TEXTO: Rafael Calero Palma, escritor y poeta.
El libro que hoy traigo para reseñar es una obra relativamente reciente titulada Diario del asco, de Isabel Bono (Tusquets Editores). Se trata de la segunda novela de esta escritora malagueña. Tras su debut como novelista en 2017, Una casa en Bleturge, obra con la que ganó el Premio de Novela Café Gijón del año 2016, editada por Siruela, Bono publicó en marzo de 2020, este Diario del asco, esta vez en Tusquets.
Muy al contrario de lo que pudiera parecer, Isabel Bono no es nueva en esto de la literatura. A sus espaldas hay una longeva y fructífera carrera como poeta. De hecho, Bono es una de las voces poéticas más importantes de los últimos años en España, autora de obras interesantísimas y muy originales, como Algo de invierno, De otra vida (con ilustraciones del genial Federico del Barrio); Brazos, piernas, cielo (que toma su título de una canción de Surfin’ Bichos) Cahier, Caballos que cantan o Hielo seco, por poner algunos ejemplos de su extensa y magnífica obra en verso.
La obra poética de Isabel Bono se caracteriza, básicamente, por prestar más atención a las pequeñas cosas de la vida cotidiana, a los pequeños detalles que nos rodean en nuestro día a día, que a los grandes acontecimientos. En sus versos, un café frío, un libro a medio leer abierto sobre una mesita de noche, un sueño del que sólo se recuerdan breves detalles, unas gafas olvidadas en un rincón de la casa, o un rayo de sol entrando por la ventana del salón un día de invierno, son, a la postre, los que nos ayudan a entender el qué, el cómo y el porqué.
Como no podía ser de otra manera, y como suele ser habitual en los poetas que se pasan a la narrativa, Isabel Bono ha trasladado su particular manera de entender la poesía a la prosa. Diario del asco cuenta la historia de Mateo, un profesor de autoescuela que vive chapoteando en la desesperanza, y que tiene la idea de que su vida es una sucesión de fracasos: su trabajo, su matrimonio, la relación con su padre, con su madre, con su hermano. Todo es fútil, intrascendente. Como él mismo dice en más de una ocasión, todo da asco. Se podría decir que su vida es una concatenación de fracasos. Hasta sus varios intentos de suicidio son un fracaso.
A través de un diario muy poco convencional, Mateo nos va contando cómo ha llegado hasta este punto, qué ha ocurrido para que su vida sea una estafa. ¿Y cómo ha llegado Mateo a esta situación? La respuesta está, como no podía ser de otra manera tratándose de Isabel Bono, en los pequeños detalles. La vida de Mateo es una mierda porque siempre ha sido muy malo gestionando los pequeños detalles. Y es que, al fin y al cabo, son éstos los que nos hacen ser como somos.
Diario del asco es una novela con abundantes rasgos poéticos. De hecho, a ratos, algunas des su páginas me han parecido largos poemas narrativos, en el mejor sentido del término. Además contiene un puñado de frases lapidarias, de esas que parecen estar ahí como por casualidad pero que juegan un papel primordial en el conjunto de la novela. Diario del asco(el título nos da una gran pista de por dónde van los tiros) es un libro triste, amargo, desesperanzado. Nihilista. Casi punk, me atrevería a decir. Y sin embargo, hay momentos, más de los que a priori se podría imaginar, no sé si intencionadamente o no, en los que su autora nos arranca una sonrisa, incluso alguna que otra carcajada. He leído algunas reseñas sobre esta novela en la que se dice que “trata sobre el suicidio”. Sinceramente, yo, más que el suicidio, pienso que el tema fundamental de esta novela es la vida, lo complicado que resulta a veces levantarse y echarse a andar, lo absurdo que puede llegar a ser enfrentarse a“la locura cotidiana”, como lo denominaba Bukowski, un autor al que Isabel Bono, me consta, ha leído conoce bastante bien. Como también conoce al detalle a Samuel Beckett o a Kurt Vonnegut, autores cuyas sombras planean constantemente sobre las páginas de esta obra.
Isabel Bono ha escrito una novela técnicamente impecable, en la que no falta ni sobra nada. Cada palabra está donde tiene que estar, y la autora consigue traspasar al papel, de manera magistral, una manera de hablar que me resulta absolutamente real (muy al contrario de lo que suele ser habitual en los escritores españoles contemporáneos, tan impostados, tan falsos, tan de cartón piedra). Y para que todo sea perfecto en esta excelente novela, su protagonista, Mateo, en una ocasión en que la psiquiatra le recomienda escuchar música, y busca entre unas cintas antiguas de su hermano, escucha una de mis canciones favoritas de los Ilegales: “La casa del misterio”. ¿Se puede pedir más a un libro?
Isabel Bono demuestra con su segunda novela que posee un talento descomunal y que es una de las escritoras con más potencial, aquí y ahora. Algo que los que la hemos seguido en su carrera como poeta ya sabíamos. Seguid mi consejo. Buscad los libros de la escritora malagueña y leedla. Sus poemarios y sus novelas. Merecen la pena.
Eres un grandisimo redactor. Muchas gracias, Un saludo