Las bacantes o ménades estaban vinculadas en la antigüedad al dios Dionisio. Bailaban y cantaban inspiradas por esa locura que da ser libre. Y ese soplo de aire fresco, heredado de la mitología griega, lo recoge Ménades, un proyecto editorial filológico y literario, feminista y reivindicativo. Nace de la necesidad de devolverles el lugar a aquellas mujeres silenciadas, así como de permitir a nuevas escritoras hacerse un hueco en el mundo literario y realizar una labor crítica y de lucha mediante hombres y mujeres que, con sus textos, contribuyan al estudio de género. Un baile literario donde sobre todo ellas, las olvidadas, son las protagonistas.
Cuentan desde Ménades que la idea de este proyecto provino de uno de los componentes, Javier Baonza, que, a su vez, trabaja en la editorial Evohé. “Él fue el nexo de unión con el resto de compañeras que ahora trabajamos con ilusión y esmero para que este proyecto salga adelante”, relatan. De hecho, todo surgió el pasado verano, coincidiendo también con la constitución de la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras (AMEIS), con quien todas las componentes colaboran en ese fin de visibilización de la mujer en el ámbito literario. “Cuando nos reunimos por primera vez para hablar de la editorial nos entusiasmamos enseguida: todo era una vorágine de ideas, obras pendientes de publicar, amor por la literatura y un espíritu feminista que nos cimienta a nosotras y al proyecto”. Y así, día a día, les impulsa la necesidad del rescate literario de tantas escritoras cuyas obras no han visto la luz en nuestra cultura.
–¿Qué líneas desarrolláis en la editorial?
–Dar voz a las que siempre han estado es justicia literaria. Tenemos tres secciones –Olvidadas, Actuales y Trincheras–, que son el reflejo de los objetivos principales que tenemos. Con estas tres líneas queremos dar a conocer obras de autoras relevantes que por las circunstancias de su época no pudieron publicar y que, desde la infancia y la primera juventud, se disponga de esos referentes que debieron ser, y que serán, clásicos, ser la oportunidad de aquellas escritoras actuales y de la realidad que empuñan sus textos, y favorecer el escenario de debate y reflexión sobre el feminismo en la actualidad.
Así, con la colección Olvidadas, queremos hacer justicia literaria con autoras cuyas obras guardan una calidad literaria destacable y que fueron obviadas, menospreciadas y minusvaloradas por las circunstancias sociales que vivieron. También es nuestro deseo, a través de la línea de Actuales, dar la oportunidad a aquellas autoras que actualmente luchan por ver publicados sus textos; y, en la línea de ensayo que hemos denominado Trincheras, reflejar este conjunto de posibilidades presentes hacia un mundo más igualitario y que son un horizonte hacia el que encaminarse.
–El nombre, Ménades, es evocador y mitológico…
–Fue una propuesta inicial de nuestro especialista en el mundo clásico, Javier Baonza, y nos cuadró muy bien a todas por su potente significado: las Ménades eran figuras femeninas vinculadas al séquito del dios Dionisio, quien les inspiraba la locura mística. Eran conocidas como mujeres enajenadas, que danzaban y cantaban en estado semisalvaje al grito de “¡Evohé!” en las bacanales, lo cual, simbólicamente, se relaciona muy bien con esa connotación peyorativa de locas o extravagantes que han recibido las mujeres artistas a lo largo de la Historia. Nuestro logo también va en esa dirección simbólica: las mujeres dejan de ser las musas para ser ellas quienes reciben la inspiración y convertirse en creadoras.
–El mundo editorial suele ser y estar masculinizado… Está claro que un proyecto como el vuestro era y es pertinente en estos momentos, ahora más que nunca. ¿Cuáles son vuestros argumentos al respecto?
–Creemos que una editorial es la vía perfecta para visibilizar a tantas mujeres cuyas obras no pudieron ver la luz, así como a todas las que actualmente intentan ver publicados sus textos. También es el camino idóneo para extender y llevar a debate el feminismo, única vía racional, a nuestro juicio, para poder cambiar esta sociedad para mejor.
Existen otras editoriales que tienen una línea o sección feminista o “de mujeres”, como si el feminismo tuviera que interesarnos únicamente a nosotras o fuera un asunto nuestro y no de la sociedad al completo. Nunca hemos visto una sección “de hombres”, probablemente porque abarcarían prácticamente todo el catálogo y dejaría en evidencia la desigualdad y la necesidad de trabajar para cambiar este tipo de cosas. Nosotras intentamos que la literatura sea eso, literatura. Es lacerante escuchar el término “literatura de mujeres”, sobre todo porque esas mujeres son las que han recibido una educación leyendo “literatura de hombres”.
También existen editoriales con perspectiva de género, pero no se dedican exclusivamente a ello. De igual modo, existen editoriales LGTBI. Sin embargo, faltan editoriales feministas que se dediquen exclusivamente a ello, aunque alguna hay, si bien se define como editorial de mujeres y no feminista. Por tanto, lo que nos diferencia es que somos exclusivamente feministas y que, en dos de nuestras líneas, solo publicaremos a mujeres.
Consideramos que este proyecto es necesario y contamos con experiencia y capacidad de esfuerzo para llevarlo adelante con todas las garantías. Hoy en día se publican muchos libros de muchos temas, y no hay lectores suficientes para tantos libros. ¿Cuál es la vida que le permitimos a cada título que se publica? Hay que buscar una necesidad, un vacío en el sector, y llenarlo con mucho amor y dedicación. Nosotras vimos esa necesidad pendiente; esa lucha y deuda histórica con tantas mujeres. Es por eso que hemos decidido abarcar ese vacío que existe en nuestra cultura y combatirlo de la mejor manera posible: con más cultura.
«Este proyecto no es una simple editorial, tiene un trasfondo aún mayor y un objetivo que no es nada fácil: visibilizar el papel de las mujeres en el ámbito literario, con obras de calidad y creaciones libres»
–¿Cómo se puede definir la literatura feminista?
–Es aquella que crea conciencia luchando contra una sociedad marcada por las tradiciones heredadas del patriarcado, en donde las mujeres siempre han quedado relegadas a un segundo plano tanto en la vida laboral como política, social, familiar…
La literatura feminista es aquella que no deja indiferente a quien la lee, porque supone asumir que la historia no ha sido justa con las mujeres y que queda mucho trabajo por hacer en la sociedad actual. Es, también, aquella que nos enseña a desaprender lo aprendido, a cuestionar todas las normas culturales heredadas y los roles de género que hemos normalizado por pura tradición e inercia.
–En realidad vuestra pretensión es que no exista ninguna diferenciación cuantitativa en la visualización de autoras, ¿no?
–Esa realidad sería ideal, es decir, un panorama en el que las mujeres no sean ese 20 % frente al 80 % que conforman actualmente los libros escritos por hombres. Pero para romper esa brecha, hay que realizar una labor que evidencie la ausencia de muchas obras que son fundamentales y que no se han publicado en nuestro país. Tampoco se trata de que las cifras se equiparen por norma, porque no sería justo si la calidad de las obras no lo merece, sino de que las mujeres tengan las mismas oportunidades para publicar que los hombres y que cambie el sistema educacional de tal forma que se conozcan autoras contemporáneas de los “grandes clásicos” que han pasado totalmente desapercibidas por las circunstancias de cada época y por ese segundo plano al que ha quedado relegada la mujer en la historia.
VISIBILIZADAS
En la colección Olvidadas, El duende del jardín y otros cuentos, de Willa Cather; Pájaro Rojo habla, de Zitkala Sa; La emancipación de la mujer, de Flora Tristán; Diarios, de Ioanna Tsatsos y Caballero Jack. Los diarios de Anne Lister (a partir de los cuales la BBC estrenará en marzo su serie Gentelman Jack). Para esta colección también tienen a muchas otras autoras en lista, ya que por desgracia a nada que buscas surgen de todas partes…
En la línea de Actuales, reeditarán una versión ampliada de Las razones de Jo, de Isabel Franc; La escalera mágica, de Pilar González Serrano; El unicornio y el delirio, de Anguelikí Korré; Célanire cuello cortado, de Maryse Condé (Premio Nobel alternativo 2018) y Grietas, de Inés Herrero.
Y en la línea de ensayo, que han denominado Trincheras, Las heteras en la Antigua Grecia, de Catalina Aparicio; Helena y Penélope, dos ejemplos contrapuestos, de Daniel Tubau y reeditaremos El contrato sexual, de Carole Pateman, todo un referente mundial que estaba descatalogado.
–En vuestra opinión, ¿qué autoras son indispensables conocer?
–Hay muchísimas autoras de una vigencia actual indiscutible que no nos explicamos cómo no han sido traducidas nunca a nuestro idioma o a las que no se les ha dedicado la atención suficiente. Carole Pateman, por ejemplo, es un referente indispensable en el mundo anglosajón y sus teorías han servido de base para los estudios de género y para la comprensión y análisis de cómo funciona el patriarcado desde los comienzos de la humanidad. Otras muchas autoras que consideramos esenciales son Jane Anger, que ya en el siglo XVII escribió uno de los primeros manifiestos feministas que se conocen; Emmeline Pankhurst, líder del movimiento sufragista inglés, o Agustina González, una escritora revolucionaria que fue fusilada junto a Lorca.
RECOMENDACIONES
Entendemos que no a todo el mundo le gustan los mismos géneros, por lo tanto, las recomendaciones de Ménades serían:
–Quien quiera iniciarse en el feminismo: La emancipación de la mujer, de Flora Tristán.
–Quien quiera profundizar en sus argumentos: El contrato sexual, de Carole Pateman.
–Quien quiera encontrar debate: Disidencia en el cuerpo, una antología de ensayos de varias autoras, entre ellas Lucía Asué Mbmomio, Rosa García, Rosa Cobo, Miguel Vagalume, Silvia Agüero, Cristina Aparicio…
–Quien quiera disfrutar leyendo algo distinto: Caballero Jack. Los diarios de Anne Lister, o Célanire Cuellocortado, de Maryse Condè.
–Quien quiera soñar: Pájaro rojo habla, de Zitkala Sa.
–Quien quiera leer autoras clásicas: El duende de jardín y otros cuentos, de Willa Cather.
–Quien quiera leer autoras contemporáneas: Las razones de Jo, de Isabel Frank, o Grietas, de Inés Herrero.
–¿Os apoyan también compañeros que asuman la necesidad de este proyecto?
–No es fácil el ejercicio de asumir que quedan muchas obras por publicar y que hay muchas mujeres a las que se les ha arrebatado su identidad creadora a lo largo de la historia. Tampoco es fácil lidiar con la empresa de cambiar el sistema educativo y que se estudien más referentes femeninos en los libros de literatura. Ellas han estado, han existido, nosotras solo vamos a devolverles su realidad y su voz.
El hecho nuclear de que este proyecto sea necesario implica que hay tarea por hacer, y esta afirmación no está hecha para quienes se quieran mantener al margen del cambio.
Hemos tenido muchísimo apoyo por parte de quienes han sido conscientes de que Ménades era algo diferente y que irrumpía con fuerza para cambiar la situación actual. No conocemos gente que nos haya dicho “este proyecto es necesario, pero no os apoyamos”. Con entender el porqué estamos aquí ya es suficiente.
Habrá gente que prefiera hacer oídos sordos y vivir en su zona de confort sin querer aceptar que hasta ahora no se ha hecho justicia literaria con muchas escritoras.
«La literatura feminista es aquella que no deja indiferente a quien la lee, porque supone asumir que la historia no ha sido justa con las mujeres y que queda mucho trabajo por hacer en la sociedad actual»
–Colaboráis con AMEIS. ¿En qué se concretan esa cooperación?
–AMEIS es la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras y fue gracias a la propuesta de una de las creadoras, Carmen Peire, junto con nuestro compañero, Javier Baonza, que empezamos a dar forma a la editorial. A través de la Asociación queremos visibilizar a las mujeres en el ámbito literario, no solo a escritoras, también a ilustradoras, traductoras, editoras… compartimos ese objetivo y, juntas, es más fácil alcanzarlo.
–¿Cuál es el horizonte de Ménades?
–Queremos estar aquí muchos años, no ser un proyecto que en poco tiempo se olvida o se disuelve. Hemos despegado con mucha energía y una acogida muy cálida, pero nuestra intención es mantenernos en el tiempo para dar guerra durante muchos años. Estáis todos y todas invitadas a participar de nuestro baile y a ser Ménades, cada lector tiene su parte de responsabilidad en hacer realidad la justicia literaria.
EN LAS REDES
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SON
Todas proceden del ámbito literario de alguna u otra forma, y su pasión por la literatura y la necesidad de hacer justicia con tantas autoras, son el motor que les impulsa hacia este proyecto. El equipo está compuesto por:
Gema Nieto (Madrid, 1981) es licenciada en Filología Hispánica y Teoría de la Literatura Comparada por la Universidad Complutense. Desde el año 2007 trabaja en el mundo de la edición como editora y correctora y colabora en revistas como Pikara Magazine, Qué Leer y Culturamas, escribiendo artículos sobre libros, cómics y videojuegos. Su primera novela, La pertenencia, fue publicada por Caballo de Troya en 2016 y la segunda, Haz memoria, en 2018 por la editorial Dos Bigotes.
Javier Baonza (Madrid, 1974) es licenciado en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid y en Geografía e Historia por la UNED. Trabaja en el mundo editorial desde el año 2004 siendo editor, con más de 200 libros a sus espaldas. Dicen las malas lenguas que se hizo de esta profesión como venganza hacia sus profesores, al corregirles y editarles. También estudia en la actualidad Filosofía en la UNED. Es zurdo y acuario.
María Sánchez (Alcalá de Henares, 1995) es graduada en Filología Hispánica en la Universidad de Alcalá de Henares, realizó un máster en Biblioteconomía, Documentación y Archivos por la UAH. Además, estudia filosofía por la UNED. Actualmente escribe para Nueva Revolución y es coordinadora de Entrevistas y Literatura. Ha trabajado de redactora, correctora para medios de comunicación y revistas como Contrapunto.
Nahiara Burgos (Guadalajara, 1994), graduada en Periodismo, ha trabajado como Community Manager, organizadora de eventos y correctora. A su edad sus padres ya estaban casados y tenían una casa, ella tiene redes sociales, cursos de marketing digital y mucha sed de literatura.
Sandra Delgado (Ezcaray, 1975) es pintora de nacimiento, licenciada en Bellas Artes y diplomada en Diseño Gráfico e Ilustración. En 2007 deja definitivamente sus tierras del norte antes de que el invierno llegue y una vida ya organizada en torno a la pintura para llevársela a Madrid, atraída por otras búsquedas complementarias. En la actualidad ilustra y diseña para medios nacionales e internacionales, que incluyen distintas editoriales españolas punteras.
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