Marta Insausti es una mujer, orgullosa madre de una hija y un hijo, motera desde que se recuerda, peleona, aventurera y empresaria. «Siempre he pensado que estas dos últimas cosas son prácticamente lo mismo ¿no te parece?», sonríe. Es madrileña y creció en una gran familia, es la séptima de ocho hermanos. En ese contexto, relata, «aprendes rápido a ser peleona, instintivamente desarrollas un gran sentido de la supervivencia que, debo reconocer, me ha sido de gran utilidad en los 55 años que llevo pateando la vida». Le encanta emprender, asegura, y, en consecuencia, «he sido y seguiré siendo empresaria. Hasta la fecha, en el ámbito de la formación y la publicidad; y, en lo sucesivo, os iré contando». Ahora está inmersa en un proyecto increíble que le está llevando a dar la vuelta al mundo… en moto.
–Ha llegado a tu vida La Motera… Cuéntanos de esta maravillosa historia.
–La Motera es mi proyecto de presente y futuro, pero sobre todo soy yo hoy, es decir, es Marta Insausti después de muchas cosas, y gracias a todas ellas.
Lo cuento en breve. Los años que preceden a este proyecto, y que ayudaron a configurarlo, fueron bastante convulsos en mi vida. En 2012 me diagnosticaron un cáncer de mama que me dejó fuera de combate durante un par de años. Huelga decir lo que te cambia la percepción de la vida un acontecimiento de este tipo…
A pesar de eso, y como buenamente pude, seguí trabajando en mis dos empresas que, al igual que yo, en algún momento se debatieron entre la vida y la muerte a causa de esa crisis que estaba arrasando con un número importante de medianas empresas. Con no poco esfuerzo conseguí mantener las empresas vivas un tiempo más y, finalmente, mis socios, menos peleones que yo, decidieron cerrar.
Frente a la incertidumbre de futuro, y con el aprendizaje que me había proporcionado la enfermedad, decidí que había llegado el momento de poner en valor mis pasiones. Así que ¡decidido! mi pasión por la moto sería mi nueva forma de vida. ¿Qué tal proyectar algo para las mujeres en un entorno tan masculino como el de la moto? Y en este punto, nace La Motera.
La Motera es, y será a mi vuelta, un proyecto que reflexione sobre las necesidades que tienen las mujeres, cada vez más numerosas, que han hecho de la moto su medio de transporte, su afición o su modo de vida. Será también un punto de encuentro, un lugar en el que empezar a romper los estereotipos de este entorno; un foro en el que intercambiar experiencias , viajes… ¡mujer sobre ruedas 360º!
–¿Cuándo comienza verdaderamente la aventura que comenzó el pasado 14 de septiembre? ¿Cómo se origina esta gesta?
–Esta aventura comienza hace un año aproximadamente, cuando decido que mi pasión por la moto va a ser mi nuevo medio de vida. En ese momento entiendo que necesito hacer, antes que nada, un gran viaje; ese viaje que, entre familia y trabajo, siempre había ido postergando.
Inicialmente, mi viaje tenía como único destino llegar a la India, quería visitar la Fundación Vicente Ferrer (FVF) en Anantapur y conocer de primera mano el proyecto De mujer a Mujer del que soy partícipe y sigo, desde la distancia, con gran interés.
Con los mapas sobre la mesa y la ruta trazada, observé las grandes dificultades que tenía llegar a la India por carretera, así que decidí buscar otra ruta para mi regreso, por el lado contrario. Finalizado el trazado de la ruta, el reto estaba servido ¡estaba dando la vuelta al mundo!
Y, ya que estaba en faena, ¿por qué no hacer algo más que una visita a la FVF? En este punto nació el propósito de aprovechar mi viaje para recaudar dinero y colaborar no solo con la FVF, sino también con la Fundación de investigación CRIS contra el cáncer cuyas iniciativas son tan valiosas para que muchas personas sigamos vivas.
–Recorrerás en moto 37.000 kilómetros en 12 meses… ¿Cómo está siendo?
–Acabo de arrancar, así que, de momento, bien, ilusionada y con toda la energía intacta… voy kilómetro a kilómetro… Quizás deberías de hacerme esta pregunta dentro de 3 meses.
21 PAÍSES
El itinerario previsto es: España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Bulgaria, Turquía, Irán, Pakistán, India, Myanmar, Tailandia, Malasia, Nueva Zelanda, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, España.
KILÓMETROS POR LA IGUALDAD
Para este viaje Marta ha anclado su moto al extraordinario trabajo de la Fundación Vicente Ferrer y de la Fundación CRIS contra el Cáncer y, en consecuencia, serán dos los retos solidarios que van a guiar su viaje.
«De manera genérica he englobado mis dos retos en el epígrafe kilómetros por la igualdad, en el sentido más amplio del termino igualdad, entendiendo que los dos retos redundan en un mismo fin, el de facilitar a todos y a todas sin ningún tipo de exclusión ni discriminación el acceso a una vida digna y al bienestar social del que todas y todos somos merecedores», explica. «Y eso incluye vivienda y sanidad que son el objeto de mis dos retos».
-Investigación, motor para la vida, es el reto para CRIS contra el cáncer. CRIS son las siglas de Cancer Research Innovation Spain. Esta organización independiente y sin ánimo de lucro nace con un único objetivo: vencer al cáncer a través de la investigación.
Desde CRIS se promueven y financian proyectos de investigación y estudios clínicos, siempre dentro de la sanidad pública, para que todos los ciudadanos y ciudadanas puedan beneficiarse de sus logros. También apoya la formación a través de becas para investigadores e investigadoras en centros de referencia internacional que retornan con su conocimiento a nuestro país.
«Hoy puedo emprender este viaje gracias a tantos y a tantas profesionales y organizaciones dedicadas a la investigación de nuevas terapias, ensayos, tratamientos o cirugías. Con este reto, intento mostrarles mi agradecimiento», reconoce. «Mi reto es conseguir recaudar 31.000 euros que formarán parte de los 250.000 euros que son necesarios para dotar de infraestructura y equipamiento a la Unidad CRIS de nuevas terapias experimentales en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid».
Esta unidad tratará de buscar nuevas terapias para muchos tipos de tumores, en este momento ya se ha iniciado la investigación en cáncer de mama y ovario.
-Con ladrillos también se construye la igualdad, es el reto para la Fundación Vicente Ferrer, una ONG de desarrollo que, a través de un programa integral que incluye los sectores de Educación, Mujeres, Sanidad, Ecología, Personas con Discapacidad y Hábitat, lucha contra la pobreza extrema y por el desarrollo de las comunidades más vulnerables de los estados de Andhra Pradesh y Telangana.
Como ya se ha explicado con anterioridad, «estoy vinculada a su programa “De mujer a mujer” que proporciona a las mujeres la oportunidad de ocupar el lugar que les corresponde en la sociedad y que actualmente se les niega
Uno de los programas fundamentales de la FVF, y que también mejora sustancialmente la situación de la mujer, es la construcción de viviendas dignas que sustituyan a las actuales pukas o chozas. La propiedad de estas viviendas se registra a nombre de la mujer, un paso más para fomentar su independencia nada fácil en un entorno patriarcal. Disponer de una vivienda sólida y en condiciones de higiene y seguridad es un requisito imprescindible para lograr la integración social de las familias en la comunidad».
Además de viviendas, este programa construye también Centros Comunitarios que proporcionan espacios de cohesión y desarrollo para la comunidad; son instalaciones polivalentes y colectivas que permiten a todos y a todas la participación en la toma de decisiones y en cuestiones de desarrollo comunitario.
El reto en este viaje, añade, «es conseguir el dinero suficiente para poder construir 10 viviendas y un centro comunitario, lo que se traduce en 31.000 euros. Pero también se traduce en 10 familias protegidas y con una vida digna y en, como mínimo, 10 mujeres más con una vida propia».
–Tras la superación de tu cáncer de mama y cómo te planteas la vida consideramos que eres toda una Giganta. ¿Qué le dirías a esas mujeres que consideran que no pueden vivir libremente?
–Vivir libremente no es fácil para nadie, ni mujeres ni hombres. Todas y todos nos vamos enfrentando a situaciones, a veces abordables y otras insalvables, que debemos superar para poder sentirnos libres y vivir la vida que queremos. Indiscutiblemente, para las mujeres el reto siempre es mayor, hay más escollos… No me atrevo a decirle nada a nadie, solo les diría que si tienen claro cómo es la vida que quieren vivir, que perseveren hasta conseguirla.
¿QUIERES AYUDAR?
Puede hacerlo a través de La motera o directamente desde las fundaciones, en los siguientes enlaces:
Aquí
Y aquí
EN BREVE
–¿Por qué es tan necesario visualizar la situación de la mujer? Fundamentalmente, y por ser breve, porque la mujer no ocupa todavía el lugar que le corresponde por derecho propio.
–¿Qué esperas de esta aventura? Pues todo lo que me pueda ofrecer, no tengo ninguna expectativa concreta y estoy receptiva a todo. Y lo que si que espero de todo corazón, es alcanzar los dos retos de kilómetros solidarios.
–Preséntanos a tu compañera (nos referimos a tu moto). Viajo con una Royal Enfield Himalayan, que la propia marca me ha proporcionado, y ¡no puedo estar más contenta! Es una moto tranquila, de 411 cc y que, como yo, se adapta a todo. ¡Somos un tándem perfecto!
–¿Qué llevas en tu mochila? Me llevo el cariño y el apoyo, a toneladas, de la gente que me quiere. Y además, lo básico para vivir y sobrevivir en un viaje de este tipo y mucha tecnología para poder compartir la experiencia y para seguir en contacto con mi mundo.
–En el momento actual de la entrevista, ¿por qué país estás? Todavía en España pero con una rueda ya en Francia… Acabo de arrancar como aquel que dice. Además, tuve que retrasar un día mi salida debido a las lluvias torrenciales que hemos tenido.
–¿Cuál está siendo tu experiencia? De momento, muy tranquila. Haciéndome a la idea de que, por fin, ya estoy en la carretera.
–¿Qué dice tu familia de esta aventura? Están muy orgullosas y orgullosos, y tengo su apoyo incondicional ¿qué más puedo pedir?
–Alguna anécdota que quieras compartir del viaje. Todavía pocas, salvo que la tecnología está poniendo a prueba mi paciencia, ando enloquecida con la sincronización de tantos aparatos, la 2 Go Pro, el GPS, el teléfono y los intercomunicadores… ¡Pero podré con ello!
–¿Algún libro que te hayas llevado? Solo uno, y para releerlo, Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez.
–¿Quién te inspira cada día? Todas las personas que me rodean, todas tienen algo por lo que las admiro y las quiero.
–¿Qué le dirías a los que no se atreven a vivir sus sueños? No me gusta dar consejos a nadie, por que no es nada fácil. Sí les diría que no dejen de soñar, que eso también es una aventura y una vivencia.
–Cuenta lo que quieras. Agradeceros el interés a vosotras, y a los medios en general, por mi periplo. Recordaros que os necesito para conseguir mis retos y pediros que sigáis a mi lado los próximos 12 meses ¡Nos vemos en la carretera!
Me encanta ver mujeres independientes viajando a topeee. quiero destacaar también el caso de las mujeres que viajan solas en bicicleta por el mundo como Cristinaa Espínola: https://desplazarse.es/cristina-spinola-viajando-sola-en-bici-por-el-mundo/