En las obras de Eliana no hay caballeros andantes ni millonarios que salvan a la protagonista, aunque sí erotismo por parte de ambas partes. Esa palabra –erotismo– llegó a su vida hace ya muchísimos años de la mano de su ‘yaya’ (su abuela). “Le encantaban las novelas rosas –recuerda– y para mí era la mujer más feminista y empoderada que he conocido. Ella fue la que puso en mí el germen de la lectura erótica”. En una conversación donde reflexionamos sobre la actualidad del género y otros conceptos, concluimos con ‘Lilith y sus aventuras eróticas’, el primero de una saga de varios libros donde Eliana tiene la intención de que sus personajes puedan librarnos de la loza que por cultura arrastramos: “El sexo, el erotismo y el placer es parte también de la vida de las mujeres y quiero que esa sea mi línea editorial”.
Eliana Márquez Moreno (@elianamarquezmoreno) es madre, escritora, lectora empedernida y le encanta dibujar. Nació en Maipú, Mendoza (Argentina) y, al ser su padre chileno, lleva en su sangre Mapuche. A los 12 años su familia y ella se mudaron a Granada, por lo que es de esa generación de inmigrantes que llegaron a España en busca de una mejor vida y posibilidades. Ahora vive en Alhama de Murcia donde ha creado su propia familia. Las mujeres de su familia han sido tremendamente luchadoras, han vivido bajo sus propias convicciones y alejadas de los estándares establecidos. “Eso ha marcado quién soy hoy”, asegura.
–¿Cómo se llega al género erótico feminista?
–Tras años de leer libros donde la mujer necesitaba ser salvada por un príncipe o un millonario divino que aparecía en la vida de la protagonista para darle sentido, comprendí que la mujer tenía un papel tan sumiso que, cuando comencé a escribir, tuve claro desde la primera palabra que las mujeres de mis libros no estarían dentro de esos estándares. De ahí nace el “erotismo feminista”, de esa necesidad de devolverle a la mujer su protagonismo en el ámbito de la sexualidad. La mujer también tiene fantasías eróticas, claro que sí, de sentir placer, de disfrutar del sexo y del erotismo sin tabúes ni límites impuestos.
–El erotismo está claro que no es pornografía, ¿pero por qué se vinculan?
–Yo creo que se vincula erotismo y pornografía porque, por una parte, hay una línea muy fina entre ambos. Por otra parte, la confusión en ocasiones es intencionada. Vivimos y nos criamos con muchos tabúes que no solamente se circunscriben a la sexualidad. Unos los heredamos, arrastrados de otras épocas, y otros son convenciones sociales del momento que vivimos.
La intimidad y sexualidad de nuestros abuelos no son los mismos que los que tenemos ahora ni serán los mismos para las generaciones venideras.
La manera en la que nos relacionamos condicionan la sexualidad, nuestra sexualidad. Nos han hecho creer que solo el hombre puede disfrutar del sexo, pero si lo hace la mujer se mira mal. “Es una fresca, una mujer de moral ligera…”, se decía. Pero la realidad se impone y creo que está cambiando. Hoy las realidades están siendo otras.
«El erotismo abre las puertas al placer compartido»
–Los jóvenes hoy en día tienen un mal referente en la pornografía, ¿se está haciendo algo desde el ámbito educativo y familiar?
–Se está haciendo. Cada vez hay más padres que quieren y sienten la necesidad de hablar abiertamente con sus hijos sobre muchos temas, entre ellos, la sexualidad. Mi experiencia con los padres en el tejido asociativo en los colegios e institutos veo la misma pregunta: ¿Cómo hablo de sexo con mis hijos? Es una cuestión que no abordaron nuestros padres y ahora sí se quiere tratar en casa de una manera abierta, natural… Es muy positivo.
Sin duda es algo que hay que trabajar constantemente, según la edad de los hijos. Lo primero es que los padres derriben esos estereotipos que como sociedad tenemos. La educación reglada es un complemento a la Educación en casa.
Madres y padres somos el espejo donde se miran nuestras hijas e hijos, hay que hablar a diario, con claridad y que nuestras hijas e hijos tengan confianza para poder resolver dudas y conflictos normales en su crecimiento. Si los padres no resolvemos con claridad sus dudas van a buscarlas en otro lugar y la pornografía es un mal ejemplo. No es real y el papel de la mujer es de una sumisión aberrante y muy mal ejemplo para una mente que esta formándose.
La pornografía presenta una irrealidad en las relaciones íntimas, perpetúa roles y concepciones machistas de las relaciones entre las personas y hay estudios en el ámbito de la Psicología que alertan de los nocivos efectos que tiene en las personas. Puede generar adicción, baja autoestima, ansiedad… por no poder alcanzar esos estándares irreales que muestra la pornografía.
Madres y padres deben tener un papel activo en abordar la sexualidad con los hijos porque es sorprendente la facilidad con la que pueden acceder a contenidos pornográficos a través de Internet, por ejemplo.
–¿Cómo le explicaría a los jóvenes (y adultos) la diferencia entre porno y erotismo?
–La pornografía se centra en la parte genital de las relaciones con el objetivo de excitar al que observa, mientras que el erotismo es la provocación del deseo sexual de una forma más sutil. En el erotismo hay sensualidad, el gozo es mutuo y se expresa en unos términos no violentos y groseros como en la pornografía. Además, el papel que tiene la mujer en la pornografía es de ser un mero objeto para el placer del hombre mientras que en el erotismo el placer es mutuo, hay una relación de igualdad.
«Madres y padres deben tener un papel activo en abordar la sexualidad con los hijos porque es sorprendente la facilidad con la que pueden acceder a contenidos pornográficos a través de Internet»
–¿Habla de ello con sus hijos?
–Por supuesto. Hablo de ello de forma natural y abierta e intento interesarme a diario de sus vidas y las dudas que puedan tener. La comunicación con ellos, para mí, es fundamental. Y he aprendido muchísimas cosas de ellos.
Muchos padres deberían de hacer el ejercicio de sentarse y escuchar a sus hijos. Los jóvenes tienen mucho que enseñarnos. Las nuevas tecnologías con las que tienen una ventana abierta al mundo, cosa que nuestra generación no tuvo, si es bien utilizada y gestionada es una herramienta valiosísima. Los nuevos modelos, las nuevas corrientes y formas de expresión de la sexualidad son un gran desafío para nuestra generación y una normalidad absoluta para los jóvenes. No entenderé jamás la razón por la cual un padre o madre no puede aprender de sus hijos.
No olvidaré nunca el día que uno de mis hijos, con cuatro años, se acercó a mí y me preguntó qué era un consolador. Estábamos en el parque y soltó aquella pregunta, para muchos incómoda, delante de todas las madres que estábamos sentadas en un banco. Mi respuesta fue clara y concisa: “Es un aparato que sirve para satisfacer sexualmente a las mujeres”. Sé que mi hijo no entendió qué era un consolador, pero aprendió aquella tarde algo mucho más valioso para su educación: que me preguntara lo que me preguntara tendría respuesta. Las otras madres quedaron espantadas ante la respuesta que le estaba dando a mi hijo y tuve que explicarles que lo valioso de mi respuesta era la confianza que estaba sembrando en él.
A partir de ahí y con situaciones como esta, desde muy pequeños hemos entablado una comunicación esencial para ellos y para mí.
–En el erotismo hay igualdad y no sumisión, una premisa muy interesante para relacionarte con tu pareja. ¿Ayuda?
–Sí, ayuda y mucho. El erotismo es la antesala de una relación de pareja donde ambos disfrutan. He coincidido en la vida con mujeres que jamás han sido capaces de confesarles a sus parejas qué les gusta y qué no les gusta. Nunca han tomado la iniciativa. Y no es que no tengan el deseo es que no saben cómo hacerlo. Leyendo erotismo vemos y entendemos que es posible expresar y pedir lo que deseamos.
«Al erotismo hay que acercarse desde la libertad, intentando dejar atrás lo miedos y tabúes que nos han enseñado o impuesto»
–España es muy pudorosa para el sexo (o esa es mi percepción). Usted que es de origen argentino, ¿ha notado alguna diferencia sustancial entre ambos países?
–Hay bastantes diferencias, aunque hablemos el mismo idioma son culturas diferentes y, al igual que en España, queda mucho camino por recorrer.
Por ejemplo, en países como Argentina o Chile, donde tengo familia, se están dando pasos hacia la igualdad muy importantes: aborto, matrimonio igualitario… pasos que aquí hemos dado ya. Cosas que para mis hijos y para mí son ya realidades ellos las están asumiendo como sociedad.
También es verdad que mis realidades, mi mentalidad y mi forma de entender el mundo es más europea y en muchos aspectos choca frontalmente contra la mentalidad argentina o chilena, como en el feminismo. Ahí sí es verdad que los conceptos que se tienen son completamente distintos.
–¿Cuál es la reacción de padres, madres, conocidos cuando saben por su afición y dedicación por la escritura erótica?
–A nadie le sorprendió que diera el salto a la literatura y, sobre todo, erótica. Ha sido toda una experiencia y el apoyo de mi familia es fundamental. Antes de publicar cualquier cosa, las poesías y relatos pasan por sus manos. Ellos son con quienes experimento y suelen ser muy duros conmigo. Pero su incondicional apoyo es el viento que empuja mis velas.
A mí me sorprende más las preguntas de algún que otro amigo que, intrigados, me dicen si a mi pareja no le molesta que escriba de erotismo, como si de alguna manera tuviera que pedirle permiso. Y mi respuesta siempre ha sido clara y contundente. Mi pareja tiene que respetar mis gustos y aficiones, al igual que yo los suyos. Para muchos es complicado de entender, imagino que por ese residuo patriarcal y machista que aún arrastramos.
–¿Desde qué premisa es posible acercarse al erotismo si eres mujer?
–Hay que acercarse desde la libertad, intentando dejar atrás los miedos y los tabúes que nos han enseñado o impuesto. Las mujeres hemos sido educadas para satisfacer al hombre obviando nuestro propio placer. El erotismo nos abre las puertas al placer compartido. Hay que ir con la mente abierta y, al principio, sin grandes expectativas, es mejor dejar que el erotismo te sorprenda, descubrirlo poco a poco de una manera natural porque así es la intimidad de la sexualidad.
–¿Es posible conquistar a la pareja con erotismo?
–El erotismo es una parte fundamental para conquistar a la pareja y puede revitalizar las relaciones íntimas. El erotismo es el juego previo, es la lencería que compro, el entorno que preparo y es en gran medida dejar que la imaginación vuele. Son los besos, las caricias, las miradas, los juegos… Es provocar el deseo sexual entre los dos. El sexo, el acto sexual en sí, es el resultado de todo eso.
–Sexo y empoderamiento femenino, ¿un buen tándem?
–Claro que sí. Empoderar es adquirir poder. Las mujeres tenemos que ver a nuestras parejas como un igual y disfrutar del sexo desde esa visión. La mujer empoderada tiene confianza en sí misma, no le marcan el ritmo baila el suyo, toma la iniciativa… y todo eso en todas las facetas de la vida, incluida la íntima. ¿Por qué en la cama va a ser diferente? Una mujer empoderada se conoce a sí misma y conoce su cuerpo. Como hablábamos antes sabe qué le gusta hacer y que le hagan y qué no y más importante se lo hace saber a su pareja para lograr ese disfrute mutuo, esa intimidad mutua.
«Una mujer empoderada se conoce a sí mismo y conoce su cuerpo»
–El sexo y la literatura también es un buen binomio. A colación de conocidísimas obras como la saga de 50 sombras y otras más recientes, ¿qué opina al respecto? ¿El sadomaso es erotismo?
–Las mujeres también fantaseamos con salvajes aventuras y juegos en la cama. Dentro del juego erótico de la pareja puede resultar estimulante, siempre y cuando sea consentido. El sadomasoquismo visto desde la premisa del consentimiento y como un juego sexual puede ser muy estimulante y placentero.
A mí ‘50 sombras’ no me gustó, ya que sigue perpetuando estereotipos muy sexistas (el millonario que conquista a base de regalos a la dulce y cándida universitaria virgen) de los que yo intento alejarme.
El papel que le da a las mujeres es de una sumisión tan absurda que me aburrió. Yo escribo sobre otro tipo de mujeres, reales y empoderadas.
Indiscutiblemente la saga ’50 sombras’ tuvo una gran acogida y ventas millonarias, pero yo me he marcado otras metas y quiero hacer otro tipo de literatura. Así como el feminismo es una parte muy importante de mi vida lo es también en lo que escribo.

–Me da la impresión que la mujer siempre tiene que estar supeditada a lo que quiera el hombre… En su obra ‘Lilith y sus aventuras eróticas’, Lilith y Pietro afrontan el deseo y el sexo desde una relación igualitaria (casual, promiscua, sorprendente, consensuada…). ¿Es Lilith (alusión a la primera mujer) la representación de las mujeres que quieren afrontar su sexualidad sin que su pareja le marque el ritmo?
–La historia de Lilith llego a mí hace muchísimos años y representa el sometimiento del que hemos sido víctimas todas las mujeres de alguna manera.
Lilith fue la primera mujer, antes que Eva, y que fue expulsada del Edén por no someterse y ser la sombra de Adam. Se la ha adjudicado un papel de madre de todos los males y demonios y en algunas culturas representa la maldad, lo perverso… Pero Lilith es la primera feminista de la historia. Desafió las normas que le querían imponer, reivindicó su libertad y su individualidad, de las que ya gozaba Adán. Quiso ser libre y vivir acorde a sus propios deseos. Tomó las riendas de su vida y fue castigada.
Es curioso cómo nos han enseñado que una mujer libre y que no desea ser la sombra de nadie merece ser castigada.
Para mí Lilith representa la libertad y el empoderamiento femenino y feminista que plasmo en el libro.
–¿Y qué podemos esperar de Lilith? (como obra y como futura saga).
–’Lilith y sus aventuras eróticas’ aunque es mi segundo libro, para mí es mi lanzamiento al mundo editorial, ya que creé mi propio sello editorial, la portada y todo el formato.
Lilith me ha abierto las puertas al mundo de la literatura y mi faceta de mujer emprendedora.
En Lilith y sus aventuras eróticas hay poesías y relatos que van construyendo el personaje. Cada relato voy narrando las aventuras, fantasías y encuentros sexuales con Pietro.
Voy a seguir profundizando en este personaje para mostrar a otras mujeres esa Lilith arquetípica de la que hemos hablado y este año quiero publicar otro libro que será novela con Lilith como protagonista. Quiero seguir dejando volar mi imaginación y adentrarme más en el mundo del erotismo en libertad.
–De hecho, también escribe poesía erótica. En su opinión, ¿sirve para revitalizar a las parejas?
–Personalmente me gusta más escribir poesía erótica, me siento más cómoda y es el origen de mi creación literaria. Todos mis relatos comienzan con una poesía que es el hilo conductor y la antesala de mis historias. Una buena poesía erótica es tremendamente erotizante y más aún si, por ejemplo, se la susurramos al oído a nuestra pareja o se la enviamos en un mensaje. Las palabras bien utilizadas despiertan pasión y ese deseo sexual que el objetivo del erotismo.
-¿Nos regala unos versos?
Sigo esperando por sus manos,
su aroma y su cuerpo.
Desespero por volver a verlo,
oír el latido de su pecho,
el olor de su piel,
la magia de sus ojos que me embrujan,
sus manos desesperadas buscando mis rincones,
su respiración agitada en mi nuca,
nuestros cuerpos penetrándose
y la dulzura de su miel.
Desespero por tenerlo aquí,
entre mis sábanas.
Desespero esperándole, escribiéndole.
–¿Qué es, hoy por hoy, el erotismo en su vida?
–El erotismo es parte fundamental de mi vida. No podría imaginar una vida sin escribir cada día mis poesías. Se ha convertido una rutina diaria y necesaria. Me gusta y lo disfruto. Además de que es esencial en mi vida de pareja.
Llevar la iniciativa con juegos sexuales, sorprenderlo con lencería, escaparnos de vez en cuando para disfrutar de algún entorno solitario… hay que mantener viva la llama del deseo y la complicidad sexual.
–Qué próximos proyectos puede adelantarnos.
–Como he adelantado, Lilith será una saga de varios libros donde tengo la intención de que mis personajes hagan disfrutar a mis lectores y lectoras y sirva de alguna manera para que las mujeres podamos de una vez librarnos de la loza que por cultura arrastramos, el sexo, el erotismo y el placer es parte también de la vida de las mujeres y quiero que esa sea mi línea editorial.
Por otra parte, escribo a diario y publico en mis redes sociales, donde también dejo que mis lectores me aporten nuevas ideas y sus comentarios. Me gusta aprender y creo que las redes sociales aportan ese feedback que como escritora me hacen crecer.
Hace poco, mientras firmaba libros, dos señoras mayores se acercaron a preguntarme por eso del “Erotismo”. Me resultó llamativo cómo lo hicieron, así en voz baja y con cierta timidez. Después de un rato de charla ambas me confesaron que nunca habían leído nada de erotismo, que para ellas era un tema tabú y que les sorprendía que una mujer escribiera de erotismo y feminismo a la vez. Ambas compraron mi libro y entre sonrisas me animaron a seguir escribiendo y que por fin las mujeres demos el paso a escribir de ciertos temas que, para una generación como la suya, había sido un tema intocable. Esos pequeños detalles son los que de alguna manera le dan sentido a mi trabajo.
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