AWA (Andalusian Women in Arts) es un arriesgado y apasionante proyecto, formado por artistas sevillanas y residentes en la capital de todas las edades, que, desde el concepto de unir arte y valores, vertebra sectores creativos y engarza con formación, investigación, innovación, turismo de cultura y la activación de un mecanismo de proyección cultural que, al mismo tiempo, atrae y sirve de plataforma de promoción en el extranjero.
La idea de este interesante proyecto anida en la mente de Esperanza Pérez Sarabia tras la exposición del Legado de Murillo en el Parlamento de Andalucía en 2017. «Allí propongo a Rocío Molina, CEO de Loving Art Andalucía, que inventemos algo para que el arte trascienda y no se limite a muestras de quita y pon». Le explica, continúa, que ve «el arte estancado, colapsado en un bucle de exposiciones fatuas. Me expone que el propósito de Loving va por otros derroteros y decido tomar el testigo de mi iniciativa. Construyo el proyecto AWA, con el eje estructural Arte-Valores».
A mediados de 2018 comienza a llamar a compañeras artistas y forma un numeroso grupo de mujeres que comparten su manera de pensar. Mediante el apoyo de dos grandes mujeres y amigas, Victoria Herrera, gerente de Grupo Joly, y la entonces diputada de la Junta de Andalucía, Alicia Martínez -promotora de la exposición en el Parlamento y el Foro Mas Mujeres-, se le abren las puertas del Pabellón de Colombia, con la colaboración de la exconsul Lucía Madriñán y organizó la primera muestra expositiva: Mujer, creadora y transmisora de cultura.
OBJETIVOS AWA
Entre ellos, destaca Esperanza, «Desencorsetar Sevilla, evolucionar y futuro, no son sinónimos de renunciar a tradiciones y crear un tejido de sinergias culturales que potencie tanto talento como tenemos y se extinguen en un lago de desidias».
Además, «intentar que se pueda vivir, apreciar y disfrutar el arte contemporáneo y conceptual y los artistas puedan, además, mantenerse con su trabajo».
Sin olvidar, «beneficiar a la sociedad, pues considero que el arte es uno de los vehículos más potentes de comunicación e invitan a la reflexión y a la introspección».
Actualmente están organizando la exposición Entre nuestras Luces y Sombras, que tendrá lugar en la sala de exposiciones del Apeadero, en el Alcázar de Sevilla y, desde ya, diseñando planes de futuro.
¿Y qué hay que hacer para formar parte de AWA? Muy fácil: tener pasión, ganas de cambiar el panorama cultural y de artes plásticas, ser buena artista y comulgar con las premisas del proyecto.
REDES SOCIALES
Facebook
Facebook Awa
Instagram
Instagram Awa Sevilla
Inspiración
A Esperanza le inspira la misma vida: «Estoy, pese a las adversidades, enamorada de ella. Soy luchadora nata y, digamos, que me inspiran los retos. No soy de protestar y no hacer nada. Soy de intentar cambiar lo que considero que no funciona. David contra Goliath«.
Aparte, añade, «tengo incontinencia creativa, todo lo que miro me sugiere y estimula mi imaginación, sobre todo la naturaleza y ‘el alma’ de las personas que se asoma a sus miradas». De hecho, «una de las obras que presento en el Alcázar es una instalación con piedras de la playa. Estando de vacaciones las miraba y me cautivaron sus erosiones, sus lisuras… cada una tratada del mismo modo por el mar y la arena y dependiendo de su naturaleza parecían asteroides, horadadas, receptáculos de nuevas vidas, otras joyas preciosas solo para ser contempladas. He creado una ‘galaxia’ etérea, que juega con luces, sombras y movimientos».
Esa pasión con la que trabaja es la que le hace no aceptar un ‘no’ y convertir las negativas en retos. Sin embargo, declara, «aunque hemos llegado hasta aquí, desde «las carencias», es agotador y necesitamos más apoyos, sede y dinero. Hasta ahora voy “montada a pelo” y funcionamos muy bien, vamos por la segunda muestra en un año y nos estamos dando a conocer. Permitidme la «vanagloria», nuestra trayectoria es incluso mejor que algunas iniciativas con todos los respaldos y apoyos económicos».
MOMENTOS INOLVIDABLES
«¡Muchísimos!», exclama esperanza. «Nuestro brindis con gintonic en el pabellón de Colombia, solo las eufóricas componentes de la exposición, en privado con un fotógrafo amigo, antes de comenzar la inauguración, tiradas en la lona que al final no nos dejaron poner en la fachada y que convertí en gran alfombra».
O el desbordamiento de aquella inauguración, «a la que asistieron 600 invitados que abarrotaban el pabellón y la chimenea de campaña que pusimos en la entrada y en torno a la cual se agrupaba la gente en animadas tertulias, con sus vinitos, para protegerse del frío de enero. ¡No acabaría! Para un libro». [Risas].
Recuento
A Esperanza no le gusta hacer «recuento» de su trayectoria, quizás porque entra dentro de normas establecidas y ha sido y es «una rebelde indomable». Pero forma parte del proceso y hace un esbozo: «He restaurado grandes óleos sobre lienzo, de San Felipe Neri, siglo XVII, en el convento de los Filipenses y la Iglesia de San Alberto de Sevilla, participado en varias exposiciones colectivas, «Mujer, creadora y transmisora de cultura», con el grupo del cual soy Presidenta, AWA. En 2017, de la mano de Lovingart Andalucía, en el Parlamento; realiza cinco exposiciones en solitario, (la última en la sala de exposiciones del Ayuntamiento de Tomares. 2018. «Mundos paralelos: Pájaros en la cabeza» y concebido varios proyectos nacidos de una enorme necesidad por sentir, estudiar, conocer, profundizar, modelar, esculpir, pintar, interrelacionar, crear, vivir…, en permanente y constante evolución».



De los concebidos y no realizados.
De los abortados por los avatares de la vida.
De todos aquellos soñados.
De los que se buscan y se encontrarán.
Porque una obra de arte pretende llegar a lo más profundo del ser humano. A ese lugar solo conmovible por lo poco usual y que es capaz de abrir estancias interiores, puertas cerradas.

EN PERSONA
Esperanza Pérez Sarabia. Ginkga Biloba (pseudónimo artístico). Sevillana nacida en calle Cuna. Inmersa en la Sevilla más emblemática. Rodeada siempre de caballetes, lienzos, óleos, lápices, papeles de texturas maravillosas y muchos, muchos libros. «El arte me ha rodeado siempre por todas partes», afirma.
Se licenció en la Facutad de Bellas Artes, con la especialidad de Conservación y Restauración de obras de arte, por aprender técnicas y recursos que le abrieran más posibilidades creativas. Abarca pintura, escultura, instalaciones… Y lo que más le importa, asegura, «es que mi obra sea vehículo de emociones, que sean de una belleza, o no, conmovedora. Abrir una puerta en las mentes de los espectadores, a sus yoes más profundos y reflexivos».
Comentarios: Sin respuestas