“Siempre supe que esta era mi vocación y mi vida”, cuenta la artista Adriana Torres de su profesión con una enorme sonrisa. Después de varios años fuera de España aprendiendo idiomas, mientras trabajaba y dibujaba en un estudio de pintores, volvió a Sevilla donde se licenció en Bellas Artes, completando su formación con los cursos de posgrado en Londres en la University Central Saint Martins donde, asegura, “marcó mi forma de trabajar y mis ideas en el arte”. Hoy se clausura su última exposición y habla con La Giganta de la mujer, el arte y de este proyecto de artes plásticas, donde pintura, dibujo e instalación componen las arterias por las cuales se siente la profundidad del pulso emocional de esta artista internacional.
La pintora comenzó sus primeros pasos exponiendo en la Galeria Cavecanem en Sevilla, con la que participó en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO) durante varios años. Más tarde, además de exhibir en la capital de Reino Unido, ha participado en exposiciones en Austria, USA, Holanda, Paraguay, Portugal y Taiwan. Un poco más cerca, en la galería Weber-Lutgen de Sevilla hemos podido disfrutar Vengo a ofrecer mi corazón, cuyos ecos han llegado dentro y fuera de nuestro país.
– ¿Cómo definirías tu arte?
– Entiendo el arte como una forma de expresar mis ideas, pensamientos, opiniones y sentimientos. Por tanto es básicamente confesional, comprometido y conceptual.
– Vives y trabajas, sobre todo, en Sevilla. ¿Cuál es el contexto y situación artística de la ciudad según tu opinión?
– Creo que, en Sevilla, hay muy buenos artistas, de lo mejor que puede encontrarse en España, pero están muy escasamente valorados y poco apoyados.
No hay ayudas, programas dignos, asistencia y representación en ferias, coleccionismo… El compromiso institucional no está al nivel de la calidad artística aunque, en los últimos meses, se aprecian signos esperanzadores.
– ¿Qué diferencias encuentras con respecto a otras ciudades o regiones en las que hayas trabajado o expuesto?
– Creo que ciudades como Málaga y Bilbao han desarrollado programas de arte muy vanguardistas y están más avanzadas que Sevilla en este campo. Son modelos que debiéramos seguir para posicionarla mejor.
– En ARCO 2018 las mujeres artistas reivindicaron su visibilidad debido al mínimo porcentaje representativo de las mismas. ¿Cuál es tu opinión?
En Sevilla creo que existe aún una bajísima representatividad de las mujeres artistas. Es bastante parecido al resto de España o al ámbito internacional, aunque hoy hay más conciencia de esa situación y se está trabajando más para cambiar las cosas.
“Mi objetivo es trasladar al espectador algunas de mis preocupaciones sobre el mundo actual”
– En la galería Weber-Lutgen de Sevilla se ha expuesto Vengo a ofrecer mi corazón, desenlace de la anterior ¿Quién dijo que todo está perdido? ¿Cuáles han sido tus innovaciones?
– ¿Quién dijo que todo está perdido? era más una reflexión sobre la situación de crisis social que estábamos sufriendo y el uso de elementos objetuales de mi entorno personal en ese momento. Aquella fue la vuelta, después de un tiempo, al trabajo artístico aunque a tiempo parcial por la situación personal de aquel momento.
Ahora, con Vengo a ofrecer mi corazón, la dedicación es plena. He explorado con más atención nuevos caminos en arte colaborativo con MAD 1023, la escultura, la instalación, el vídeo y el dibujo.
Mi objetivo es trasladar al espectador algunas de mis preocupaciones sobre el mundo actual: la resilencia como solución poco frecuente, el abuso de la posverdad como fórmula para disipar el sentido crítico, la pérdida de valores fundamentales, la frivolidad en la manera de comunicarnos en redes sociales, de reducir la capacidad educativa y también analizar cómo la sociedad establece códigos de conducta sobre la mujer y lo que de ella se espera.

– Instalaciones, escultura, pintura, dibujos… ¿Con qué técnica te sientes más cómoda?
– En esencia yo soy pintora. Pero estoy abierta a cualquier instrumento o material que me ayude a definir mejor una idea. De hecho el uso del espejo, ciertos aspectos escultóricos y el vídeo son inéditos en mi obra y han sido un reto. También el trabajo en equipo y el colaborativo. Y el resultado ha sido muy enriquecedor.
“Busco respuestas en mi interior, en mis valores y creencias que, luego, trato de representar y compartirlas”
– ¿Quién o quiénes son tu inspiración?
– Me inspiro en lo que veo alrededor, en lo que le pasa a las personas que conozco y lo que leo en los medios de comunicación. En lo que me preocupa. Busco respuestas en mi interior, en mis valores y creencias que, luego, trato de representar y compartirlas. Es un proceso interior e individual encaminado a combatir aquellos aspectos negativos de la sociedad que considero injustos.
Por otra parte, me inspiran todas las mujeres que luchan por la verdad y en contra de las injusticias. Son motivo de mi atención y respeto, tanto en el ámbito personal y próximo como en el cultural y artístico.
– ¿Qué le dirías a las artistas jóvenes?
– Creo que deben seguir sus propias ideas. Es un territorio complejo pero deben seguir sus impulsos y luchar por su pasión. Es muy necesaria la fuerza de las artistas jóvenes para contribuir con su talento y sensibilidad a cambiar el mundo.
Presente y futuro
Además de la exposición comentada, recién clausurada, la galería Weber-Lutgen ha solicitado un stand con la obra de Adriana Torres para la Feria Artesantander, que se celebrará del 14 al 17 de julio en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander. La artista también está trabajando en equipo en un proyecto de la Fundación Valentín de Madariaga para el próximo año.
GALERÍA DE IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN ‘VENGO A OFRECER MI CORAZÓN’
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