
Carmen Chacón es maestra de la enseñanza pública jubilada y ejerce en esta entrevista la portavocía de la Plataforma sevillana en defensa de las pensiones públicas. Para el 17 de marzo, estaba «convencida y muy esperanzada de que el día 17 va a haber gente de todo color y condición y, sobre todo, de todas las edades». Y así fue, en otro día de movilización masiva que desafió a la lluvia además de al Gobierno. Porque «mal que bien, por mucha precariedad, por mucha brecha de género, con dificultades enormes en muchos y muchas pensionistas, ya tenemos una pensión. El problema fundamental les llega a las generaciones que vienen detrás nuestra. Defender el sistema público de pensiones no es una cuestión solo de los y las pensionistas actuales, es una cuestión de toda la sociedad».
– ¿Cuál es la relación proporcional entre mujeres y hombres, cuando hablamos de pensiones?
– Depende de los tramos. En las pensiones no contributivas, de viudedad, etc., sí hay muchas más mujeres que hombres, bastante más. En las contributivas, las que provienen de trabajos remunerados que han tenido en su vida, en los tramos medios y altos hay más hombres, porque las mujeres no han tenido acceso al mercado laboral en la misma proporción.
– ¿Y en la Plataforma de la que forma parte?
– Hay más hombres que mujeres. Es un trabajo constante, que las compañeras se incorporen, fundamentalmente porque las mujeres estamos más dedicadas a los trabajos de cuidados. En las asambleas quincenales, la presencia es más complicada. Pero luego después en las actividades y acciones que hacemos, en las recogidas de formas, en las manifestaciones, en las concentraciones, sí acuden muchísimas mujeres. En el día a día del trabajo organizativo, las compañeras participan menos, tienen menos costumbre, sobre todo en las edades más avanzadas, de participación activa, organizativa, en intervenciones. Pero se va mejorando, poco a poco se van acercando.
– ¿No varía entonces el perfil de participación social más bajo para las mujeres, en la edad de jubilación ?
– Cuando llegas a la situación de jubilada, te das cuenta de las situaciones familiares que hay, de que tienes que cuidar a nietos, para que ellos vayan a trabajar, en caso de que lo tengan (el trabajo), o lo tengan que buscar. Porque no hay suficiente organización pública para que las parejas jóvenes, las madres y los padres jóvenes, sobre todo las madres, puedan acceder a un trabajo en las mismas condiciones, lo que se llama el techo de cristal, que los hay en todas las categorías laborales, pero sobre todo en las más bajas, que están haciendo un daño tremendo, fundamentalmente a las mujeres. Y eso va a repercutir después en su jubilación.
– Es un círculo vicioso…
– Estamos en una sociedad profundamente patriarcal. Hubo un fenómeno curioso en los primeros momentos de las la falsamente llamada crisis, en 2008, y es que los primeros datos que salían era que perdían más puestos de trabajo hombres que mujeres, el primer año, porque los primeros que fueron cayendo eran los puestos más altos y mejor remunerados, con las mejores condiciones, y eran ocupados por hombres. Luego inmediatamente después afectó a todo el mundo, claro, a toda la clase trabajadora, pero en un principio era curioso ver que bajaba el número de hombres empleados y no bajaba tanto el de mujeres. En el momento en el que empezó a afectar también a las mujeres y llegó a los niveles más bajos, ya afectaba a todo el mundo. Y las primeras que han tenido que volver obligadamente a la economía sumergida, no porque no te contraten, sino porque a lo mejor te contratan por 2 horas y trabajas 8, son fundamentalmente mujeres. En todos los sectores más feminizados, en la dependencia, son las que tienen que dejar su puesto de trabajo, su actividad personal, para atender la dependencia. Sin cobrar, o cobrando ayudas familiares, teniendo por ejemplo que sacar a los mayores de la residencia y atenderlos en casa.
– De ahí la diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a las pensiones que les corresponden a unos y otras.
– Por eso hay más mujeres con pensiones no contributivas, porque no han tenido la posibilidad de un trabajo remunerado y legalizado, con contrato. Hay una cantidad de mujeres que han tenido que trabajar en sectores como la limpieza, el pequeño comercio, toda su vida, pero no han podido cotizar a la seguridad social porque no tenían contrato, o no han tenido el suficiente para que la cotización sea importante. Cuando llegan a la edad de jubilación, no tienen una pensión pública reconocida y se encuentran con las pensiones no contributivas, que están en poco más de 300 euros. Tampoco pueden seguir trabajando, porque las condiciones físicas no acompañan. Una de las cosas que está decidiendo el Gobierno, de hombres, es alargar la edad de jubilación.
La Plataforma

– ¿Cómo funciona la Plataforma sevillana en defensa de las pensiones públicas?
– No tenemos sede propia, pero tenemos la suerte de que nos prestan de forma desinteresada la sede de Pro Derechos Humanos. Otras veces hacemos asambleas en centros cívicos, o en colegios profesionales. Las asambleas son cada 15 días y hay algunas monográficas e informativas también, para que la gente tenga datos, para saber cómo está la ley, cómo afectan al colectivo, cómo pueden resolver problemas específicos, por ejemplo en el caso de los emigrantes retornados. Invitamos a expertos entre las personas que participamos. Está funcionando sobre todo la comisión de comunicación interna, que es la que organiza, plantea el orden del día de cada asamblea, realiza comunicados de prensa, localiza el local, esas son las tareas que tenemos. Luego hay personas encargadas de la entrega de información en distintos lugares de la ciudad. Asistimos a las reuniones que nos están pidiendo de un montón de pueblos de la provincia, en la que se están organizando plataformas locales, que se suman a la provincial. Estamos en la organización andaluza, que se llama movimiento andaluz en defensa del sistema público de pensiones, y su vez estamos en la coordinadora estatal. Un movimiento ciudadano que va aumentando. Para que te hagas una idea, el día 17 de marzo había 118 localidades en España convocadas a manifestarse.
– ¿Cómo fueron los inicios?
– A través de reuniones de contacto personal y de ahí a asambleas. Nunca ha habido en las asambleas menos de 40 personas, cada una de su padre y de su madre. Cada una lo ha ido difundiendo a su vez a la organización a la que pertenece. La primera concentración fue en Sánchez Perrier, después de varias asambleas y mucho trabajo detrás. Después hubo otra, a la que ya se sumaron otras provincias andaluzas en el Parlamento andaluz, llevamos nuestra carta de reivindicaciones a los distintos grupos políticos.

– ¿La concentración del 22 de marzo en Plaza Nueva ha sido un punto de inflexión?
– Sin duda, porque la carta enviada por la ministra del gremio (que mandan todos los años), con la subida del 0,25 por ciento, ha indignado a muchísima gente. Te dicen que esto no va a poder seguir adelante, ves que te lo han subido todo, lo que necesitamos básicamente, electricidad, la vivienda, el re pago de medicamentos, se vuelve a poner precio y a retirar de lo público un montón de medicamentos muy necesarios para las personas mayores. Encima, te dicen que las cosas van estupendamente y que te suben un euro de la pensión, en el mejor de los casos. ¿Se creen que somos idiotas?
– ¿Qué papel tiene el feminismo en la Plataforma?
– Lo trabajamos de forma trasversal: cuando se habla de los colectivos afectados, se trata la especificidad de las mujeres que están en ellos. También se está insistiendo a las compañeras a que se sumen, a que vengan, a que participen, a que acudan ellas en vez de su marido o pareja. Las que ya participamos tenemos experiencia, pero ya se están incorporando compañeras a la Plataforma, que no tienen esa experiencia y sin embargo lo entienden tan claramente, que dicen: hay que estar. Este trabajo lo estamos haciendo, decir ¿y la familia completa? De hecho, el 8M las mujeres de la Plataforma llevamos una pancarta específica con el lema ‘En contra de la brecha de género en las pensiones’, y también el 17 de marzo.
Muchas veces la imagen que se quiere transmitir, es la de ‘pobrecitas’, estas mujeres que como están en tan mala situación, se han cabreado. Somos mujeres que tenemos una conciencia social del día a día y queremos ser partícipes de las reivindicaciones y de la lucha.
– ¿Es importante que la portavocía la ocupen mujeres?
– Debería ser más importante, para que se vea. Lo que pasa es que muchas veces, cuando te llaman para hacer entrevista o declaración (no es tu caso), lo que se pretende muchas veces es enfatizar el caso extremo, no hacerte portavoz de las reivindicaciones propias de la Plataforma. Nos repartimos el trabajo por igual, pero es cierto que estamos menos compañeras en la comisión de organización, en las propias asambleas… Pero es curioso que la última fue de más de 100 personas, éramos más de 20 mujeres y, en proporción, hablamos mucho más que ellos.
Reivindicaciones en tres bloques

– ¿Cuáles son vuestras principales reivindicaciones?
– Lo resume muy bien la Coordinadora estatal, hay tres bloques: legal, económico y social. En el bloque legal: que las pensiones púbicas sean un derecho constitucional, y que sean complementadas, en caso de necesidad, de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Porque dicen que este sistema de pensiones no es ya viable, pero hay pensionistas de ciertos colectivos, a los que no les dicen que sus pensiones están en peligro, no están en la Seguridad Social, que son las clases pasivas del Estado: el Ejército, la judicatura, por ejemplo. Esos no tienen ningún problema. Y si hay que tocar los PGE para complementar la Seguridad Social, que lo hagan, pero que no sean préstamos, porque un préstamo hay que devolverlo, sino como derecho constitucional a tener pensiones dignas.
Otra reivindicación de tipo legal es volver a la jubilación ordinaria a los 65 años. Con las reformas de las pensiones que ha habido, se está aumentando la edad cada vez más, hasta los 67. Si una persona tiene ya 40 años o más cotizados, si ha llegado a esa cotización antes de los 65 años, que se puedan jubilar con el 100 por cien de la pensión, no que se le reduzca.
También recuperar el subsidio para los mayores de 52 años, porque se ha retrasado la edad para el subsidio de desempleo. Pero es que, además, no se hace en función de la persona, sino de la unidad familiar, dándose casos como el de una persona sin posibilidades de trabajar, con dos hijos en casa que trabajan, y no se la dan. Pero oiga, es que sus dos hijos están trabajando en precario y entre los tres no les llega para vivir. Es el derecho de la persona, no el concepto de unidad familiar.
En el bloque económico, tal y como dice la Carta Social Europea, que la pensión mínima sea de 1.080 euros. Que se vuelvan a revalorizar cada año las pensiones en función del IPC real. Y recuperar lo que hemos perdido desde 2011 con las distintas congelaciones de las pensiones que ha habido.
Y el el bloque social: que desaparezca la brecha de género en las pensiones. Que se ponga otra vez de inmediato en funcionamiento todo lo que se ha paralizado de la Ley de Dependencia: hay mujeres que no pueden trabajar, porque tienen que cuidar a su hijo o hija con grado de dependencia muy alta. Eliminar los co-pagos o re pagos sanitarios. Garantizar los suministros básicos: energía, agua, el transporte. Y los derechos humanos, a la vida, la libertad, el trabajo, la vivienda, refugiados, extranjería, etc.
Son los bloques comunes. Luego hay cuestiones específicas en cada comunidad autónoma, cada gobierno puede tener alguna especificidad en cuanto a los complementos a las pensiones mínimas, las jubilaciones anticipadas en distintos colectivos de lo público pueden ser diferentes.
– Denunciáis también el negocio de los planes de pensiones privados a costa de lo público.
– Se quieren cargar las pensiones públicas. Hay algo que no se nombra desde hace mucho tiempo, que es el inicio de toda esta maraña que están haciendo con lo público: en 2006, la Directiva europea 123 CE mandataba a los países miembros a privatizar lo público, porque ahí hay un dinero. Después de saquear la educación y la sanidad pública, ¿dónde han visto ahora mismo una bolsa de dinero? Son 115 mil millones de euros de las pensiones. Poquito a poco, van reduciendo los derechos y la pensión que va a tener cada persona. Es absolutamente degradante. Tenemos pendiente enviarle una carta a la señora Villalobos, con aquella declaración que hizo, de que ahorrando dos euros diarios, podía pagar una pensión. De todas las palabras que se me ocurren, no encuentro ninguna para expresar lo que me parece. Quieren privatizarlo todo y que sean los bancos los que manejen el dinero de las personas. Hay expertos que dicen que quien se haga un plan de pensiones privados, al final, por mucho dinero que aporte a ese plan, va a tener una media de entre 30 y 50 mil euros. ¿Esta cantidad le va a ser suficiente para todos los años que se lleve jubilado? Es denigrante. Yo siempre he aprendido desde pequeña que lo público ni es viable ni gravoso, es una inversión, que ahora están dilapidando. Mucha gente tiene que irse fuera, o tiene que estar trabajando en empleo precario. Cuando hombres y mujeres de una cierta edad, somos los que hemos levantado, los que levantamos día a día la economía de este país.
– Llamáis también a movilizarse a la juventud.
– Es un tema que afecta a toda la sociedad, es más global. De los jóvenes, de las interinas, es un problema suyo también. Ser interino significa tener trabajo en precario, es tener un futuro absolutamente precario, sin derecho a una pensión digna. Todo lo que está ocurriendo en los distintos sectores, lo que tiene que hacer es unir a la clase trabajadora, con un objetivo común y claro, y este es un objetivo muy claro: la defensa de las pensiones públicas, en este caso. Defender lo público, porque lo público es nuestro. La gestión pública de lo público, eso es lo esencial. Cómo es posible que en Andalucía se estén dando fondos públicos a empresas privadas que segregan por sexo. Otra cuestión es la defensa sindical de las personas que trabajan allí. Ahora hay mucho más dinero dedicado a los centros educativos privados y se están haciendo recortes impresionantes en la enseñanza pública.
Aparte de las personas mayores, trabajadores y trabajadoras de los sindicatos están apoyando. El movimiento feminista, los estudiantes. Toda la sociedad tiene que estar volcada en algo tan fundamental, en la calle. No se puede dejar al Gobierno solo, la presión siempre tiene que estar, estamos defendiendo lo nuestro.
Defensora de lo público

Carmen es una veterana en el activismo sindical y ahora lo vuelca en la defensa de las pensiones públicas. «He estado incluso en la Ejecutiva Confederal del sindicato CC. OO. Fui la primera mujer secretaria de organización de CC. OO. de Sevilla, desde 1997 a 2008». Sus inicios en la Plataforma sevillana en defensa de las pensiones públicas ha sido a través del contacto directo. «En la Plataforma estamos personas de distintas organizaciones sindicales, políticas, asociaciones de distinto tipo. Me incorporé porque era un tema interesantísimo no solo por mí, sino por la situación de las generaciones que vienen detrás, empezando por mi propio hijo. Siempre he estado implicada en la defensa activa de todo lo público: la enseñanza, la sanidad, la dependencia y, ahora, las pensiones».
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