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19 noviembre 2021  |  Por La Giganta Digital

La Chica, artista: «Vamos a tratar a la mujer como humana. Vamos a dejar de matarla por ser mujer. Vamos a dejar de violarla porque es mujer»

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TEXTO y FOTOS: María N. Limón.

La Chica, apodo de Sophie Fustec, presenta su último disco “La Loba” en el Monkey Week, realizado durante el confinamiento y período crítico de la pandemia, en el cual perdió a varios seres queridos y en concreto, a su hermano, al que le dedica este trabajo tan emocional, de adentrarse en el dolor y trascenderlo. Ha venido a presentarlo a Sevilla, a esta nueva edición del Monkey Week, que ha cambiado de escenario para los conciertos, el Cartuja Center CITE, en una nueva presencialidad y aún con restricciones pero donde se ha podido bailar de nuevo.

La música de esta artista todoterreno es de rituales y de folklore, de santería, de psicodelia y electrónica pero también de sampleo y sintetizadores analógicos. Tiene una sólida formación musical que viene de muchos años de conservatorio tocando piano y violín. Y una voz de gran fuerza y belleza. Sus influencias de clásicos como Debussy siguen presentes, pero en un código y universo propio que también tiene que mucho que ver en su performance en escena con sus aprendizajes del teatro japonés entre otras formas de plantear el set. “La loba” es un disco intimista y contundente. Como canta en uno de los temas, es bailar encima de los huesos de los muertos, y renacer.

– Vienes de presentar este trabajo en escenarios más íntimos, y se trata de un disco de hondura, dolor, rabia, emociones contundentes, un canto a la vida y a la muerte, a la memoria de tu hermano y tu duelo, a las mujeres entre otras cuestiones. ¿Cómo te has tomado este nuevo espacio de grandes dimensiones para traernos este viaje musical que es «La Loba» en Sevilla?
– Me impresionó mucho el espacio y al verlo me hizo cambiar el set que hago normalmente y crear algo específico en este lugar, junto con el contexto de la gente que iba a conocer. Y decidí entrar en el escenario con un palo santo para abrir la ceremonia y sentirme más cerca del público. Y luego ya solo ir a tocar el piano y entrar de verdad en la música. Y lo disfruté muchísimo. Yo necesito sentirme en trance en algún momento para ver si lo he logrado o no. Y así fue. Sentí la energía super fuerte de la gente. Un público muy expresivo. Y es un placer absoluto tocar frente a personas que entienden lo que estoy diciendo.

– ¿Tienes una chamana dentro? Está ahí muy presente el libro de Clarissa Pinkel ‘Mujeres que bailan con los lobos’.
– Sí, yo creo que todas lo tenemos, ese poder de conexión con la naturaleza salvaje, con la intuición. Todas tenemos ese poder de resiliencia. La sororidad. La hermandad es algo que nos hace más fuertes. Sólo hay que prender la chispa. Hay que prender la llama del fuego que ya está ahí. Y por eso insisto en que todas somos brujas. Ese proceso de encontrar esa naturaleza salvaje a veces es largo. Es muy largo. Mi camino ha sido complicado también. Yo crecí rodeada de mujeres fuertes, guerreras, independientes, hasta que tuve una relación que me encerró y me hizo perder toda mi fuerza y tuve que luchar mucho para deshacerme de eso y salir de ese círculo vicioso, infernal, violento. Y sí que creo que todas nos encontramos con situaciones fuertes, las violencias físicas, psicológicas, sistémicas, ese tipo de relaciones, y además definitivamente vivimos en una sociedad que no está hecha para nosotras. Un sistema que está muy lejos de todo lo que pueda representar la mujer. Un sistema que usa a la mujer como objeto. Estamos muy lejos de una situación ideal para las mujeres. Y todas lo hemos vivido en algún momento de nuestra vida.

Mi camino ha sido complicado también. Yo crecí rodeada de mujeres fuertes, guerreras, independientes, hasta que tuve una relación que me encerró y me hizo perder toda mi fuerza y tuve que luchar para deshacerme de eso y salir de ese círculo vicioso, infernal, violento

La Chica


Mi punto de partida para encontrarme fue el de empezar a crear mi proyecto musical en solitario. Yo tocaba para otra gente. Hacía giras por el mundo entero, con grupos, cantantes. Casi todos hombres. Y yo actuaba un poco como hombre, como para adaptarme, como un mecanismo de protección y decirles: yo también puedo. Pero fue un error muy grande, hasta que me di cuenta de que tenía muchas ganas de ser mujer. Y en realidad siendo mujer tenía más creatividad que nunca y más fuerza. Y tenía muchas cosas que decir y lo quería hacer a través de mi propio sonido. Y eso fue parte de una búsqueda de identidad muy fuerte. Y me ayudó a asumir quién era, con esa dualidad femenino-masculina. Y con mis raíces híbridas.

– Cuéntame de esas raíces híbridas que tan presentes están en tu música. De esa dualidad Europa-Latinoamerica.
– La base, la tierra, la madre, es venezolana pero viviendo en Francia, el país de mi papá. Durante años, y sobre todo durante la adolescencia que quieres pertenecer a un grupo, pues me ha costado muchísimo, porque el lado venezolano está bien presente y con muchas contradicciones con el lado francés. Recuerdo los viajes de vuelta de Venezuela, me costaba mucho adaptarme de nuevo a los códigos sociales franceses. Un constante viaje de ida y vuelta. Y hubo un momento en que ya fui consciente de que nunca iba a poder ser parte de una cultura pura, y que no iba a representar una bandera. Ese día fue un alivio. Eso significa libertad absoluta. Y ser ese ser híbrido que somos todas las personas de este planeta, donde hay una gran fusión antes o después. Ya no tiene sentido esa pureza. Tenemos constantemente acceso a referentes culturales de otros países. A nivel musical y artístico es igual. Llevamos muchos años ya mezclando rítmicas africanas, de la India. Esta mañana estaba escuchando un canal de música francés y casi todas las rítmicas vienen de África, o afrocubana, o caribeña.

– En tu música hay muchos elementos rituales, ancestrales, y trabajas los ruidos usando el piano mucho más allá que tocando las teclas.
– El piano es el instrumento más completo. Es una orquesta. Lo puedes usar como instrumento de percusión, como instrumento melódico, como instrumento armónico. Y lo amo por eso. Es una relación total. A veces lo dejo hablar. Y habla solo. A veces hablo yo sola. A veces conversamos, otras luchamos un poco. Pero es muy agradable porque que lo vas lanzando a nivel de sonido lo recibes enseguida, porque la vibración me llega por los brazos. Y sí, es muy orgánico y muy carnal. Y en esa relación se integran rituales, claro está.

– Tu primer álbum es “Cambio”, expansivo con mezclas más electrónicas y con el folklore también. Pero “La loba” surge en un contexto muy especial, en una situación de duelo, fundamentalmente el de tu hermano.
– “Cambio” fue el primer álbum, el parto, el inicio de todo. Y está lleno de todo lo que tengo. Tiene mucho fuego, neurosis, pesadillas, sueños. Pero tiene baile, tiene gritos. Tiene la frustración y la tristeza de la crisis en Venezuela. Tiene mi propia independencia. Me digo: voy a ser cantante en solitario con mi propio proyecto a los 35 años dejando una carrera exitosa detrás y donde todo el mundo te dice que estás loca. Y más razón para hacerlo. Y por tanto ese álbum trae toda esa furia femenina de presentarse al mundo tal cual. Y luego viene la pandemia. Surge esa experiencia con la muerte de mi hermano que es tan fuerte que en ese momento necesito expresarlo. Y sobre todo necesito transformarlo. No puedo dejarlo dentro. Necesitaba sacar cosas. Y menos mal que tenemos el arte y la música para ese tipo de situaciones que nos salvan. Y en ese confinamiento lo percibí todo como rituales y como un camino muy concreto de sanación, por eso lleva siete etapas el disco. Cada tema tiene su función. Me permitió centrarme y dejar de lado el ruido anterior y enfocarme en lo más esencial. Por eso este disco es más intimista. Y que saliera el amor por la vida, el que mi hermano sigue viviendo en mí, y bailarlo, gozarlo. Es un canto a la vida. Quiero vivir y de verdad y para marcar ese presente, mi manera es el escenario y compartirlo con gente que probablemente ha vivido cosas similares. Y eso es “La loba”. Regalarnos buenas vibraciones, un tiempito, durante un concierto.

Es un canto a la vida. (…) Eso es ‘La loba’.

La Chica


– Venezuela te duele como has dicho y has cantado.

– Venezuela es un país maravilloso, y la imagen de mi país instrumentalizada por intereses partidistas en España no deja de ser una vulgarización de todo lo que está pasando allá. He vivido lo mismo en México, he estado viviendo allá. Todos gritando en la calle que iba a suceder en México lo mismo que en Venezuela como lo peor. No es el mismo país, no tiene siquiera la misma cultura ni la misma forma de hacer política. Venezuela es un país inmaduro, muy joven, que comete muchos errores. México tiene otro nivel. Quizás el mismo nivel de
corrupción, pero el resto no, no tiene sentido. Lo que sí tiene sentido es analizar cómo un país tan rico como Venezuela, lleno de petróleo, llega a unos extremos tan tristes. Y cuando una va investigando un poco más te das cuenta de que siempre, siempre, está EE UU detrás de todo. España no es una colonia de EEUU. No tiene el mismo sistema pero sí tiene una izquierda que tiene sentido. Y que tuvo una dictadura de 40 años, y que eso sucedió ayer como quien dice. La última vez que estuve en Venezuela fue hace 7 años cuando se murió mi abuelo y la crisis estaba ya bien implantada. Quiero volver. Y estoy pensando en cómo porque es muy complicado llegar. Hay una sola compañía que vuela allá a Caracas. Voy a conseguir la manera.

– ¿Cómo llegas al feminismo? He leído que tu hermano te influyó mucho en eso.
-Si. Él era super feminista, muy activista. Era gay y hacía mucha performance trans y drag. Hemos tenido miles de conversaciones. En una de las primeras acerca del tema él vivía en México, m estaba visitando en París, me preguntó: ¿tú por qué no eres feminista? Me dijo que yo nunca hablaba de eso ni era algo que estaba defendiendo y que debería aprender más y que me podría ayudar muchísimo en mi vida. Y me dijo también que yo era feminista pero que no lo sabía. Que tenía ese espíritu combativo y que me necesitaban en la lucha. Ya en ese momento estaba con el click del cambio que te he contado. Me sentía más cercana a mi naturaleza femenina, pero no lo expresaba mucho. Me prestó muchos libros y me dijo qué vídeos y qué conferencias debería escuchar. Y fue el que realmente me abrió la mente porque yo aún seguía encerrada en los patrones sistémicos. Para mí el feminismo es, después de todo ese proceso de aprendizaje, lo mismo que pienso
desde el principio. Cuando hablamos de feminismo hablamos de humanismo. Humanismo en el sentido de vamos a tratarnos como humanos. Vamos a tratar a la mujer como humana. Vamos a dejar de matarla por ser mujer. Vamos a dejar de violarla porque es mujer. El feminismo actual me parece mucho más abierto y universal que el de los 70 y el de los 90. Ya cuando hablamos de la causa feminista la hablamos a través del mundo, y no desde la mujer europea. Va más allá de eso. Antes había más racismo. Las mujeres trans están presentes. Lo que está sucediendo ahora me parece sumamente interesante. Es un nuevo movimiento y admiro mucho a las personas que son realmente activistas. Pasan mucho tiempo tratando de reeducar de una forma muy pacífica.

– Sigues de gira después de Sevilla.
-Si, en los próximos meses será en el mismo formato, piano y voz, pero tocando también canciones del primer disco adaptado como aquí en Sevilla. Mañana vamos a la isla de La Reunión, al sur de Africa. Pero espero haber sembrado aquí en el sur lo que quería sembrar. Me impactó esa bellísima influencia árabe que tienen ustedes. Y me llamó la atención cómo alguna gente no quiere asumirla. Estuvimos en Cádiz varios días y quedé enamorada.

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