TEXTO: María Limón Navarro.
El documental ‘Horacio, el último alcalde‘ de Intermedia Producciones se ha estrenado en la sección Panorama andaluz del Festival de Sevilla. «En su incansable y valiosa labor documentalista, Mariano Agudo (‘Samba, un nombre borrado’, ‘Gillena 1937’) se une a María Rodríguez en esta película, en la que el anciano Horacio Hermoso evoca la figura de su padre, el último alcalde republicano de Sevilla: una persona profundamente humanista que desde la política trató de paliar el atraso secular que vivía el país. Tras el golpe de estado de 1936, fue fusilado en las tapias del cementerio de Sevilla y su cuerpo arrojado a una fosa común. Ochenta y cuatro días más tarde se inicia la exhumación de esta fosa y su recuerdo resucita de la mano de su hijo Horacio, el guardián de su memoria».
Realizamos la entrevista en la terraza del Hotel Sevilla Center a María Rodríguez, codirectora del documental, y a Beatriz Moreno, que aparece en el mismo y tiene familiares asesinados desaparecidos en aquel momento histórico golpista.
– El pase de “Horacio, el último alcalde” en el Teatro Alameda fue muy emocionante, impresionante.
María Rodríguez (MR): Lo del teatro es que fue una catarsis colectiva. No tengo casi ni palabras para describirlo. A la sesión del lunes fue Beatriz y que diga ella.
Beatriz Moreno (BM): Pues también estuvo lleno, y al final un gran aplauso espontáneo y la gente bastante emocionada.
– ¿Cómo empieza este proceso de testimonio y documentación para contar la historia de Horacio?
MR: Pues mira, la familia de Horacio es muy amiga de mi familia. Y esa historia siempre ha estado ahí pero sin desarrollar, pero como dice Adelaida en el documental, la nieta de Horacio el alcalde: «era algo sabido por nuestro entorno, no era un secreto pero no se hablaba de esto», y así lo he vivido yo efectivamente. Mataron a Horacio, el último alcalde republicano de Sevilla, y ya está. Y después de 20 años que Intermedia se estaba trabajando la memoria histórica (en 2004 fue el primero sobre los trabajos forzados en el canal del Bajo Guadalquivir ‘Presos del silencio’ y que ganó el premio al mejor documental en la primera edición del SEFF), de pronto nos damos cuenta de que no habíamos hecho nada con este caso. Y se decidió empezar haciéndole una entrevista a Horacio Hermoso hijo (93 años) de dos horas y media. La editamos en una hora. Y ahí vimos que había un documental, con ese testimonio tan impresionante que teníamos grabado. Después vino la fase de enseñarla a una serie de personas relacionadas con el movimiento memorialista de Sevilla, entre ellas José María García Márquez, un historiador absolutamente exhaustivo que ha hecho un trabajo de documentación impecable partiendo de documentación de archivo y en su libro ‘Víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla’, que lo sigue actualizando a día de hoy, tiene recogidas una lista de 14.500 víctimas de las cuales un porcentaje altísimo es de personas desaparecidas. Él nos dijo que sí, que se sumaba sin dudarlo. Y ya no había vuelta a atrás. Y por último la idea de incorporar a Adelaida, la nieta del alcalde, tenía el objetivo intentar de alguna forma transmitir la pervivencia del trauma intergeneracional del que muchas veces no son conscientes. Hay un libro de Clara Valverde que se llama ‘Desenterrar las palabras’ sobre eso mismo, la herencia de la violencia política en el estado español.
Era algo sabido por nuestro entorno, no era un secreto pero no se hablaba de esto, dice Adelaida, la nieta de Horacio en el documental. Mataron a Horacio, el último alcalde republicano de Sevilla, y ya está.
María Rodríguez, codirectora de ‘Horacio, el último alcalde.
– Sí, en el documental se nota que para ella (Adelaida) el proceso es terapéutico.
MR: Nosotros creemos en eso. Los documentales los hacemos un poco con esa idea. En este caso aunque no era la idea principal si queríamos reflejar cómo afecta, y hasta qué punto se es consciente. En el caso de Adelaida, a propósito de la memoria de su abuelo, sí se veía que por una parte hay un exceso de información, y por otra de rechazo de la misma. La documentación a la que ella tiene acceso en la hemeroteca la deja impactada al conocer esa Sevilla del 36, porque la corporación municipal del Frente Popular encabezada por Horacio Hermoso era una coalición de izquierdas (socialistas, comunistas, Izquierda Republicana y Unión Republicana), fue un proyecto absolutamente innovador. En las actas capitulares de esa legislatura de 5 meses antes del golpe aparece todo, lo realizado y lo que estaba en proyecto como el Estatuto de Autonomía. Y Adelaida tiene acceso a toda esa investigación tan profunda, que en el documental sólo se podía reflejar a grandes rasgos.

– Y luego viene otro eje troncal del documental, Pico Reja. ¿Cómo enlazáis este proyecto de exhumación de la fosa del cementerio de Sevilla?
MR: Cuando nosotros empezamos con la entrevista a Horacio ya había un compromiso por parte del Ayuntamiento, creo que también de la Junta de Andalucía y la Diputación. Y Horacio tenía un gran escepticismo. Él nunca pensó que se fuera abrir la fosa. De hecho creo que nadie en la ciudad creíamos que eso iba a ocurrir, en una ciudad como Sevilla. Y claro, nosotros lo hemos valorado como un hito histórico, es un antes y un después. Y necesitábamos contarlo. Y ahí lo pusimos como arranque de la historia, la visita de Adelaida, a la apertura de la fosa. Horacio no necesita tal y como lo cuenta en el documental encontrar los restos de su padre ni es su anhelo. Pero la hija es otra cosa. Ella fue con Beatriz. Si quieres cuenta tu experiencia.
BM: Es como toda esa historia que te cuentan, de repente la ves en los huesos y en los zapatos. Y de repente se materializa la persona y el horror, es que está ahí. Es muy impresionante. Mi bisabuelo y un tío abuelo sobre los que he estado investigando puede que estén ahí. A mi abuelo lo detuvieron, que era un albañil de la CNT que era muy activo políticamente. Se lo llevan a la plaza Jaúregui, al cine Rialto, donde detuvieron a mucha gente, entre ellos a Blas Infante, y es probable que lo fusilaran allí siguiendo el mismo recorrido que otras personas con el mismo destino y lugar. Mi tío se ha hecho la prueba de ADN, y a ver si es posible que se encuentre porque esté ahí. En mi caso bisabuelo, tío abuelo, y mi padre, los tres con el mismo nombre: Benito Moreno. Eso marca la vida.
– Quería preguntar por la figura de Mercedes, esa viuda que se queda con dos niños pequeños en una ciudad como Sevilla tras el golpe. Merece otro documental, ella, y todas.
MR: Totalmente. Mercedes murió hace muchísimo tiempo, y eso era imposible. Pero la idea de contar con Adelaida también iba por lo de que nos hablara más de su abuela porque la cuidó mucho a ella cuando era pequeña, y también su tía. Y a pesar de ese contacto tan cercano es curioso, pero jamás le habló del abuelo. Eso es muy revelador y muy habitual. La gente se callaba por el propio trauma y por miedo. Y sí, nos hubiera gustado muchísimo haber entrevistado a la hermana de Horacio pero murió durante la pandemia. Ella no formó su propia familia por quedarse cuidando a su madre y sus sobrinos, pero llegamos tarde.
– ¿Creéis que este documental sirve como un poco de restitución de esas situaciones vividas por tantas familias?
MR: Por supuesto pienso que sí. De hecho, es una de las intenciones. Así lo hemos sentido en la cercanía con los nietos de Horacio. Al final un evento colectivo en el festival de cine de la ciudad y todo un teatro en pie aplaudiendo a Horacio, y todo el mundo llorando es una devolución en ese sentido. Además había muchas personas del entorno memorialista y familiares de desaparecidos que lo sintieron como propio aunque el relato fuera el de Horacio. La única intervención que dio tiempo a producirse tras las palabras del hijo de Horacio al
finalizar la proyección así lo testimonió. La mujer dijo: «siento estos aplausos, esta experiencia como una restitución a mi abuelo».
Al final un evento colectivo en el festival de cine de la ciudad y todo un teatro en pie aplaudiendo a Horacio y todo el mundo llorando es una devolución.
María Rodríguez, codirectora de ‘Horacio, el último alcalde’.
BM: Es romper el silencio del que estábamos hablando antes. Luchar contra eso. Hablar. Grabar a la gente hablando, y que se sepa. Y todas esas historias individuales aparecen. Es increíble la cantidad de gente con la que se habla después de la proyección de esos documentales que te dicen: «pues mi abuelo era el telégrafo de no sé qué pueblo». Andalucía y todo el estado están llenos de historias, de dramas familiares. Y eso es gracias a
este tipo de trabajos, y es indispensable hacerlo.
Es romper el silencio. Luchar contra eso. Hablar. Grabar a la gente hablando y que se sepa.
Beatriz Moreno, busca a su padre, su tío abuelo y su bisabuelo, los tres con el mismo nombre: Benito Moreno.
– A la salida de haber vivido tantas emociones dentro de ese teatro, nos encontramos con una procesión, seguramente de El Gran Poder, justo pegada por la calle Calatrava. Tan paradójico. ¿Seguimos igual? En el documental además se habla de cómo Horacio alcalde no quiso impedir la celebración de la Semana Santa, dentro de ese talante de consenso.
MR: Esa Sevilla sigue ahí, eso es evidente. En ese período republicano efectivamente fue así, a pesar de que había ya en 1931 una ley prohibiendo las manifestaciones religiosas en el espacio público. Para no ceder a esa manipulación de los falangistas de que no se les dejaban salir. Y por eso se cae en una contradicción, justo como lo que pasa ahora. En otros aspectos pues avanzamos, como demuestra Pico Reja.
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