Emily DIckinson (1830-1886) es la gran voz femenina de la poesía escrita en lengua inglesa, raíz y origen de toda poesía confesional posterior a ella. Intimista, triste, extraña, personal…
POEMA: Rafael Calero (escritor y poeta). / ILUSTRACIÓN: Andrea Gestal González.
Estos son algunos de los adjetivos que se pueden aplicar a la obra de una creadora excepcional e irrepetible. El poeta Rafael Calero Palma escribió este poema sobre ella y lo incluyó en su libro Cuando atraviesas el fuego lamiéndote los labios (Ediciones enemigo público número uno, 2017).
Soñé con Emily Dickinson
Emily, el pelo recogido en una cola, tan delgada.
Emily, la virginidad intacta.
Emily, su amor no correspondido.
Emily, que apenas salía de su habitación.
Emily, bregando en la cocina.
Emily, que dice sus oraciones sin olvidarse jamás ni una sola.
Emily, inédita hasta la muerte.
Emily, cuyos antepasados viajaron en el Mayflower.
Emily, que nació un diez de diciembre en Amherst.
Emily, que murió un quince de mayo en Amherst.
Emily, siempre imaginando.
Emily, que escribe versos al amanecer.
Emily, que piensa: Soy nadie, ¿quién eres tú?
Emily, con fuertes dolores de cabeza.
Emily, que duda, siempre, de sus poemas.
Emily, que pregunta si su obra tiene vida.
Emily, que fue un gran error del Tiempo.
Emily, aquejada del Mal de Bright.
Emily, que escribe cartas bajo la luz de gas.
Emily, que pasea con su perro una tarde de otoño.
Emily, que murmura no es que morir nos duela tanto, lo que de verdad duele es la vida.
Emily, que cuida sus flores.
Emily, que mira por la ventana cómo cae la nieve.
Emily, que lee una carta en la que su amiga Helen la exhorta a publicar sus poemas.
Emily, que llora, desolada, en el funeral de su padre.
Emily, que da de comer a su amada madre.
Emily, vestida de blanco.
Emily, trabajando en su prisión, huésped de sí misma.
Emily, inmortal, eterna.
Comentarios: Sin respuestas