Nació en Sevilla en 1997, es filóloga hispánica y profesora de secundaria y escribe relatos desde pequeña. Con dos obras publicadas, ‘Caleidoscopios’ (Ediciones en Huida, 2016) y ‘De Homero y otros dioses'(Maclein y Parker, 2018) y casi medio centenar de premios entre concursos y reconocimientos, es la autora del año y premio revelación de las letras sevillanas de la Asociación Feria del Libro de Sevilla, después de haber sido incluida en la antología Granta como una de los 25 mejores escritores jóvenes en español. Consciente del recelo que suscitan los premios literarios, a ella le han ayudado y le han dado seguridad para seguir escribiendo. Lo cuenta poco antes de recibir el premio en la carpa de la Feria del Libro (FLS), con una sonrisa casi permanente en los labios. Escribe a mano, confiesa que tiene una letra horrible y mantiene un perfil solo profesional en las redes sociales.
– ¿Te parece que puedes ser profeta en tu tierra?
– (Risas) No me lo podía creer cuando me lo dijeron, fui además la última en enterarme porque estaba en el trabajo, en el instituto, pero claro, contentísima, es algo increíble en el sentido literal de la palabra y estoy muy agradecida porque jamás me lo habría esperado. Este año desde luego me está yendo bien, gracias a dios, y solo puedo estar agradecida a todo el mundo que está participando en este proyecto.
– Otro premio te está esperando en Oviedo.
– Y le tengo mucho cariño porque el confinamiento hizo imposible recogerlo antes, así que este fin de semana nos vamos para Oviedo.
– ¿Te da vértigo ser conocida?
– (Más risas) Soy una persona timidísima, la más introvertida que conozco, pero bueno el hecho de que me reconozcan el trabajo está siendo una cosa muy bonita, sienta bien evidentemente, entonces a pesar de decirte que soy una persona muy tímida y que en determinadas ocasiones me da vergüenza a lo mejor si tengo que hablar delante de un gran público, delante de gente que entienda mucho de la materia, yo siempre doy las gracias por la oportunidad y voy a donde me llamen, vaya, lo que haga falta.

– Participas dentro de la FLS en el ciclo ‘Hecho en Sevilla’ y los dos libros que tienes publicados son de editoriales sevillanas, aparte de las referencias de esta ciudad en tu universo literario. ¿Qué lugar ocupa Sevilla en tu obra?
– Como autora me parece importante y por eso me alegro tanto de que me llamaran para este ciclo de ‘Hecho en Sevilla’ en el que participa con Daniel Ruiz, porque es verdad que los dos libros que tengo publicados salieron con Ediciones en Huida y con Macklein y Parquer, editoriales de aquí independientes, a las que agradezco que hubieran confiado en mí desde el primer momento. Creo que sí, Sevilla es algo que tiene mucha importancia en lo que escribo, a lo mejor en la recreación de ambientes, en cierta situación, en lo que es la la luz del sur, Andalucía en general, la influencia mediterránea, y hay ciertos textos en los que se pueden reconocer algunos pasajes concretos de aquí, de la ciudad. Y la verdad es que es una ciudad a la que yo le tengo un cariño inmenso, porque es donde vivo y donde me gustaría seguir viviendo, porque me encanta y creo que es importante también la manera de vivir y de sentir cómo es la gente, ya no solo en el plano de la ciudad, sino también de las personas. Antonio Machado habla de su infancia, esos versos que es lo que nos quedan de él, Cernuda también habla muchísimo de Sevilla, de esa luminosidad. Me parece algo precioso e importante reflejarlo en textos.
– Hasta ahora, te mueves entre el relato y el cuento.
– Es lo que me sale de manera más natural, siempre la forma breve, no sé si se podría llamar realmente cuento o relato, porque a veces no hay una narración concreta sino que es el ambiente, incluso algún monólogo que podría ser considerado dramático, así que me muevo un poco en lo híbrido. Pero desde pequeña me encantan los cuentos, gracias a ellos y a mi familia que me los contaba es que hoy he llegado a escribir. No sé si algún día pasaré a la novela, la poesía o el teatro, por supuesto siempre está la puerta abierta.
Desde pequeña me encantan los cuentos, gracias a ellos y a mi familia que me los contaba es que hoy he llegado a escribir
Irene Reyes-Noguerol
– El relato puede ser más difícil que la novela, no se puede fallar en algo tan breve.
– Es algo que tengo en cuenta, el estilo, tan importante como el propio contenido, tiene que está todo bien pensado, bien estructurado. Por supuesto la novela tiene muchísimo mérito, todavía no me he atrevido con ella, pero el relato tiene ese encanto que me llama todavía más la atención, la posibilidad de mezclar los géneros en formas breves.
Siempre intento prestarle mucha atención a lo que es la la forma, me gusta muchísimo leer narración pura pero como autora me fijo al mismo tiempo en las cuestiones estilísticas, en el ritmo, los paralelismos, las repeticiones, que el texto tenga o intente tener cierta calidad en el sentido también más estético. Me acerco también un poquito a otro género que es la poesía, que me encanta y de forma natural no me sale tanto la narración pura.
– ¿Cómo es tu proceso de creación?
– Admiro a quien escribe todos los días, pero yo, aparte de por falta de tiempo, no encuentro la inspiración de sentarme todos los días y escribir. Escribo cuando siento esa necesidad, esa pulsión de hacerlo, y lo que hago simplemente es que me encierro en mi habitación. En mi caso el proceso empieza siendo más mental que lo que es la redacción en si, porque me gusta mucho pensarlo, siempre suelo partir de una imagen, de alguna sensación, atmósfera, que yo quiera transmitir y a partir de ahí pues ya voy construyendo poco a poco lo que son los personajes y lo que es la narración. Lo que es el momento de escribir, intento hacerlo bastante seguido para que no se pierda demasiado el hilo y luego por supuesto la corrección, que es lo que dura más.
– Hay mucho de barroco en el lenguaje que usas.
– Sí hay una parte que yo creo que es barroca y entronca con los que decíamos antes de la parte formal y es algo que creo que me puede haber influido mucho a la hora de escribir, incluso llego a a recargar y tengo que ir limando poco a poco pero es lo que me sale.
– De dónde sale la idea de traer al presente los mitos griegos?
– De mi infancia, mis padres me lo enseñaron, a través de juegos, les tengo muchísimo cariño, por eso intento hacer una especie de homenaje a toda esa tradición grecolatina y también familiar, la literatura es algo que he recibido gracias a ellos, a sus enseñanzas. De ahí la recreación de esos mitos con los que he jugado tanto de pequeña. Siempre he sentido que esos personajes eran prácticamente iguales que nosotros, seguimos teniendo exactamente los mismos sentimientos, alegría, tristeza, miedo, etc.
Siempre he sentido que esos personajes (los dioses de los mitos griegos) eran prácticamente iguales que nosotros
Irene Reyes-Noguerol
– ¿Piensas que los mitos clásicos interesan a tu generación?
– Yo soy la oveja negra (risas), entiendo por supuesto que puedan considerarlos en el colegio o el instituto materias áridas, densas, y no han tenido la misma oportunidad que yo de acceder a la literatura gracias a mi familia (sus padres son profesores de inglés y de lengua).
– ¿Qué es la literatura para ti?
– Como persona tímida e introvertida que he sido siempre, ha sido una compañía. Cuando me he sentido más sola, por dificultades familiares o por mi carácter que yo sé que es así que así y es complicado cambiar pero es algo que que siempre va conmigo, yo he tenido en todo momento la literatura como una compañía, prácticamente como si alguien hubiera estado a mi lado, también en los momentos buenos, por eso es algo que siento tan valioso.
La literatura ha sido una compañía
Irene Reyes-Noguerol
– ¿Qué tienes entre manos ahora?
– Estoy con un libro de relatos. Tampoco quiero sentir la escritura como si fuera algo tan profesionalizado, es algo que a mí siempre me ha encantado, es mi pasión y me gustaría seguir sintiéndola y entonces no me impongo el mismo método que me impongo por ejemplo a la hora de prepararme una oposición.
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