus mejor momento creativo y artístico fue, sin duda, el que abarca sus primeros años en el mundo de la música, desde su primer álbum hasta mediados de la década de los setenta, o sea, hasta la publicación de Transparencias, que es de 1975. En estos primeros discos también se pueden encontrar las letras más poéticas y hermosas de la autora, como demuestra la propia “Esa no soy yo”, una canción que está entre las mejores de toda la historia de la música española, y donde no era difícil seguir el rastro de sus influencias nacionales en internacionales, entre las que destacaban su admirados Bob Dylan y Joan Manuel Serrat.

De todos los discos que grabó Mari Trini mi favorito es, sin ningún género de dudas, Escúchame, un maravilloso elepé que supuso el tercero en la larga discografía de la cantautora murciana. Como ya hemos señalado, es un álbum de 1971, es decir, de cuando yo aún llevaba pañales y probablemente ni siquiera andaba a gatas. Este disco me gusta tanto que el ejemplar en vinilo que tenga ahora, es el segundo que me compro. Ya me pillé otro ejemplar hace unos años en un mercadillo de segunda mano, pero estaba en muy malas condiciones y apenas se podía escuchar. El de ahora está muy, pero que muy bien. La funda está en muy buen estado y el vinilo no tiene ni una sola herida de guerra. Vamos, que se escucha perfectamente.

Este tercer disco incluía temas de Patxi Andión (“Canción vieja”), de Becaud (“Me marcharé”), de Jacques Brel (“La fanette”), de Moustaki (“Milord”), y de otros autores menos conocidos, pero también había entre los surcos de Escúchame composiciones de la propia Mari Trini. De hecho, la canción que más me gusta de todo el álbum es, “Yo no soy esa”, todo un clásico de la música española, compuesta y escrita por ella misma. La letra de esta canción es muy, pero que muy potente. Un canto a la libertad individual y al amor lésbico. Una pasada. Y más si tenemos en cuenta el año en que se grabó y el país que le tocó a la criatura en suerte. Escúchame fue producido por el genial Rafael Trabucchelli (había nacido en Italia pero desarrolló en España su carrera profesional) y los arreglos son de otro gran músico de la época, Waldo de los Ríos (excepto el de “Yo no soy esa”, que es de Miguel Ramos). Para quien no lo sepa, tenemos que decir que Trabucchelli fue el primer gran productor de la música española, inventor de lo que se dio en llamar el “sonido Torrelaguna” (se llamó así porque los estudios de Hispavox estaban en la calle Torrelaguna de la ciudad de Madrid) y produjo éxitos internacionales como el famosísimo “Himno a la alegría” que cantó por todo el mundo Miguel Ríos. Además también fue el productor de gente a la que admiro muchísimo como Pic Nic (el primer grupo en el que cantó Jeanette) y Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. El sonido Torrelaguna se caracterizaba por sus arreglos para grandes orquestaciones, lo que producía un sonido de una elegancia que, la verdad sea dicha, aún hoy, cuando han pasado más de cinco décadas de muchas de estas producciones, sigue sorprendiendo por su modernidad.

Además de una gran cantante y compositora, Mari Trini fue una mujer comprometida, feminista cuando en este país la inmensa mayoría de la gente no tenía ni puta idea de lo que significaba el feminismo. Ella siempre dio un paso al frente por los derechos de las mujeres y por la igualdad. Durante la mayor parte de su vida vivió sus amores y sus relaciones como le vino en gana. Durante varias décadas convivió con el gran amor de su vida, una mujer francesa llamada Claudette, aunque de una manera discreta, sin hacer bandera de su lesbianismo pero tampoco ocultándolo. En 2008, Mari Trini recibió el Premio Lucha por la Igualdad, que concede la Comunidad Autónoma de Murcia.

Mari Trini murió en 2009. A pesar de que llevaba un tiempo enferma, nunca abandonó la composición de nuevos temas pues no había renunciado, a pesar de todo, a poder grabar un nuevo álbum así como a ofrecer un gran concierto de despedida y a publicar un libro de poemas. La muerte la sorprendió el día 6 de abril en el hospital murciano Morales Meseguer y todos estos proyectos quedaron truncados, como su propia vida. El día de su muerte la cantante tenía sesenta y uno años. Fue incinerada en la más estricta intimidad.

La poeta Gloria Fuertes, que estuvo profundamente enamorada de la cantante durante una época de su vida, pero que no fue correspondida, aunque ambas fueron muy buenas amigas, le escribió un poema titulado “Cuando Mari Trini canta”, que terminaba de esta manera gloriosa, nunca mejor dicho:

esta niña que se llama Mari Trini

cuando canta, la verdad reluce,

la maldad se espanta cuando canta

cuando Mari Trini canta

¡hasta Dios se levanta!

cuando Mari Trini canta.

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