
Rocío Ballesta Meischner tiene 49 años y vive en Sevilla. Procede de Maribañez, una pedanía de 1.200 habitantes entre Los Palacios y Villafranca. Madre de dos adolescentes de 14 y 12 años, de los que tiene la custodia completa. Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla, con la especialidad de Historia del Arte, Máster en Archivística y Biblioteconomía por el departamento de Historia Contemporánea de la UNED y Postgrado en Gestión Documental por la Universidad Jaume I de Castellón. Ha trabajado de archivera durante 15 años en distintas consejerías de la Junta de Andalucía, como personal externo. Desde 2012, en paro, «debido a la nula oferta dentro de mi campo de trabajo por la crisis”. A finales de los 80, ya en Sevilla, empieza a involucrarse en diversos colectivos sociales. Desde sus comienzos en la Universidad, por una educación pública digna, de calidad y de acceso libre para todas y todos, en los movimiento de Insumisión al servicio militar obligatorio, o en las plataformas anti Expo92. Y después dentro del movimiento okupa y en grupos feministas. Está imputada, por segunda vez, junto a dos mujeres más por la performance del coño insumiso que desfiló el 1 de mayo de 2014 en la ciudad hispalense. La denuncia parte de un grupo de abogados ultracatólicos de Valladolid vinculados a los grupos de Provida y Hazte Oír.
– ¿Cómo surgió la idea de hacer la procesión del coño insumiso el 1 de mayo de 2014?
Yo me enteré de que se estaba preparando esta performance para la manifestación del Primero de mayo a través de la programación de la Semana de Lucha Social, que terminaba con, el ya famoso, Akelarre Feminista.
– ¿Qué trataba de representar?
En el comunicado que elaboraron las compañeras creo que se definen muy bien los objetivos y las intenciones de la acción/performance que se llevó a cabo. Para mí lo que simbolizó es poner el cuerpo de la mujer en el centro de nuestras reivindicaciones, la vulva como representación máxima de nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, nuestro derecho a ser madres o a no serlo, sin que el Estado y la Iglesia legisle sobre nuestros coños, nuestros úteros y nuestro cuerpo. Ten en cuenta que hablamos del 2014, año en que el PP con la bien malograda Ley Gallardón quiso dar marcha atrás a los derechos reproductivos de las mujeres, intentando derogar la anterior Ley del aborto y volver a los tres supuestos anteriores pero mucho más restrictivos. De ahí que tuviera todo el sentido la performance y que las mujeres tomáramos el protagonismo en ese Primero de mayo, ya que además sufrimos la precarización doblemente, en los trabajos en casa y fuera de casa, con menores sueldos y con menos posibilidades de acceso al mundo laboral por el hecho de ser mujeres. Y la violencia, en todos y cada uno de los sectores y aspectos de nuestra vida.
– ¿Eras consciente de que algunos sectores conservadores de la ciudad se iban a sentir ofendidos?
Tanto como ofendidos no, yo sí era consciente de que podría molestar en cierto sentido a la parte más rancia y reaccionaria, pero no por sus sentimientos religiosos. En serio que eso no se me pasó por la cabeza, más bien por la estética de pasear una vulva, ya que a estos sectores todo lo que tenga que ver con la sexualidad, los órganos sexuales, o el desnudo les escandaliza de una manera bastante hipócrita. Insisto, hemos podido recibir críticas por mal gusto y poca estética, pero quien realmente se ha ofendido y nos ha denunciado es un grupo de abogados ultracatólicos de Valladolid vinculados a los grupos de Provida y Hazte Oír, es decir, el nacionalcatolicismo militante, que según se ve cada vez cobra más poder en este Estado con el apoyo incondicional del PP.
– Explica cómo transcurrió la procesión, cómo la recuerdas.
Ante todo matizar que no era una procesión, sino una performance donde se ensalzaba el coño de la mujer, y donde las acompañantes fuimos disfrazadas de los que nos dio la gana. Yo en concreto iba disfrazada de una bruja de luto, recordando a todas las mujeres que han sido asesinadas por el patriarcado desde hace siglos por empoderarse y querer ser las dueñas de su cuerpo, su vida y su propia voz. En cuanto al transcurso, fue un poco caótico al principio, al menos para mí. La convocatoria fue en el Pumarejo y algunas compañeras, al llegar, nos comentaron que la policía nacional estaba esperándonos, según palabras de la propia policía, para acompañar y evitar que nos pasara nada. Un actitud paternalista que molestó bastante, por lo que decidimos salir un poco más tarde y esperar a que se fueran. A partir de aquí todo transcurrió en un ambiente reivindicativo y festivo, como suele ser el Primero de mayo: se bailó, se cantaron proclamas y frases reivindicativas y se volvió a leer el manifiesto en varias ocasiones, hasta llegar a la altura del Parlamento, donde nos incorporamos a la manifestación convocada por los sindicatos CGT, SAT, USTEA… la ‘mani’ alternativa a CC OO Y UGT, vaya. En ningún momento durante la performance tuvimos ningún contratiempo, ni la policía nos acompañó, ni nos pidieron documentación alguna, ni se identificó a ninguna compañera.

– La primera imputación llega a finales de noviembre de 2014. ¿Cómo lo supiste?
Me enteré a finales de noviembre de 2014 a través de una llamada telefónica de Luis de los Santos, el abogado que representaba a los compañeros de CGT que habían sido imputados con anterioridad, por ser quienes firmaron el permiso para la manifestación del Primero de mayo. En esos momentos estaba de baja laboral, me habían tenido que realizar una mastectomía parcial por un tumor en el pecho, apenas habían pasado tres días desde que salí del hospital.
– ¿Cómo te afectó en tu vida cotidiana?
Imagina los nervios del principio, recién operada, bastante dolorida, teniendo que ir al hospital para las curas, esperando los resultados de la operación, y me cae esto. Preocupada, ya que no conocía siquiera a las otras compañeras que habían sido imputadas conmigo. Y con la presión de la prensa, que a través de las abogadas insistían en hablar con nosotras, en saber nuestros nombres. Nuestra primera reacción fue la de protegernos frente a la opinión pública para evitar los juicios paralelos, a los que somos tan aficionados en este país. Por otro lado, el apoyo incondicional de las compañeras, que enseguida se pusieron a nuestra disposición, se sacaron comunicados desde la Asamblea de apoyo al coño insumiso, se realizaron acciones reivindicativas, se ocuparon de dar difusión, y prácticamente todo se decidió a través de esa asamblea, de forma colectiva. Esto supuso una tranquilidad absoluta, ya que en esos momentos no estaba en condiciones ni físicas ni emocionales para afrontar todo esto sola. A nivel personal mi única preocupación eran mis dos hijos, protegerlos a toda costa de todo el circo que se podía montar a nivel mediático, ya que mi hijo mayor había tenido problemas con algunos compañeros en el colegio, tenía que evitar que este proceso supusiera un nuevo motivo de burla o escarnio para él. Además estaba en negociaciones con su padre para cambiar el régimen de custodia compartida y poder tener la custodia completa de mis hijos. Mi temor es que esto pudiera afectar de alguna manera a ese otro proceso. Te pones en lo peor, aunque debo reconocer que era un temor infundado, ya que el padre de mis hijos me ha apoyado, y me apoya, desde el minuto uno. En resumen, la imputación no llegó, precisamente, en el mejor momento. Porque a todo esto hay que añadir una situación de precariedad económica importante, ya que el negocio que tenía tampoco pasaba por su mejor momento.
– Después del archivo el año pasado, la reapertura. ¿Hay alguna diferencia entre los esgrimido ahora, de lo de hace tres años?
Tanto las abogadas como yo misma nos enteramos de la reapertura del caso de la forma más surrealista. El viernes de Dolores, no recuerdo la fecha exacta, estábamos junto a otras amigas y amigos de celebración, cuando nuestros móviles empezaron a echar humo. La acusación por parte de los abogados cristianos es la misma, no ha cambiado. Lo que ha cambiado es la participación de la Fiscalía y de la Audiencia Provincial, que ha ordenado la reapartura del caso basándose en que se ha hecho escarnio y mofa del dogma de la virginidad de la virgen, poniendo por encima de la libertad de expresión la creencia en un dogma (por tanto algo inexistente), al que le da la categoría de incuestionable. Y por otro lado, la Fiscalía ha hecho suya la acusación particular, ya que en el auto de acusación se puede comprobar como copia literal la denuncia de los abogados cristianos.
– ¿Qué crees que hay detrás?
Lo que hay detrás de todo esto, pues no lo puedo saber, solo puedo sacar conclusiones personales, que no son otras que lo que estamos viviendo a todos los niveles en este Estado, la politización de la justicia, que se está posicionando al lado del poder y de las instituciones más conservadoras, y cómo se está acusando basándose en ideologías y no en la propia ley.
– La Audiencia esgrime el artículo 525 del Código Penal por ofensa a un derecho fundamental, porque la libertad de expresión no es un derecho absoluto. ¿Qué opinas al respecto?
Se están anteponiendo política e ideología o pensamiento hegemónico, por encima del derecho a la libertad de expresión, esta solo cabe cuando se piensa como el Estado ha decidido qué debemos pensar. En el momento en que se cuestiona cualquier pensamiento, decisión, o se manifiestan opciones diferentes de pensamiento y acción, la libertad de expresión desaparece y aparecen delitos que hasta ahora eran impensables, delitos contra los sentimientos religiosos, de sedición, de terrorismo, o el comodín de delitos de odio e incitación a la violencia. Si encima eres mujer y decides alzar la voz, eres doblemente castigada. Ya sabemos qué piensan la Iglesia, los integristas católicos y la derecha rancia de este país, cuál es el lugar que nos corresponde a las mujeres. Por tanto, el sentido aleccionante de esta denuncia y la acusación por parte de la judicatura es doble. Eres una disidente política y encima mujer: a la hoguera.
– ¿Por qué vosotras tres? Según el auto, en el vídeo de la procesión sois las cabecillas y organizadoras. ¿En qué se basan?
A la primera pregunta es fácil responder, nosotras tres porque somos las que han podido identificar a través de los ficheros policiales, que son ilegales, pero como las meigas, haberlos hailos. Durante la performance no hubo presencia policial, ni requerimiento alguno de identificación de ninguna de nosotras, así que no existe otra explicación plausible. Ninguna de las tres tenemos antecedentes, como se explica en el auto de acusación, por lo que la identificación no hubiera sido posible sino es a través de estos ficheros ilegales de activistas sociales. En cuanto a en qué se basan para decir que somos las cabecillas y organizadoras, en realidad esa acusación solo me la hacen a mí, ya que en las imágenes aparezco sujetando el ‘velos’, como lo llaman, de la imagen de la vulva. En realidad se soltó y como siempre suelo llevar imperdibles me acerqué a sujetarlo, pero podría haber sido cualquier otra compañera.
– Salís retratadas como activistas feministas, como si fuera un insulto. ¿Cómo te autodefines?
A ellos les parecerá algo infame eso de ser activista, y encima feminista, pero es lo que soy, o al menos lo intento, me defino como anarcofeminista y, últimamente, también como bruja. Y esta última definición no es gratuita, ya que las brujas fueron perseguidas, condenadas y ejecutadas por revelarse contra el poder establecido, contra el sometimiento al varón, a la Iglesia y al Estado. Por reivindicarse como entes autónomas que deseaban ser dueñas de sus vidas, de sus cuerpos y de su propia voz.
– ¿Por qué habéis llegado al banquillo tres mujeres? Los dos sindicalistas encausados ya no están en este proceso.
En este caso sí se ha hecho justicia con los compañeros, ya que la primera denuncia por parte de los abogados cristianos fue contra ellos, que fueron quienes solicitaron el permiso para la manifestación del Primero de mayo como representantes de su sindicato. Lo cual demuestra que no tenían ninguno de nuestros nombres antes de que se ordenara la investigación del caso. Señalar que los abogados cristianos tienen una cruzada abierta con los compañeros y compañeras de CGT por un escrache que realizaron ante las puerta de su sede en Valladolid, y allí donde aparecen estas siglas buscan cualquier motivo para la denuncia. De hecho, parte de nuestra denuncia se basa en hechos que han concluido de otra procesión que sacaron las compañeras de CGT por los derechos laborales un año antes, en apoyo a una compañera despedida de forma improcedente, pero que no tuvo la misma repercusión mediática que la performance del Coño Insumiso del Primero de mayo.
– ¿Te sientes cabeza de turco, víctima de una caza de brujas? La misma audiencia enfatiza lo de ‘aquelarre feminista’.
Cabeza de turco no, le podía haber pasado a cualquier compañera, no soy la única que ha sido identificada en otras acciones políticas anteriormente. En cuanto a la caza de brujas, está claro: no se nos está permitido disentir en este Estado, porque te conviertes en el enemigo de la convivencia y la democracia. Pero si encima eres mujer, que estamos doblemente reprimidas y represaliadas, por el hecho de serlo… a nosotras se nos va a permitir menos que a nadie. Las mujeres debemos estar en el lugar que nos corresponde, y si decides otra opción que no sea cuidar de tu hogar, tus hijos y tu esposo, y decides tener una vida social y política, ese privilegio solo se te concede dentro de los parámetros del pensamiento hegemónico y para su defensa, cualquier otra cosa te convierte en una bruja que atenta contra los cimientos de la sociedad.
– Os piden a cada una de vosotras 3.600 euros de fianza, sin recurso.
No hemos depositado esa fianza, no somos solventes, pero tampoco teníamos intención de intentar conseguirla.
– ¿Os apoyáis las unas en las otras?
Para mí lo más enriquecedor de este proceso está siendo vivirlo al lado de mis dos compañeras, son dos mujeres maravillosas, luchadoras, comprometidas, sensibles, cuidadoras, no podría haber elegido mejores compañeras de viaje. Estoy creciendo y aprendiendo junto a ellas, y sintiendo una solidaridad y sororidad que creo solo somos capaces de crear entre mujeres. Y las tres tenemos un equipo de abogadas que compartimos, y comparten con nosotras posiciones políticas, feministas, activistas, y grandes mujeres también, sabias y cuidadoras.
– ¿En qué punto está ahora el proceso?
Estamos notificadas de la aperture del juicio oral, pero aún no tenemos fecha de juicio, y creemos que puede tardar bastante. La verdad es que esto es lo que más nos incomoda, la prolongación en el tiempo del proceso. Aunque a Antonia y a mí nos gusta bromear con la situación y decir que como tarde mucho, lo mismo tenemos que acudir al juzgado en andador… La Fiscalía solo nos acusa del delito contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos (525 del código penal). Que en su última acepción de respeto a los difuntos ya podían aplicárselo a los miles de muertos que este país esconde aún bajo las cunetas. La acusación particular incluye el comodín del público y nos pide también el delito de provocación a la discriminación, al odio y la violencia (510.1 del Código Penal).
– ¿Cómo esperas que culmine esto?
Con nuestra total absolución, por supuesto, y por la condena a costas a la parte denunciante.
– ¿Qué pasaría si el feminismo se volviera un delito?
Eso no va a ocurrir, no son tan torpes, aunque a veces lo pensemos. Lo que sí podemos llegar a ver, si la derechona rancia de este país sigue en el poder, es que las mujeres sigamos perdiendo derechos, y que se nos relegue a espacios cada vez más reducido, en lo social, lo político y económico. Y ahí es donde debemos y tenemos que estar, en armas contra el enemigo que es el patriarcado, el Estado y el capitalismo. Siempre alertas y sin bajar la guardia. Son demasiadas muertas las que tenemos en nuestras filas para permitirnos ni un paso atrás.
– Y en tu vida, ¿Cómo te está pasando factura?
Al principio me afectó más emocionalmente, pero cuando me llegó la primera notificación mis circunstancias personales no eran las mejores. Con el tiempo me ha servido para empoderarme más, las muestras de apoyo y solidaridad que hemos recibido han sido abrumadoras, y me he dado cuenta que este proceso debe servir para transformar social y políticamente, debe servir para denunciar el acoso constante que recibimos las mujeres, la violencia diaria que soportamos sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Y es un privilegio saberme una de las participantes, que no protagonista, de esta transformación social que pretendemos y vamos a pelear.
– Ha habido y sigue habiendo muestras de apoyo, hasta en Brasil.
Las muestras de apoyo han sido increibles, abrumadoras, no solo de Brasil, también de Argentina, Bolivia, Honduras, México, Guatemala, El Salvador, Alemania, Francia… Y, por supuesto, de compañeras de todo el Estado, especialmente de las compañeras de Málaga, en la misma tesitura que nosotras, y la compañeras de Sevilla… Así como el apoyo de asociaciones y grupos feministas, juristas, sindicatos, algunos partidos políticos, personas de la cultura, periodistas, asociaciones por el derecho a decidir, y seguro que se me escapa algo. Y muy importante, tenemos el apoyo incondicional de la Asociación Internacional de Mujeres Católicas por el derecho a decidir, de la que forman parte filósofas, teólogas, religiosas y mujeres seglares.
– Por último, ¿qué pides?
Que todo esto acabe de la única forma posible y razonable, con nuestra absolución. Pero sobre todo pido que este proceso sirva de acicate para una denuncia social por parte de todas y de todos, que se tome conciencia de la opresión que el patriarcado, la Iglesia y el Estado sigue ejerciendo contra las mujeres, y que sepamos aprovechar la ocasión para subvertir esta situación y recobrar nuestros derechos, a decidir sobre nuestras vidas y sobre nuestros cuerpos, y que de una vez seamos las portavozas de nuestra propia voz.

Un extracto de esta entrevista se ha publicado en Pikara magazine, como trabajo final del curso en Campus Relatoras: ‘Periodismo de-generado’.
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