La Giganta hemos cumplido dos años de vida, pero nos ha cogido la pandemia en medio y no lo hemos celebrado como queríamos. Así que hemos creado una nueva sección, ‘La Giganta en alerta’, donde están yendo a parar la mayoría de las entradas durante esta alarma tan monotemática, con el objetivo de que el virus no borre a las mujeres ni al feminismo. Hoy que se celebra el día mundial de la libertad de prensa, nos parece acertado hacer balance y seguir reivindicando un proyecto que sigue siendo humilde, independiente, autosugestionado y en construcción.
La Giganta nació en paralelo a la explosión del feminismo a nivel global, que no a remolque, y lo hemos querido llevar a lo local, a lo situado, sin dejar de tejer redes con lo universal. Parece fácil pero no lo es tanto, partir de una realidad próxima sin caer en localismos excluyentes. Abrir puertas y ventanas, ahora azoteas también, más allá de lo folclórico, o de lo alternativo, porque, sin negarlos, no nos bastan. La acogida nos dice que estamos en el camino correcto: gracias a todas aquellas personas que se han hecho eco, nos han llamado para participar, y nos siguen por las redes.
En estos dos años (y algún mes más), hemos constatado que somos mujeres periodistas que hemos puesto en marcha un medio de comunicación con un enfoque de género, feminista, y no feministas que montan un medio, que no es lo mismo. La libertad de expresión y de comunicación son derechos fundamentales de todas las personas, pero no son periodismo, no como profesión. Seguimos siendo muy conscientes de cuáles son las condiciones de precariedad, intrusismo y autocensura del sector. Por tener una proyección pública, no se nos juzga como al resto, pero los y las periodistas también tenemos jefes, miedo y presiones, exactamente igual que el resto. Las crisis económicas se han cebado con la profesión, y con ellas la relación causa-efecto en cuanto a credibilidad.
Ejercer un periodismo situado es para nosotras no mentir en el punto de partida, contar e interpretar los hechos, que es la función periodística, más necesaria que nunca en este momento plagado de bulos, noticias falsas y propaganda vendida como información. La libertad de prensa es un derecho irrenunciable, de todas, al igual que el derecho a la información veraz. Rara vez se ha puesto tan de manifiesto esa función de servicio público esencial.
Al igual que el feminismo, los feminismos, no son una moda pasajera, La Giganta ha llegado para quedarse. No podría hacerlo sin las personas que colaboran en este proyecto: José Antonio, Andrea, Rafa y muchos más. Y, por supuesto, sin todas vosotras, que nos estáis acompañado en este camino por trazar. Gracias y Salud.
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