A la ciudadanía en general, a la gente de buen vivir y que desean un mundo mejor, Mujeres Supervivientes manifiesta:
Rechazar los delitos de odio sobre nuestros cuerpos. Desde nuestra posición de mujeres migrantes, viviendo el racismo en nuestros cuerpos, desde los márgenes con nuestras hermanas españolas, pobres, excluidas en paro y precariedad, no podemos quedarnos calladas y hacer como que no pasará nada, silenciando las agresiones fascistas de las que hemos sido objeto el 20 de julio del 2020. En esa fecha, encontramos nuestras ventanas dibujadas con esvásticas. Además, hasta en tres ocasiones han pasado coches con personas gritando para agredirnos verbalmente.
Condenadas a la exclusión y al abandono por parte de la Administración Pública, hemos decidido denunciar la violencia xenófoba que estamos sufriendo en nuestro espacio de amor, refugio y cuidados, nuestra Casa Pumarejo, espacio de solidaridad, feminismo y apoyo mutuo, donde con nuestra Olla Comunitaria cocinamos comida caliente, esperanza y cambio social.
No nos resignamos a ser las eternas explotadas y subalternas del sistema, que requiere de nuestros trabajos esenciales para la reproducción social. Mientras los políticos siguen debatiendo cómo gastar los millones de euros del Covid 19, la ciudadanía presenta numerosas carencias y necesidades sin cubrir, entre ellas de alimento, vivienda, empleo y oportunidades. Nosotras, las migrantes decidimos organizarnos y brindar un plato de comida caliente, formas autogestionadas de supervivencia y cuidados en nuestro Barrio.
Esta elección solidaria y soberana ha molestado a los fascistas de la ciudad y han decidido pintar nuestras paredes y cristales con esvásticas que aluden a tiempos oscuros y terribles, donde murieron millones de personas, teniendo como único delito ser judíos. También pasan de vez en cuando en sus coches, los muy patriotas, con la Bandera de España a vociferarnos: “feminazis”, “iros a su país sudakas de mierda”, etc…
Por todo lo anterior, declaramos que amamos este país, que somos parte del tejido social y que con nuestro trabajo, cultura y buen hacer arrimamos el hombro donde haga falta. Eso sí, deseamos sea desde la igualdad, dignidad y respeto a nuestra humanidad como sujetos políticos, ya que en Europa siempre nos falta algo para ser bien tratadas, como ser un poquito más blancas, más académicas, más inteligentes, menos pobres. Reivindicamos nuestro derecho a la palabra y a existir sin ser violentadas en Sevilla y España entera.
Por todo ello convocamos a la ciudadanía en general, entidades y a la Prensa comprometida socialmente a que nos acompañen y den voz a las agresiones de las que hemos sido objeto y al temor que nos angustia de que esta violencia vaya “in crescendo”. Creemos firmemente no merecer este trato, además de que es fundamental que no volvamos la mirada hacia otro lado, respondiendo con indiferencia a mujeres que venimos del sur global, que aman cocinar haciendo lo más radical y revolucionario en época de crisis, cuidar, compartir el pan y la sal con los de aquí y soñar con un mundo más justo y bonito para todas.
Fecha y Hora: jueves 8 de octubre 12.30 Prado de San Sebastián, Fiscalía Territorial de Sevilla. Traer mascarilla y guardad la distancia de seguridad.
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