Carmen y Beatriz son dos madres que buscan a sus bebés robados. Alfonso busca a sus padres biológicos. Son presidenta, tesorera y secretario y portavoz, respectivamente, de la Asociación Sevilla Bebés Robados. Sirva este texto como introducción a una serie de testimonios que iremos publicando en La Giganta.
«La asociación está para esclarecer y dar facilidades a la justicia para poder llegar a nuestro objetivo: encontrar los bebés que fueron arrebatados y, a partir de ahí, toda la ayuda que podamos prestarles a las víctimas es poca. Hay madres que buscan a sus hijas e hijos que buscan a sus padres biológicos, menos, pero también. También hay hermanos que buscan a sus hermanos y hermanas. Algunos pueden tener 45 o 50 años. Cuando las madres mueren, toman el testigo las hermanas y los hermanos. Pasen los años que pasen, nos emocionamos y estamos luchando como jabatas para encontrar a nuestros hijos. Estamos muy implicados buscando mucha información, la mayoría de las veces hacemos de detectives también… y esperando que el Gobierno o a quien le corresponda nos ayude a encontrar a nuestros hijos. Por el momento, las instituciones se tiran la pelota unas a otras».
Quien habla es Carmen Lorente, presidenta de Sevilla Bebés Robados y madre que busca a su hijo. Esta es su historia: «Yo voy a tener a mi bebé del 79 al 80. Entro a dar a luz con mis dolores de parto y me tuvieron allí un día y medio metida en una sala sola donde no entraban familiares. En el Hospital Virgen de Rocío de Sevilla. Cuando viene la matrona me ausculta con una trompetita y me dice que el bebé está muerto. Ahí empieza mi pesadilla. Me tienen otro día con el bebé ‘muerto’ y medicándome. No vi a ningún médico. Al otro día, después de dos días y medio, me meten en paritorio y paro. Me dejan dormida. Yo no veía pero escuchaba llorar. Preguntaba: ‘Señorita, ¿qué he tenido?’. La contestación: ‘¿Tú no sabes que tu hijo estaba muerto?’. Al otro día entierran a mi hijo. Mi familia va toda, el Ocaso lo enterró. Pasaron 10 años y yo quería abrir la lápida. Cuando a Paquirri lo sacaron del panteón, esos funcionarios también iban a sacar a mi hijo. Cuando abren la cajita no había nada, solo una sábana y un algodón. Me dicen, como los huesos eran tan tiernos se habían esfumado… no entendía que el fémur y el cráneo tenían que estar, no desaparecen. Cuando me enteré de todo esto, en uno de los documentos dice que he sacado al niño y lo he llevado a un osario y a los cinco años no fui… He puesto tres denuncias y me las han archivado por falta de pruebas. Les digo que por favor que busquen quién pagó cinco años de osario. No hay firma, no hay ningún documento ni indicio de mi firma. Después de tres veces, me cuentan que hay un muro muy grande y que no se puede tirar. Esta tercera vez me la han archivado. Yo mandé que llamaran a declarar al funcionario que sacó a mi hijo, lo conseguí pero a mí no me llamaron. Este señor dijo que había tenido meningitis y había perdido la memoria… será la memoria selectiva».
Beatriz López cuenta una historia similar. «Yo estoy buscando a mi hijo del año 77. Cuando nació en el Virgen del Rocío el 1 de agosto me dijeron que había nacido muerto. Yo dije que estaban equivocados, que había oído el llanto. A mí no me pusieron nada, yo lo tuve en mi conocimiento. Me metieron en una sala para despertar y ahí estaría un tiempo infinito, me subieron arriba a planta, vi a mis familiares antes, y después me dejaron sola. Después de un rato me pusieron un niño en el nido que no dejaba de llorar. Estaba toda dolorida, me fui a acercar para coger al niño y vi por los espejos que dos enfermeras y una monja entraron. Antes de coger al niño me lo quitaron y otra me puso una inyección. Me desperté al otro día a las 3 de la tarde. Cuando me desperté pregunté que qué pasaba y la familia me dijo que lo habían enterrado a las 12 de la mañana. Tengo el historial clínico y el mismo día que lo estaban enterrando, a la misma hora, estaban haciendo la necrosia. La firma del padre falsificada, cuatro causas de muertes, en unas hojas pesaba unos kilos, en otra otros kilos. Me trataron muy mal en el parto. Me dijeron incluso ‘ahora es cuando te duele, ¿no?’. Estuve lastimada con la rodilla. A las semanas cuando fui, me dijo mi marido dónde se enterraba el niño y estaban todos los nichos abiertos. Me dijeron que estaba en una fosa común. Me llevé mucho tiempo con una depresión».
«En España se calcula que hay más de 300.000 bebés robados. En Sevilla, un mínimo de 300 denuncias»
«Antes decían lo de la fosa común porque al ser feto no se consideraba una persona física. Hoy en día ha cambiado la legislación. En esa fecha, si el bebé no tenía más de 24 horas era feto. En la mayoría de los casos, todas las madres tenían un seguro de deceso y no contaban con ello, sino que el hospital quería hacerse cargo. Siempre era el mismo modus operandi. En casi todas las actuaciones hay falsificación documental y en los informes médicos había varias causas de muertes, a la hora de pedir un legajo, algunos ponen ‘gratis’, como que entregan al niño gratis… y como eso, una enorme cantidad de irregularidades. Yo estaba apuntada en el seguro de deceso y a mi padre le pidieron 10.000 pesetas. Eso era una trama: médicos, religiosos…», prosigue Beatriz.
«Hay nombre de médicos que tenemos en común muchas compañeras de la asociación, también de matronas y la documentación. Cada persona es distinta, pero todas tienen casi lo mismo, muchas causas de muerte no son posibles como la otitis, diarrea…», apunta Carmen.
El caso de Alfonso Cárdenas es el de hijo que busca a su familia biológica. «Quisiera hacer un llamamiento para todos los padres que hayan adoptado. Si su hijo no sabe que es adoptado deben sincerarse con él, porque el miedo a perderlo no es tal. Lo perderían con más motivo si se enteraran hoy ya adulto. Valoraría más y agradecería que tuvieran ese gesto hacia él porque sería una muestra enorme de amor. Yo me enteré cuando me casé, si no no me entero. Cuando me casé la primera vez, mi padre se encargó de la documentación. Para las segundas nupcias fui yo a recoger la partida literal de nacimiento y fue entonces cuando me enteré que era adoptado. A los 30 años. Le pregunté a mi padre y me dijo que ‘no puede ser, la cantidad de dinero que dio para que figurara como biológico’. Es muy duro… no acabas nunca… yo tengo hijos y cuando voy al médico con ellos lo primero que me pregunta es si hay antecedentes en la familia de eso… y yo no sé qué contestar… no sé quién es mi familia, lo desconozco, y es un tema bastante duro. Mi madre falleció y no me dijo nada. Mi padre dijo que mi madre no lo sabía».
«No se está respetando la ley con nosotros», cuenta Alfonso. «Tenemos la condición de víctimas y según el artículo 39 y 1,335 del Código Civil, se dispone que las autoridades deben investigar el paradero de toda familia biológica de los adoptados. No se está llevando a cabo. Andalucía (desde 2012) y Navarra, recientemente, son las únicas Comunidades Autónomas donde las madres tienen la condición de víctimas. La Ley de Protección de datos está fastidiando porque, si va una hermana, le deniegan el historial clínico, pero igual si es un hijo. Si pides el historial de tu madre fallecida, como no lleve más de 50 años muerta tampoco puedes solicitarlo. Son palos a efectos burocráticos, a la hora de buscar o recopilar información, son todos problemas».
«Lo más triste es que cuando se ponen denuncias, la mayoría de ellas pasan a archivo sin ningún tipo de justificación ni investigación, cuando inclusive el Fiscal jefe es el que ordena una investigación a la Policía y no se lleva a cabo y después nos dicen que no hay medios, que hay una acumulación de denuncias enorme y que no pueden hacer efectiva la investigación. En otras ocasiones, para condenar a un señor que es doctor Vela, imputado tres veces por robo y venta de bebés con pruebas y evidencias, lo han desimputado dos de las tres veces. Y todavía estamos esperando una resolución. Sin embargo, en tres días han sentenciado a una señora que está buscando sus orígenes y su identidad (Almería). Por decir el nombre de la monja que intervino en esa adopción. Por el simple hecho de nombrarla, no se le ha permitido porque el abogado era también familiar de la monja».
«Esto es un crimen de Estado y nadie se conciencia del dolor que tenemos»
Carmen abunda en este caso: «En España se calcula que hay más de 300.000 bebés robados. En Sevilla, un mínimo de 300 denuncias. En algunos papeles que estamos viendo en el legajo de aborto, arriba pone una palabrita: ‘gratis’. Y luego pone una numeración. Y los que ponen ‘gratis’, hay tachadura de las fechas de la muerte y el nacimiento de manera descarada. Hay casos en los que hay un informe de autopsia anterior al nacimiento. Se ha muerto el niño antes de nacer. En el caso de esta mujer de Almería también hay una serie de anomalías muy grandes. Yo tengo tres partidas bautismales donde se refleja que el mismo cura, y a la misma hora, estaba en tres iglesias distintas. Que la primera persona que vaya a entrar en prisión sea una víctima y no un verdugo… Quitarle un hijo a la madre de sus brazos es un crimen. Es muy triste. Queda mucho por decir y muchas madres por hablar».
«Los bebés robados empiezan en la época de la Dictadura», explica Alfonso. «Es tan fructífero el negocio que en tiempos de la Transición sigue. Las madres republicanas en cárceles cuando iban pariendo, recogían los niños y se los iban entregando a familias adeptas al régimen». A la pregunta de si la trama sigue existiendo, contesta: «Sigue. No aparecen por el tema económico. Por ley le correspondería al chico y a la familia del chico o de la chica un mínimo de 300.000 euros, que no podríamos rechazar pero sí donar para facilitar los encuentros. El otro motivo es porque hay muchos intereses, apellidos ilustres, fiscales, militares, políticos, que hoy en día son algunos de los hijos e hijas de estas madres que están buscando y lo están tapando todo. Aquí no ocurre como en Argentina, las abuelas de la plaza de mayo, porque la democracia que tenemos es pactada».
Concluye Carmen: «Necesitamos que la sociedad nos escuche, la sociedad está dormida. Esto es un crimen de Estado y nadie se conciencia del dolor que tenemos. Yo pido concienciación y divulgación. Y la esperanza que nunca nos falte porque seguiremos luchando».
La asociación
«Cuando una persona no sabe dónde acudir ni qué trámites realizar, le informamos de ello. Aparte, cuando hay personas que vienen de pueblos y no saben desenvolverse, las acompañamos a los sitios para que se informen, donde haga falta». Esa es la función de la asociación Sevilla Bebés Robados, según su presidenta, Carmen Lorente, que cuenta cómo surge. «Nos dimos cuenta de que habían en verdad robado a niños y niñas. Las madres tenemos un sentimiento por el que sabíamos que nuestros hijos no estaban muertos. Nos juntamos un grupo de madres y hermanas y hermanos y creamos la asociación, para poder ayudarnos a nosotras mismas y a otras personas. Es increíble la cantidad de personas que buscan ayuda. Hemos montado una familia, tenemos reuniones en el Centro Cívico Los Carteros, y los primeros domingos de mes en la Plaza San Francisco, somos las madres de la Plaza de San Francisco».
http://sevillabebesrobados.esy.es
Comentarios: 2 respuesta añadida