TEXTO: Gazali Rey, directora de ventas de DriveK, marca de MotorK.
La igualdad en el sector automovilístico (y en cualquier otro) viene marcada por la equivalencia de oportunidades, es decir, que sea la valía de cada persona la que determine qué puesto debe ocupar, independientemente de su sexo. Porque la igualdad no es una cuestión de cuotas. Contratar mujeres por mejorar las estadísticas es maquillar la realidad, poner un parche a la situación actual que atraviesan las mujeres en el mercado laboral (y el sector automovilístico no es una excepción). Y es que se trata de contar con las personas más adecuadas, es decir, aquellas que cumplen con el perfil buscado para una posición determinada. Y nadie debería echarse las manos a la cabeza por esto.
Hoy en día hay mujeres en todas las fases del negocio del vehículo: en los procesos de calidad, en el diseño, en las agencias de publicidad, en los concesionarios…Y, sin embargo, nos encontramos con la escasa presencia de mujeres en altos cargos. Cuando miramos hacia arriba es cuando percibimos ese techo de cristal que marca la diferencia entre la presencia de hombres y mujeres en puestos de mayor responsabilidad. A medida que ascendemos en el organigrama, la representación femenina se reduce hasta el mínimo y son muy pocas las que llegan a gerentes de concesionarios (o grupos) o directoras generales de marcas, por ejemplo. En el primero de los casos a menudo son propietarias. Da para, al menos, sospechar que hay algo que impide nuestro ascenso, independientemente del nombre que le queramos dar, ya que el talento no tiene género.
Bien es cierto que se percibe que las cosas están cambiando y la nueva dirección que estamos tomando se encamina hacia la igualdad; la mentalidad está evolucionando en este sentido a la vez que aumentan las iniciativas que la promueven. Sin duda, cabe destacar la labor de Faconauto Woman por su globalidad al abarcar todos los tipos de empresas del sector (hace décadas que se llevan a cabo iniciativas, pero se limitaban a marcas o grupos) y por su agilidad a la hora de activar las distintas actividades (su programa de mentoring ya es una realidad). El cambio se está produciendo lentamente y, evidentemente, queda mucho por hacer.
Echo en falta una política efectiva que garantice la igualdad en el sector que, a diferencia de las iniciativas privadas (fabulosas, pero evidentemente de adhesión voluntaria), convierta la igualdad de oportunidades en una obligación.
En el caso de MotorK, líder europeo en la transformación digital del sector, el 40 % de la plantilla está compuesta por mujeres y, curiosamente, también somos nosotras las que encabezamos la división de DriveK en casi todos los mercados europeos donde la empresa tiene presencia. Tener a mujeres directivas como referentes significa que se puede llegar alto sin importar el sexo, que se puede triunfar siendo exclusivamente valoradas por nuestras capacidades.
¿Qué más se puede exigir al margen de preparación, pasión y capacidad de innovación? Recuerdo cuando estudiaba en Inglaterra y los exámenes que entregábamos escritos debían estar doblados por la esquina superior derecha del folio para tapar los datos personales y que el profesor los corrigiese basándose únicamente en lo que estaba escrito (ignorando el autor o autora): se evitaba cualquier tipo de sesgo, en este caso no solo de sexo sino también de raza u origen (de hecho, en mi grupo de compañeros éramos todos extranjeros, beneficiarios de la beca Erasmus). Esa acción tan sencilla nos sorprendió enormemente (impensable en nuestros países de origen un examen que no lleve los datos del alumno en un lugar destacado de la primera página) y todavía hoy la apreciamos como garantía de igualdad a la hora de valorar.
Eliminando la arbitrariedad y considerando el talento de cada persona, podemos (y debemos) aspirar a la igualdad de oportunidades. Al final, una sociedad más justa es siempre una sociedad más libre.
EN PERSONA
Con formación humanística en Filología Inglesa e Italiana, Gazali Rey ejerció como docente en los inicios de su carrera profesional; sin embargo, un máster en Marketing Internacional y Comunicación Estratégica (cursado en tres países y en tres idiomas distintos) le abrió las puertas del mundo de la empresa. Esta nueva etapa de su vida comenzó en 2005 en Italia donde se inició en el sector de los electrodomésticos para trasladarse después a Madrid donde se mantuvo en la misma área hasta que en 2008 desembarcó en el sector automovilístico de la mano de Fiat Chrysler Automobiles y su mítica marca Alfa Romeo. Seis años después, en 2014, emprendió su mayor reto y posterior logro profesional: implantar MotorK en el mercado español, dando a conocer la marca y captando los primeros clientes. Su época de formación universitaria estuvo marcada por una alta exigencia personal para alcanzar el nivel de excelencia académica necesario para hacerse con la beca Barrié de la Maza, que goza de gran reconocimiento y prestigio en Galicia, tierra natal de Gazali.
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