Cuando le diagnostican un cáncer de mama triple negativo en estado avanzado, Ana Cardona comienza a escribir un ‘quimio-diario’ desde su visión como psicóloga que se convierte en Mi único sí, aprendizajes de un cáncer. Al enterarse del diagnóstico, reconoce, “me inunda el miedo y, durante 15 días, me paraliza el hecho de que el cáncer está avanzado y podría no salir de ello. Es, entonces, cuando me doy cuenta de las inmensas ganas que tengo de vivir la vida de la que llevo tantos años quejándome, con las mismas pegas y las mismas cosas buenas que antes no era capaz de ver”.
–¿Qué ocurre en tu vida cuando te diagnostican el cáncer?
–Toda mi familia y amistades se movilizan para darme su apoyo. También se me cae el pelo, y otras cosas más físicas, pero bueno, ya me ha crecido de nuevo.
–¿Y cómo lo procesas?
–Empiezo a procesarlo de verdad cuando me dan los resultados y, acto seguido, me hablan del tratamiento a seguir y de que intentarán que entre en un ensayo clínico. Después lo proceso escribiendo, haciendo ejercicio físico y apoyándome mucho en todo el que me presta su ayuda.
–Y comienza una batalla… ¿ha terminado?
–No termina cuando crees que va terminar. Físicamente hablando cuesta reponerse y, una vez que vas reconociéndote de nuevo en el espejo, llegan las revisiones, que son muchas, las pruebas cada ciertos meses. A veces te vuelve de nuevo esa sensación de “vivir en el hospital”. Psicológicamente hablando la batalla se alarga bastante, ya que todo lo que no has podido procesar durante el tratamiento empiezas a hacerlo después; una vez terminado es cuando eres capaz de darte cuenta de todo por lo que has pasado. También puedes tener algún síntoma de estrés postraumático, pero das gracias por estar viva y sabes que volverás a disfrutar de la vida.

–Eres psicóloga… y escribes Mi único sí, aprendizajes de un cáncer. Cuéntanos sobre él, sobre todo para las personas que no lo han leído. ¿Qué encontrarán?
–Un libro sobre cómo vivir la vida siendo consciente de que no es perfecta, pero que es vida. Que tiene muchas cosas buenas, que cuando las das por supuestas no las disfrutas tanto como cuando sabes que podrían no estar ahí. O ser tú la que no está ahí para disfrutarla.
Es un libro para aprender a amar la vida tal y como es, y no como quisiéramos que fuese y no es, o como nos la quieren vender.
–¿Qué feedbak estás teniendo con tu libro?
–Que a todo el que lo ha leído le ha ayudado mucho desde su situación. Las personas que no tienen cáncer dicen entender mejor a quien lo tiene. Las personas con cáncer que lo han leído me han comunicado que se han sentido reflejadas.
Y, en general, a quien pasa por alguna situación difícil en la vida, que le ha ayudado a superarla.
«Yo solo sé que participé en un ensayo clínico que probablemente me salvara la vida»
Ana Cardona
–Está claro que vivimos en una necesidad constante de felicidad renovada. ¿Es eso posible realmente?
–Yo creo que es posible tener una vida satisfactoria, disfrutar de muchos momentos, sentir la felicidad en situaciones o momentos determinados, pero creo que no es posible este modelo de felicidad constante que nos rodea en todo lo que vemos: series, libros, redes sociales, etc. Esa necesidad consigue todo lo contrario: frustrarnos y hacernos creer que nos falta siempre algo para ser felices, pero no es cierto.
–¿Qué implica el cáncer dentro de esa búsqueda infinita de la felicidad?
–La vuelta a la esencia de la vida, a la felicidad de las pequeñas cosas, a que estaba ahí y no la veías. Es un abrirte los ojos de sopetón, y darte cuenta de que más que merecer las cosas, deberías estar agradecida por todo lo que has tenido y no valorabas.
También es entender que no tienes el control, ni la culpa de que a veces las cosas no vayan bien. El cáncer nos hace entender que la vida no es perfecta, ni la felicidad tampoco.
–Está claro que no es lo mismo sobrellevar un cáncer ahora que hace 40 años… Pero me da la sensación que el tabú, el miedo o la ignorancia siguen siendo las mismas. ¿Piensas igual?
–Para mucha gente sí, pero también es verdad que por desgracia el número de casos aumenta tanto que no se puede esconder.
–No me gusta adherirme a campañas o lacitos… Me encantaría que la investigación fuera en España una prioridad y no tuviéramos que visualizar el día contra el cáncer jamás. ¿Cómo consideras que estamos a ese respecto?
–La verdad es que no tengo los datos, yo solo sé que participé en un ensayo clínico que probablemente me salvara la vida. Para mí, como para muchas mujeres, la investigación en cáncer de mama ha sido crucial. También es cierto que hay muchos tipos de cánceres, y que todos ellos necesitan de investigación. Además, colaboro activamente con CRIS contra el cáncer, y el libro apoya la investigación de cáncer que CRIS lidera.
–¿Qué le decimos a las mujeres que comienzan hoy su lucha contra el cáncer?
–Que son más fuertes de lo que piensan, y que cuando todo termine, se darán cuenta de que han sido unas auténticas campeonas.
–Pienso que se nos olvida también los familiares y acompañantes de la persona enferma. ¿Te has sentido apoyada en tu peripecia vital?
–Muchísimo, solo tengo palabras de agradecimiento para mi familia y amigos.
–Ojalá el cáncer…
–Tuviera cura en todas sus vertientes.
«Las enfermeras me han ofrecido literalmente su mano para apretar, y ha sido su sonrisa desconocida la que me ha dado un apoyo impagable ahí donde no podía entrar ningún acompañante»
Ana Cardona
–¿Es importante el agradecimiento en esta lucha constante?
–Sí, porque gracias a todas las personas que han apoyado, y apoyan la investigación, a todas las personas que han participado en distintos tratamientos, a tanta y tanta gente que dona cada día para investigación, hoy muchos de nosotros podemos decir que somos “supervivientes de un cáncer”; aunque aún hay mucho camino por recorrer, aún hay algunos tipos de cánceres con una tasa de supervivencia muy baja, y que son un drama para los que los sufren y sus familias. Por eso es tan importante estar agradecidos a quienes nos apoyan en esta lucha.
–Cuál es tu presente y futuro “perfectos”.
–En cuanto a cáncer: Estar libre de cáncer, y poder superar física, psicológica, y emocionalmente, las secuelas que ha dejado.
En cuanto a vida: Vivir cerca del mar, con mi familia, trabajando, ya que me encanta mi trabajo, pintando, paseando… De hecho, quiero volver a pintar, quizá preparar una exposición colorida.
–Has tenido cáncer, sí, pero cuéntame algo positivo de tu experiencia. Y a las mujeres que tienen miedo…
–En el libro hablo de todo: de lo malo, lo regular y lo bueno, que no es poco: Todo lo que aprendí de cómo amar la vida, de cómo disfrutarla. Me ayudó a aceptar que a veces la vida es así, y ese es un aprendizaje que, en contra de lo que pueda parecer, ayuda a estar más tranquila, a querer controlar menos. También creo que ahora soy más empática, valoro más y soy más agradecida con lo me tengo. Y sobre todo, me ha ayudado a sentir lo mucho que los míos me quieren.
Quiero destacar, también, el gran trabajo de las enfermeras y enfermeros que están en los momentos de quirófano, pruebas médicas, biopsias, y todo lo que implique cáncer, agujas y miedo. Ellas me han ofrecido literalmente su mano para apretar, y ha sido su sonrisa desconocida la que me ha dado un apoyo impagable ahí donde no podía entrar ningún acompañante.
En persona
Ana Cardona es madre de un niño de 10 años. “También soy pareja, hija, hermana y amiga”, aclara. “Realicé los tres primeros años de la licenciatura de Bellas Artes en la UCM; aunque finalmente me licencié como psicóloga, con la especialidad de psicología clínica, en el año 2000 UPC; y, desde entonces, me he dedicado a promover el bienestar de mis clientes y pacientes con el objetivo de que recuperen la alegría de vivir”. Trabajó en un Centro de atención al drogodependiente de la CAM, después se dedicó durante más de 15 años a la formación en habilidades en múltiples empresas, lo que le llevó a viajar por toda España. “Cuando nació mi hijo monté un estudio de dibujo y pintura en el que podía estar con él y a la vez dar clases durante sus primeros años; también he expuesto en varias galerías de arte. Durante el tratamiento de quimioterapia me formé en Psicoterapia Breve en la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP). En la actualidad, trabajo como psicoterapeuta”.
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