En los momentos de crisis, se acrecientan las desigualdades y las mujeres somos especialmente agraviadas, por ello, es más necesario que nunca reivindicar día a día la necesidad de un cambio estructural de nuestra sociedad, de nuestro mundo.
Tenemos que construir un mundo asentado en principios democráticos, basado en el respeto a la igualdad y la justicia, donde la violencia machista esté desterrada de nuestras vidas.
Los gobiernos, de todos los ámbitos territoriales, tienen la responsabilidad de no permitir que la pandemia fortalezca al patriarcado y que se asiente, aún más. El patriarcado y todos los poderes e ideologías que lo sustentan, no tienen cabida en un Estado democrático y de Derecho.
Este 25 de noviembre, estamos en las calles, porque la violencia contra las mujeres no cesa, porque erradicar la violencia contra las mujeres y las estructuras patriarcales que le dan cobertura, es un objetivo inaplazable.
En todos los lugares del mundo las mujeres sufrimos todos los días, múltiples formas de violencia contra nuestras vidas y nuestra integridad:
- Los asesinatos de mujeres es la forma más visible de la violencia machista y una de las más crueles. Cada día en el mundo son asesinadas miles de mujeres, como consecuencia de la violencia machista. Las instituciones, los gobiernos de todos los Estados son cómplices de esta violencia; algunos por sus políticas contrarias a los derechos humanos de mujeres y niñas, y otros por su falta de actuación.
- Son también una forma extrema de violencia machista las agresiones sexuales y las violaciones, y, en la mayoría de los casos, las sentencias son reflejo de una Justicia patriarcal, que no nos representa ni queremos.
- La explotación sexual y la mercantilización de las mujeres, están adquiriendo dimensiones antes nunca vistas, mujeres y niñas son comercializadas desde todas partes del mundo y España se ha convertido, desgraciadamente, en uno de los destinos de explotación sexual preferido.
- La feminización de la pobreza está alcanzando unos índices alarmantes, también en nuestro país, por las tasas de desempleo y precariedad laboral, lo que provoca, además, que la brecha salarial se vaya ampliando.
- Los servicios públicos de atención y cuidados no cubren las necesidades reales y son reemplazados mayoritariamente por el trabajo de las mujeres, eliminando toda posibilidad de vida propia, proyección profesional y personal.
Por eso, desde el Movimiento feminista de Sevilla reclamamos una sociedad libre de violencia machista, en la que el ámbito educativo esté impregnado de políticas públicas basadas en igualdad y el respeto a la diversidad.
Queremos que todos los comportamientos sexistas y patriarcales desaparezcan por completo de la sociedad y construir un mundo de seres iguales en oportunidades y medios.
Queremos una sociedad donde no se asesine, ni maltrate, ni explote, ni discrimine, ni mutile o empobrezca ni a una mujer más en el mundo.
Queremos un mundo de mujeres libres e iguales en derechos y oportunidades, exigimos un mundo sin violencia patriarcal, un mundo en igualdad.
ERRADIQUEMOS LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
ERRADIQUEMOS LA VIOLENCIA MACHISTA DE LA SOCIEDAD

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